jueves, 30 de agosto de 2007

PROFECIA Y LLANTO.-ARTURO ROBSY


PROFECÍA Y LLANTO QUE SE HIZO SOBRE UN ZAPATERO EN ESTA TIERRA DE POBRES PERO HERRUMBROSOS: ESPAÑA, ÓXIDO DE LA RAZÓN, ROBÍN DEL ÁNIMO. FLOR DE LA IRA.
Te veo y no respondo del pensamiento. Se comprime la emoción en palabra prohibida y la razón vacila al hilo de tu talento al aplicar el ronzal. Nada que pienses es nuevo; nada que digas es cierto y sin embargo te siguen las majadas aunque la nada que presides es sólo desacierto, pastel con velas francesas y mechas rusas, con stalags alemanes y con moscas de Marruecos. Amigo de mojamés, salpicón de progresismos, sonrisa de banda ancha, intérprete de los muertos; Lenin de las nostalgias, Stalin de monumentos; colofón de lo incierto, mano de algodón, Estado de izquierdo. Así es el zapatero que quisiera remendar entuertos con la voz y el ensueño. Lego de todas las ciencias, taleguilla sin bultos, riñones evanescentes, capador de monumentos, tragaldabas de recuerdos, historiador de camelos, bélico a tiempos muertos, profeta de pasados secos, futuro de malos momentos. Y más se dice: palabra serpenteante, culebra de las ideas, víbora de salón, bífido del entendimiento. En fin: colibrí de rosa en puño y trasunto de puño en rostro. Haces zapatos de Esparto mientras te pones las botas y gastas palabras necias para ocultar los secretos. Paladín de Azaña, monohuevo de Indalecio, Caballero del espejo, píldora de Negrín, habichuela de telediario, altramuz de sabios. En verdad, en verdad te digo que este no será tu tiempo ni serán estas tus glorias, reciedumbre de feminista, alcahuete de bardajes, azote de obispos quietos, cilicio de oposiciones, tábano equivocado, arbitrista sin arbitrio, diente de tiburón cobarde, colador sin manda, cigarrillo canceroso, átomo de pago.
Tentetieso de Europa, latino de Estados Unidos, fantasía del desierto, próstata de Rubalcaba, buitre negro del cielo. En verdad, en verdad te digo que este no será tu tiempo, buitre negro del cielo, astro del anochecer, medialma izquierda, cuerno de Venus, polisón de España, semita de ocasión, moro de alma: te prometo que tus jefes devorarán tu cerebro. En verdad te acierto, soledad de pedo, regüeldo de felípez, purines de populacho, pancarta en extranjero. Eres vencedor de muertos, chupador de tuétanos, penco sin jinete, bocado sin rienda,, estribo de otros, tanque de hojalata, escopeta sin calibre, cartucho de Asmodeo. Boina sin capillo, barriga sin faja, asta sin bandera, grímpola sin viento, pendón sin nava, cabeza arbolada, fragata sin trapo. Así por el mundo vas, rictus de la comedia, alquitara del desprecio, Barcelona de Castilla, pintura de Quinta del Sordo. Cabrío de aquelarre, inquisición ferviente, Adriano sin imperio, monicongo cervantino, Urganda en prosa, Fausto mal vendido. Motor inmóvil del odio, abogado de imposibles, micer corniveleto. Este no será tu tiempo. Los amos te comerán los sesos. Serás siempre bombilla de veinticinco, Caronte del Retiro, Cibeles en carro blindado, tabla de la ley de piedra, trasgo de agujero, encantador de sierpes, maestro de cucarachas, diálogo de lombrices, úvula para albórbola, diabetes de la gracia, escarabajo de congreso, escorpión prefabricado, cabeceo de marmota, ala de murciélago, lirón de toda España, nana de las miserias, punto suspensivo, suspensorio del progreso, sida de condón. No será este tu tiempo. Lo dicen los astros viejos y lo callan los artículos. De tus sesos comerán los que hoy los alimentan. Sigue, pues, Bramaputra del Ebro, trasvase de gelatina, meandro de intenciones, gallo de veleta, codorniz de granja, avestruz con miedo, lentilla de topo, calva de Patria, claque de separatista, intelecto de goma, pensador recauchutado, profesional del morro y morra del Estado. De tus sesos se hará escarmiento y este no será tu tiempo ni aún tu telediario. Se a gusto museo de telarañas, exhibición de cangrejos, centollo de mar revuelta, pinza de bogavante, discurso de mejillón, músculo de musaraña, hoja de parra, pámpano de las vergüenzas. Dícete inventor de España, comunidad de obesos, morbidez del adjetivo, circunstancia del empleo. Doctor de la desiglesia, comunión del laico, confesión del mudo, bautismo de morángano, conversión de ateo. Hético de la política, carminativo del adverbio, grano de escroto, malabar reciclado, sombra sin hombre, volatín congelado, rabo de mofeta, toesa de los avances, pulgada de alto vuelo, milímetro de la cultura, micra de Herodoto, quark de jefe de Estado; boca sin jabón, albedrío con amo, vino en odre nuevo, cuento de Kafka, novela de Dostoievski, verso de Neruda, sílaba de Arthur Miller, letra japonesa, acento circunflejo, futuro imperfecto, adverbio de modo,
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doble acusativo, verbo polirrizo, aborto de Pericles, diana de Aristófanes, rabo de verraco, tapiz de Penélope, estornudo de Chirac, moco de gabacho, sopa boba del talento, don Gil de las calzas verdes, septicemia del honor, tránsfuga del universo. Estos no serán ni tu mundo ni tu tiempo. Vístete de ecologista y defiende a los pingüinos, ede espera de El Capital, de cromosoma de la guerra. Progeria de España, catafalco del euro, villancico ante las sangres, chachachá de cementerio, carbunclo de los rebaños, esterilla de los bancos, horizonte de los bizcos, envidia de los disléxicos, sífilis de tolerancia, anemia férrica del ánimo. Este no será tu éxito. Cronoangustia del pan, justicia de paniaguados, sacamuertos de congreso, sustento de catalanes, auditorio de vascos, aplauso de mancos, cabriola de cojos, Putin de los chechenos, metro de Nueva York, desaladora de idiomas, cántico de chorlito, trasbordador de chollos, grito de repetición, escuerzo de los trasvases, Josafat sin resurrección, lotófago consciente, holocausto del nonato, entorchado de portero, baldón de la pasamanería, barro de zahúrda autopista de pago. En verdad, en verdad te digo, que has vendido tu tiempo: Jefe de bucos, presidente de bolsín, lata de bocarte, bacalao falsificado, angula de fletán, espíritu de bodegón, bochín de la inteligencia, carcajada de hiena, lágrima de cocodrilo. En verdad, en verdad te digo, en esta tierra de pobres herrumbrosos y pensamientos claros, que eres boira de España, nieve del corazón, yo revirado, emulación de hombre, cibercapullo agnóstico, paisano buchipluma, Monopanto de Quevedo. La mentira de alas negras que transportas no te llevará lejos.. Esta será tu herrumbre mas éste no será tu tiempo.
http://www.arturo-robsy.culturafalangista.es/

miércoles, 29 de agosto de 2007

LLAMADAS ( EL ALCÁZAR 05-02-1.987 )


LLAMADAS

1 Pueblo. sobre dos elementos fundamentales de carácter colectivo descansa nuestro proyecto de acción política: Patria y Pueblo. La Patria es una realidad metafísica: una obra a realizar durante el curso de la Historia. Una obra que puede estar, según los momentos, bien o mal interpretada, y que, por desgracia, en ciertos periodos puede dejar de representarse.

El intérprete principal de esa obra es el Pueblo, coro trágico, heroico, cómico, etcétera, según los diversos actos.El Pueblo existe, interviene, participa de una u otra manera, conforme a las circunstancias. Que sobre un territorio exista una población, un núcleo de humanos, no significa que allí viva un Pueblo. Para que éste surja precísase una comunión de voluntades, un haz unitario de sentimientos.

Porqué creemos en la Patria España somos nacionales, no nacionalistas. Porqué creemos en el Pueblo Español, somos sociales, no socialistas. Porqué somos nacionales y sociales no podemos ser de derechas. La derecha tiende a identificarse con una clase social, la burguesía, alejándose del Pueblo. En España no hubo derechas ni izquierdas, sino Pueblo, comunión de sentimientos, conjunto de voluntades hasta el siglo XIX. Después de protagonizar la Guerra de la Independencia, el Pueblo se escindió, se emborrachó, durmió la mona, fue degradado a proletario y votante, se le usó como mozo de carga y cuerda, hasta su resurrección el 18 de Julio (...)

De 1.976 para acá el Pueblo ha dejado de ser actor colectivo para ser simplemente comparsa.Una comparsa que entra parcialmente en escena cuando el regidor le llama para que haga bulto en las manifestaciones o llene las urnas de votantes. Una comparsa de carnaval, una murga, disfrazada de mil maneras distintas, para ocio y negocio de aburridos y avispados políticos.



2. Tarea. Si nos lo propusieramos de verdad, si de veras lo decidiéramos entre todos, nosotros despertaríamos al Pueblo, lo volveriamos de nuevo al protagonismo, al trabajo, a la acción solidaria...Esa es nuestra tarea. No tenemos, ni podemos tener, otra. Que la derecha siga buscando líderes; que los hombres de la derecha se descuernen buscando puestos en las listas electorales; que la derecha pierda el tiempo convirtiendo en peleles a quienes debían ser Hombres del Pueblo. Nosotros debemos hacer todo lo contrario. Hemos de transformarnos en Pueblo, huir de cualquier tentación que pretenda hacernos burgueses, dejar de ser peleles, resucitarnos como hombres.



3. Llamada. Esos días, aunque muchos no la oigan, España está tocando a rebato desde las cimas más altas, esas que casi rozan con sus picos las estrellas. Yo os conjuro, lectores, para que afinéis los oídos del alma en el desvelo de cualquier madrugada. Por encima de los ruidos de costumbre escucharéis la llamada de España. Gime España. grita España, se desgañita España en busca de Hombres de Pueblo. Quién la oye una sola vez, ya nunca más vuelve a dormir tranquilo.-

Diego BOSCÁN.-

martes, 28 de agosto de 2007

DISCURSO DE MANUEL HEDILLA EN NOCHEBUENA DEL AÑO 1.936


DISCURSO DE MANUEL HEDILLA EN NOCHEBUENA DEL AÑO 1.936 (EXCELENTE INICIATIVA DE "MEMORIA AZUL" AL REPRODUCIRLO).
En este año de "Memoria Histórica", de mentiras constantes y reiteradas sobre lo que Falange quería y quiere para los españoles, el Blog "MEMORIA AZUL" ha rescatado el mensaje de Navidad de nuestro Segundo Jefe Nacional en la Nochebuena de 1.936 (del libro imprescindible "TESTIMONIO" de Manuel Hedilla). Para los desmemoriados. Para los canallas que silencian los anhelos de paz de La Falange en tan temprana fecha.

"En la triste Nochebuena de 1936, y desde Radio Salamanca, el Jefe de la Junta de Mando fue rudamente explícito. Su mensaje – difundido por la prensa y editado copiosamente, para la línea de fuego y la retaguardia – tuvo gran resonancia. Sirvió para confortar a las milicias que estaban en los frentes, adoctrinar a la retaguardia, y advertir, una vez más a los enemigos interiores de la Falange. Al escuchar a Hedilla hubo entre los falangistas antiguos un sentimiento de confianza renacido en el porvenir. Hedilla en su discurso, había planteado claramente, ante todo el país y el extranjero, el determinismo del Movimiento. Frente a las intrigas y conspiraciones, el jefe de la Junta expuso los términos precisos del problema social y político. Pero lo más punzante del discurso fue lo que se refería al trato que la España nacional debía dar a los obreros y a los campesinos.

"Y una vez resuelto el problema de enviar a los hombre ya equipados al frente para defender a la patria en peligro, ha venido a nuestras manos la tarea de llevar a cabo nuestro programa social, asistiendo a las familias necesitadas en estos tiempos de guerra. Yo os confieso que ha habido momentos dificilísimos para nosotros. Y si no han sido insuperables fue por el ejemplo de vuestra conducta en el frente, que nos dio ánimos para encontrar soluciones ".

Señalaba los deberes políticos de los combatientes: " Igual que nuestro deber es educaros, esperamos que comprendáis que vuestro deber es sentiros sangre y cuerpo del pueblo español. Pensad vosotros, falangistas, que sois hijos del pueblo español, y que os debéis a él. ¡Que por donde paséis quede bien alto el pabellón rojinegro de la Falange Española de las JONS! Preguntaos en cada momento, si el acto que vais realizar es digno del espíritu que representa vuestra camisa azul. Sembrad el amor por los pueblos por donde paséis. Tratad de modo especialmente cordial a los campesinos y a los obreros, por que ellos son, por ser españoles y por haber sufrido, nuestros hermanos".

"Y me dirijo a los falangistas que se cuidan de las investigaciones políticas y policiales en las ciudades, y sobre todo en los pueblos. Vuestra misión ha de ser obra de depuración contra los jefes cabecillas y asesinos. Pero impedid, con toda energía, que nadie sacie odios personales, y que nadie castigue o humille a quien, por hambre o desesperación, haya votado a las izquierdas".

"Todos sabemos que en muchos pueblos había – y acaso hay – derechistas que eran peores que los rojos. Quiero que cesen las detenciones de esa indole y, donde las haya habido, es necesario que os convirtáis vosotros en una garantía de los injustamente perseguidos.

"Y allí donde os encontréis, estad resueltamente dispuestos a oponeros a procedimientos contra los humildes. La Falange ha de estar en todos los sitios con la cara muy alta, para poder defenderse de sus muchos enemigos. Queremos la salvación y no la muerte de los que en su inmensa mayoría tenían hambre de Pan y Justicia. Pero tenían, también – ya lo habéis visto con nuestro crecimiento – hambre de Patria" .

El mensaje ratificaba la promesa hecha desde Burgos a primeros de septiembre: " Yo, como jefe de la Junta de Mando provisional os prometo que nuestras doctrinas no serán vulneradas ".

Y siguieron " Las consignas de lucha y redención", por las que los hombres de la Falange se baten y mueren:

"¡BRAZOS ABIERTOS AL OBRERO Y AL CAMPESINO!

¡QUE SOLO HAYA UNA NOBLEZA: LA DEL TRABAJO!

¡QUE SOLO HAYA UNA CLASE: LA DE LOS ESPAÑOLES!

¡QUE DESAPAREZCAN LOS CACIQUES DE LA INDUSTRIA, DEL CAMPO, DE LA BANCA Y DE LA CIUDAD!

¡QUE SEAN EXTIRPADOS LOS HOLGAZANES!

¡QUE HAYA TRABAJO Y BIEN RETRIBUIDO PARA TODOS!

¡QUE EL ESTADO SE CUIDE DE VUESTROS HIJOS COMO SANGRE PROPIA!

¡QUE NINGUNA DE LAS MEJORAS SOCIALES CONSEGUIDAS POR LOS OBREROS QUEDEN SOBRE EL PAPEL SIN SURTIR EFECTOS Y SE CONVIERTAN EN REALIDAD!”


ATENDED A LA DIFERENCIA ENTRE LO QUE SE DECÍA Y LO QUE "SE DICE QUE SE DECÍA". Leyendo estos textos antiguos, uno no puede menos que sentirse orgulloso de ser falangista en la España del Siglo XXI.

http://www.espacioblog.com/falangesierrayavila/post/2006/12/24/discurso-manuel-hedilla-nochebuena-del-ano-1-936

lunes, 27 de agosto de 2007

Palabras de JOSÉ ANTONIO

LUZ NUEVA EN ESPAÑA


Artículo escrito por José Antonio, en mayo de 1934, para el semanario España Sindicalista, que no llegó a publicarse, en Zaragoza.-

Necesitamos dos cosas: una nación y una justicia social. No tendremos nación mientras cada uno de nosotros se considere portador de un interés distinto: de un interés de grupo o de bandería.

No tendremos justicia social mientras cada una de las clases, en régimen de lucha, quiera imponer a las otras su dominación.

Por eso, ni el liberalismo ni el socialismo son capaces de deparamos las dos cosas que nos hacen falta.

El liberalismo es, por una parte, el régimen sin fe: el régimen que entrega todo, hasta las cosas esenciales del destino patrio, a la libre discusión. Para el liberalismo nada es absolutamente verdad ni mentira. La verdad es, en cada caso, lo que dice el mayor número de votos. Así, al liberalismo no le importa que un pueblo acuerde el suicidio con tal que el propósito de suicidarse se tramite con arreglo a la ley electoral.

Y como para que funcione la ley electoral tiene que estimularse existencia de bandos y azuzarse la lucha entre ellos, el sistema liberal es el sistema de la perpetua desunión, de la perpetua ausencia de una fe popular en la comunión profunda de destino.

Por otra parte, el liberalismo es la burla de los infortunados: declara maravillosos derechos: la libertad de pensamiento, la libertad de propaganda, la libertad de trabajo... Pero esos derechos son meros lujos para los favorecidos por la fortuna. A los pobres, en régimen liberal, no se les hará trabajar a palos, pero se los sitia por hambre. El obrero aislado, titular de todos los derechos en el papel, tiene que optar entre morirse de hambre o aceptar las condiciones que le ofrezca el capitalista, por duras que sean. Bajo el régimen liberal se asistió al cruel sarcasmo de hombres y mujeres que trabajan hasta la extenuación, durante doce horas al día, por un jornal mísero y a quienes, sin embargo, declaraba la ley hombres y mujeres "libres".

El socialismo vio esa injusticia y se alzó, con razón, contra ella. Pero al deshumanizarse el socialismo en la mente inhospitalaria de Marx, fue convertido en una feroz, helada doctrina de lucha. Desde entonces no aspira a la justicia social: aspira a sustanciar una vieja deuda de rencor, imponiendo a la tiranía de ayer –la burguesía– una dictadura del proletariado.

Para llegar ahí, además, el socialismo extirpa en los obreros casi todo lo espiritual, porque teme que, dejándolo vivo, tal vez los proletarios se ablanden al influjo de los vapores espirituales burgueses. Y así se aniquila en los obreros la religión el amor a la Patria.. ; en los ejemplos extremos, como el de Rusia, hasta la ternura familiar.

El liberalismo nos divide y agita por las ideas; el socialismo taja entre nosotros la sima, aún más feroz, de la lucha económica. ¿Qué se hace, en uno y otro régimen, de la unidad de destino, sin la que ningún pueblo es propiamente un pueblo?

Por eso se ha encendido en Europa, y arde ya en España, la llama de una fe nueva. De una fe que ve, en lo terreno y en lo civil, como primera verdad, ésta: un pueblo es una entidad total, indivisible, viva, con un destino propio que cumplir en lo universal. El bienestar de cada uno de los que integran el pueblo no es interés individual, sino interés colectivo, que la comunidad ha de asumir como suyo hasta el fondo, decisivamente. Ningún interés particular justo es ajeno al interés de la comunidad. Y, por consecuencia, no es lícito a nadie tirotear los fundamentos de la comunidad por estímulos de interés privado, por capricho intelectual o por soberbia.

Esta nueva fe ha deparado a Italia, por ejemplo, la posibilidad de que vivan más de cuarenta millones de habitantes en un suelo reducido y pobre. Y, lo que vale más, le ha devuelto la fe en sí misma, el ímpetu creador y el entusiasmo.

España, contagiada de ese calor, no va a imitar a Italia: va a buscarse a sí misma; va a buscar en las entrañas propias lo que Italia buscó en las suyas; y va a encender en todos los españoles la fe resuelta en que pueden salvarse juntos y salvar a España.

Nuestra Falange, portadora de la nueva fe, volverá a hacer de España una nación e implantará en ella la justicia social. Le dará pan y fe. El sustento digno y la alegría imperial.

sábado, 25 de agosto de 2007

JURAMENTO FALANGISTA


JURAMENTO


JURO POR DIOS darme siempre al servicio de España y de la Falange.

JURO no tener otro orgullo que el de la Patria y vivir bajo la Falange Española de las J.O.N.S., con obediencia y alegría, ímpetu y paciencia, gallardía y silencio.

JURO lealtad y sumisión a nuestros Jefes, honor a la memoria de nuestros muertos, impasible perseverancia a todas las vicisitudes.

JURO dondequiera que esté, para obedecer o mandar, respeto a nuestra Jerarquía del primero al último rango.

JURO rechazar y no dar por oída toda voz del amigo o enemigo que pueda debilitar el espíritu de nuestra Falange.

JURO mantener sobre todas la idea de la Unidad: Unidad entre las tierras de España, Unidad entre las clases de España, Unidad en el hombre y entre los hombres de España.

JURO vivir en santa hermandad con todos los de la Falange y prestar todo auxilio y deponer toda diferencia, siempre que me sea invocada esta santa hermandad.

FALANGE CONTRA EL CAPITALISMO

viernes, 24 de agosto de 2007

Cortos de razones, largos de espada


Cortos de razones, largos de espada

Por Arturo Pérez-Reverte en XlSemanal

Eres joven y guipuzcoano, según deduzco por tu carta y el remite. Escribes como lector reciente de la última aventura de nuestro amigo Alatriste, contándome que es el primer libro de la serie que cae en tus manos. Te ha gustado mucho, dices, excepto el hecho «poco riguroso» y «poco creíble» de que una galera española estuviera tripulada por soldados vizcaínos que combatían al grito de Cierra, España; en referencia a la Caridad Negra, que en los últimos capítulos combate a los turcos, en las bocas de Escanderlu, llevando a bordo a la compañía del capitán Machín de Gorostiola. Y añades, joven amigo –lo de joven es importante–, que eso no disminuye tu entusiasmo por la historia que has leído; pero que el episodio de los vizcaínos te chirría, pues parece forzado. «Metido con calzador –son tus palabras– para demostrar que los vascos (y no los vascongados, don Arturo) estábamos perfectamente integrados en las fuerzas armadas españolas, lo que no era del todo cierto.»

Son las siete últimas palabras del párrafo anterior las que me hacen, hoy, escribir sobre esto; la triste certeza de que realmente crees en lo que dices. Te gusta la novela, pero lamentas que el autor haga trampas con la Historia real; la auténtica Historia que –eso no lo cuentas, pero se deduce– te enseñaron en el colegio. Así que, con buena voluntad y con el deseo de que yo no cometa errores en futuras entregas, me corriges. Debería, a cambio, escribirte una carta con mi versión del asunto. El problema es que nunca contesto el correo. No tengo tiempo, y lo siento. Esta página, sin embargo, no es mala solución. La lee gente, y así quizá evite otras cartas como la tuya. De paso, extiendo mi respuesta a la cuadrilla de embusteros y sinvergüenzas de los sucesivos ministerios de Educación, de la consejería autonómica correspondiente, de los colegios o de donde sea, que son los verdaderos culpables de que a los diecisiete años, honrado lector, tengas –si me permites una expresión clásica– la picha histórica hecha un lío.

Machín de Gorostiola es un personaje ficticio, como su compañía de infantería vizcaína. En efecto. Pero uno y otros deben mucho al capitán Machín de Munguía y a los soldados de su compañía, «la mayor parte vascongados», que, según una relación del siglo XVI conservada en el Museo Naval de Madrid, pelearon como fieras durante todo un día contra tres galeras turcas, en La Prevesa. En cuanto a lo de Cierra, España, ni es consigna franquista ni del Capitán Trueno. Quien conoce los textos de la época sabe que, durante siglos, ése fue usual grito de ataque de la infantería española –en su tiempo la más fiel, sufrida y temible de Europa–, que en gran número, además de soldados castellanos y de otras regiones, estaba formada por vizcaínos; pues así, vizcaínos, solía llamarse entonces a los vascos en general, «a veces cortos de razones pero siempre largos de bolsa y espada». Y guste o no a quien manipuló tus libros escolares, amigo mío, con sus nombres están hechas las viejas relaciones militares, de Flandes a Berbería, de las Indias a la costa turca. Los oprimidos vascos fuisteis –extraño síndrome de Estocolmo, el vuestro– protagonistas de todas las empresas españolas por tierra y mar desde el siglo XV en adelante. Ése fue, entre otros muchos, el caso de los capitanes de galeras Iñigo de Urquiza, Juan Lezcano y Felipe Martínez de Echevarría, del almirante Antonio de Oquendo, su padre y su hijo Miguel, o de tantos otros embarcados en las galeras del Mediterráneo o en la empresa de Inglaterra. Las relaciones de Ibarra, Bentivoglio, Benavides, Villalobos o Coloma sobre las guerras del Palatinado y Flandes, los asedios, los asaltos con el agua por la cintura, las matanzas y las hazañas, las victorias y las derrotas, hasta Rocroi y más allá incluso, están salpicadas de tales apellidos, sin olvidar las guerras de Italia: en Pavía, por ejemplo, un rey francés fue capturado por un humilde soldado de Hernani, en el curso de una acción sostenida por tenaces arcabuceros vascos. Y te doy mi palabra de honor de que aquel día todos gritaron, hasta enronquecer, Cierra, España: voz que, en realidad, no tenía significado ideológico alguno. Sólo era un modo de animarse unos a otros –eran tiempos duros– diciéndole al enemigo de entonces, fuera el que fuera: Cuidado, que ataca España.

Así que ya ves, amigo mío. No inventé nada. El único invento es el negocio perverso de quienes te niegan y escamotean la verdadera Historia: la de tu patria vasca –«La gente más antigua, noble y limpia de toda España», escribía en 1606 el malagueño Bernardo de Alderete– y la de la otra, la grande y vieja. La común. La tuya y la mía.
http://blogs.periodistadigital.com/hemiplejia.php/2007/08/20/cortos_de_razones_largos_de_espada_perez

Hoy que Eta vuelve a golpear a la Guardia Civil en la Española localidad de Durango mediante un coche bomba estacionado en la parte trasera de la casa cuartel y, que gracias a Dios y a la Virgen del Pilar, sólo dos agentes resultaron heridos leves,para este brutal atentado, que, pudo ser una auténtica masacre, traigo a este modesto blog un artículo publicado por Rafael Estremera hace 10 años en La Nación...


Sobre los asesinos

Han encontrado la solución. Lo dice una individua que se autotitula madre de un preso de ETA, y a todos se les cae la baba: es la piedra filosofal, el descubrimiento del siglo, la panacea para todos sus males de incapacidad, impotencia, ineptitud y culpabilidad.
Una fulana dice por la radio que los de ETA están haciendo lo mismo que Franco, y a todos los gilipollas de la televisión se les aparece el ungüento amarillo para sus malas conciencias. Pero todos ellos saben que la culpa de lo que hace ETA hoy, la tienen ellos. La tienen todos los que protestaron por las sentencias de muerte de 1975. La tienen los que votaron la desaparición de la pena de muerte en la Constitución. La tienen todos los que se han mostrado de acuerdo con las excarcelaciones, con aquellos famosos extrañamientos de presos etarras con millones en el bolsillo, viajes pagados al Caribe y suntuosos chalets. La tienen los que hayan dicho, siquiera una sola vez, que ETA luchaba contra Franco. La tienen cuantos no han dicho esta boca es mía en contra de las reinserciones, de los regímenes abiertos, de los beneficios penitenciarios para los presos de ETA. La tienen cuantos reclaman que se acerquen los presos etarras a ese invento de Sabino Arana que llaman Euzkadi. La tienen todos y cada uno de los que han protestado ahora y no han protestado cuando han asesinado a un Guardia Civil o a un militar. La tienen cuantos ahora han convocado minutos de silencio, manifestaciones, concentraciones o lo que sea, y no lo hicieron antes; por ejemplo, cuando ETA asesinó el pasado 8 de enero, al Teniente Coronel don Jesús Agustín Cuesta Abril.
La tienen los que han hablado de ejecución en el caso del concejal del Partido Popular Miguel Ángel Blanco. ETA asesina, no ejecuta. La ejecución es prerrogativa de un Estado, tras un proceso con las garantías que prescriban las leyes en el que el acusado se puede defender, y tras la correspondiente sentencia judicial. Los que hablan de ejecuciones de ETA, le están dando carácter de Estado; están reconociéndole, implícitamente, el derecho a cobrar los impuestos revolucionarios y a disponer de la vida de sus subditos de acuerdo con su particular legislación. Los que tal hacen —por ineptitud profesional o por mala leche— son tan culpables como los que aprietan el gatillo.
La tienen los que ponen en televisión española un rótulo donde textualmente dice: Euskadi: 088 — España (94) 4441444.
Ellos son los culpables de lo que hace ETA. De lo que ha hecho y de lo que seguirá haciendo. Los que están en contra de la pena de muerte cargan las armas de los asesinos. Los que comparan unas sentencias ajustadas a la Ley entonces vigente y a Derecho con un secuestro o un asesinato, son los que ponen en la recámara las balas que siegan vidas ajenas.
Es de comprender que una mujer obnubilada por el incontestable hecho de haber parido un hijo de puta, no sepa lo que dice. Pero todos los demás, los periodistas amarillos —la tal de la Rosa María Mateo a la cabeza— los políticos cobardes, los demócratas de manifestación y pancarta sin cojones, los inútiles sin redaños para declarar el estado de guerra que la mierda de Constitución de sus amores permite; esos son los auténticos culpables. Los verdaderos asesinos.
Para sus mentes enfermas de podredumbre, de mentiras mil veces repetidas, de complejos mal digeridos, es muy sencillo recurrir a la infamia de comparar las sentencias de muerte, varias de ellas conmutadas, dictadas en su día para asesinos convictos y confesos, con la vileza del secuestro, de la extorsión, del asesinato.
Con los remordimientos de conciencia a flor de piel, los papanatas se hacen eco de lo que dice la madre que parió a una alimaña. La que le inculcó la superioridad de la raza vasca, el odio a España y a los maketos, o permitió que se lo inculcaran. La que le enseñó —o permitió que le enseñaran en las ikastolas— a ganar juegos matando Guardias Civiles. La que le dio las cerillas —o no se las quitó con dos bofetadas cuando se las vio en el bolsillo— para quemar la Bandera de España.
Esa madre, a fin de cuentas, tiene la escusa de que el aborto de satanás que echó al mundo es su hijo. Para todos los lameculos que han intentado lavar su mala conciencia echando, una vez más, la inmundicia de la calumnia sobre Francisco Franco, no hay perdón posible.
Como no hay perdón posible para esos engendros híbridos de los comunistas reciclados, para esos sinvergüenzas como el tal de López Garrido y otros compañeros de viaje, que se ha permitido decir que ETA es un residuo del fascismo, cuando sabido es que, para los comunistas, fascista es cualquiera que les quita el chollo. Y cuando todos sabemos que ETA es, no un residuo, sino un legítimo descendiente, del marxismo leninismo. Del mismo marxismo leninismo y estalinismo de que son hijos los comunistas. Ellos —todos los cochinos que quieren lavar su responsabilidad con la mentira— son los auténticos culpables. M les quedara un ápice de valor, de honradez, de decencia, no permitirían que la sangre de los demás siguiera pagando sus culpas. Si tuvieran un ápice de dignidad, se meterían todos —políticos y periodistas— en el edificio del Congreso de los Diputados, mandarían atrancar las puertas, y le pegarían fuego.
Y si ellos no lo hicieran, y al pueblo español —el de las manifestaciones, los lacitos, las pancartas y las velitas— le quedara algo de sangre en las venas, asaltaríamos las cárceles, colgaríamos en las plazas mayores de los pueblos a los etarras y a sus cómplices; después quemaríamos en la hoguera a todos los separatistas, y por último, para escarmiento, fusilaríamos por la espalda a todos los políticos que con su interminable chauchau se lavan las manos. Amén.

Carta a un amigo que se ha ido


Esto es algo que un buen amigo escribió para consumo propio cuando murió Juan Pablo II.

Carta a un amigo que se ha ido

Te he visto masticar el aire, pocos días antes de tu muerte, enfadado contigo mismo, con tu cuerpo, por serte negado lo que más querías: comunicarte con tus fieles. Tu, que habías sido el “atleta de Cristo”, un deportista, un antiguo obrero, capaz de soportar vendavales que hubieran tumbado a las estatuas de la Plaza de San Pedro, te veías frágil como un junco mecido por la tormenta. Y aunque los juncos resisten mientras los robles se quiebran, tampoco son inmortales.

He recordado en tu agonía a la de mi padre, alguien que sé hace tiempo en el cielo. Seres duros, fuertes como rocas, pulverizados por el paso del tiempo, débiles, necesitados de ayuda. Con mi padre el planteamiento era elemental, más allá del amor, era un simple reflejo de lo que me dio cuando yo no sabia andar y tenia que tomarme de la mano para que diera unos pasos, cuando no sabía limpiarme solo, cuando había que darme la comida triturada y preparada en la misma boca, pues sin ello hubiera muerto de hambre. Él me cuidó mucho tiempo y yo no pude devolver más que una mínima parte.

De igual manera tu nos has dado mucho ¿que tipos más desagradecidos seriamos tus fieles si no hubiéramos respondido como se ha hecho?. Como en el caso anterior, lo devuelto es muy inferior a lo dado.

Y es que vivimos en una sociedad donde solo se enseña lo perfecto, los cuerpos esculturales. Los ancianos y discapacitados, mejor esconderlos, se ha olvidado el mimo y el respeto que les debemos. De ahí las voces que pedían tu dimisión. Mejor no hablar de ellos ¿verdad?. Hay que perdonar. Sólo te diré que mi corazón se abrió cuando, leyendo tu testamento, me encontré con este párrafo “Expreso la más profunda confianza en que, no obstante mi debilidad, el Señor me concederá cada gracia necesaria para afrontar según Su voluntad cualquier tarea, prueba y sufrimiento que quiera requerir de Su siervo, en el curso de la vida. Tengo también confianza que no permitirá jamás que, mediante alguna aproximación mía: palabras, obras u omisiones, pueda traicionar mis obligaciones en esta Santa Sede Petrina”.

Sabes, soy español. Pero no me siento representado ni por el Rey, ni por el presidente de gobierno. Soy católico y si me he sentido representado por ti. En momentos de extrema debilidad, viendo incluso a obispos que no sabían ser fieles a tu mandato, he dudado. Pero detrás estaba tu ejemplo, pétreo y confortable. Has sido un baluarte donde refugiarse.

Durante tus últimos tiempos, un arzobispo al ver tu paso inseguro y tu evidente empeoramiento te sugirió que fueras más despacio. Tu respuesta fulminante al aclararle que gobernabas la Iglesia con la cabeza y no con los pies, fue más clarificadora que alguna homilía de las que por ahí podemos escuchar.

Y te fuiste. Sin miedo, como nos enseñaste (“no tengáis miedo” ¿recuerdas?). Te fuiste enseñándonos lo que de verdad es una muerte digna. Te fuiste entre las aclamaciones de los jóvenes, frente a los que te movías como si fueras una estrella del rock. Te fuiste entre las lágrimas de muchos a los que volviste a acercar a la Iglesia, a nuestra Iglesia que capitaneaste sin miedo alguno a desgastar las sandalias del pescador dando vueltas al mundo. Te fuiste a la nueva vida. Ahora, más cerca del Padre, tendrás más fácil el ayudarnos. No tengo que recordarte aquella idea del Padre Martín Descalzo que decía que las peticiones más provechosas eran las que se hacían a la Virgen, pues si ella lo pide a su hijo ¿Qué hijo le puede negar algo a su madre?.

Gracias por todo, Karol. Cristo vince, Cristo regna, Cristo, Cristo impera.

Juan V. Oltra

jueves, 23 de agosto de 2007

SI


Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.

Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.
Si engañado, no engañas.
Si no buscas más odio, que el odio que te tengan.
Si eres bueno, y no finges ser mejor de lo que eres.

Si al hablar no exageras, lo que sabes y quieres.
Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si alcanzas el TRIUNFO ó llega tu DERROTA,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.

Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del Orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.

Si arriesgas de un golpe y lleno de alegría,
tus ganancias de siempre a la suerte de un día,
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie lo que eres, ni lo que eras.

Si logras que los nervios y el corazón te asistan,
aún después de su fuga, en tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo, cuando no quede nada,
porque tú lo deseas, lo quieres y mandas.

Si hablas con el pueblo, y guardas la virtud.
Si marchas junto a Reyes, con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera, llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman, y ninguno te precisa.

Si llenas el minuto inolvidable y cierto,
de sesenta segundos, que te llevan al cielo.
TODO lo de esta Tierra será de tu dominio,
Y mucho más aún ...

¡ Serás un HOMBRE, hijo mío !

LO FEMENINO Y LA FALANGE


(Palabras pronunciadas por José Antonio en Don Benito, después del mitin, a unas camaradas)

Habeis querido, mujeres extremeñas, venir a acompañarnos en nuestra despedida. Y acaso no sabéis toda la profunda afinidad que hay entre la mujer y la Falange. Ningún otro partido podréis entender mejor, precisamente porque en la Falange no acostumbramos usar ni la galantería ni el feminismo.

La galantería no era otra cosa que una estafa para la mujer. Se la sobornaba con unos cuantos piropos, para arrinconarla en una privación de todas las consideraciones senas. Se la distraía con un jarabe de palabras, se la cultivaba una supuesta estúpida, para relegarla a un papel frívolo y decorativo. Nosotros sabemos hasta dónde cala la misión entrañable de la mujer, y nos guardaremos muy bien de tratarla nunca como tonta destinataria de piropos.

Tampoco somos feministas. No entendemos que la manera de respetar a la mujer consista en sustraerla a su magnifico destino y entregarla a funciones varoniles. A mí siempre me ha dado tristeza ver a la mujer en ejercicios de hombre, toda afanada y desquiciada en una rivalidad donde lleva –entre la morbosa complacencia de los competidores masculinos– todas las de perder. El verdadero feminismo no debiera consistir en querer para las mujeres las funciones que hoy se estiman superiores, sino en rodear cada vez de mayor dignidad humana y social a las funciones femeninas.

Pero por lo mismo que no somos ni galantes ni feministas, he aquí que es, sin duda, nuestro movimiento aquel que en cierto aspecto esencial asume mejor un sentido femenino de la existencia. No esperaríais, sin duda, esta declaración de boca de quien manda –inferior en esto a cuantos le obedecen– tantas filas magníficas de muchachos varoniles.

Los movimientos espirituales del individuo o de la multitud responden siempre a una de estas dos palancas: el egoísmo y la abnegación. El egoísmo busca el logro directo de las satisfacciones sensuales; la abnegación renuncia a las satisfacciones sensuales en homenaje a un orden superior. Pues bien: si hubiera que asignar a los sexos una primacía en la sujeción a esas dos palancas, es evidente que la del egoísmo correspondería al hombre y la de la abnegación a la mujer. El hombre –siento, muchachas, contribuir con esta confesión a rebajar un poco el pedestal donde acaso lo teníais puesto– es torrencialmente egoísta; en cambio, la mujer casi siempre acepta una vida de sumisión, de servicio, de ofrenda abnegada a una tarea.

La Falange también es así. Los que militamos en ella tenemos que renunciar a las comodidades, al descanso, incluso a amistades antiguas y a afectos muy hondos. Tenemos que tener nuestra carne dispuesta a la desgarradura de las heridas. Tenemos que contar con la muerte –bien nos lo enseñaron bastantes de nuestros mejores– como un acto de servicio. Y, lo que es peor de todo, tenemos que ir de sitio en sitio desgañitándonos, en medio de la deformación, de la interpretación torcida, del egoísmo indiferente, de la hostilidad de quienes no nos entienden, y porque no nos entienden nos odian, y del agravio de quienes nos suponen servidores de miras ocultas o simuladores de inquietudes auténticas. Así es la Falange. Y como si se hubiera operado un milagro, cuanto menos puede esperar en ella el egoísmo, mas crece y se multiplica. Por cada uno que cae, heroico; por cada uno que deserta, acobardado, surgen diez, ciento, quinientos, para ocupar el sitio.

Ved, mujeres, cómo hemos hecho virtud capital de una virtud, la abnegación, que es, sobre todo, vuestra. Ojalá lleguemos en ella a tanta altura, ojalá lleguemos a ser en esto tan femeninos, que algún día podáis de veras consideramos ¡hombres!

(Arriba, núm. 7, 2 de mayo de 1935)

TESTAMENTO DE JOSÉ ANTONIO


Testamento que redacta y otorga José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, de treinta y tres años, soltero, abogado, natural y vecino de Madrid, hijo de Miguel y Casilda (que en paz descansen), en la Prisión Provincial de Alicante, a dieciocho de noviembre de mil novecientos treinta y seis.

Condenado ayer a muerte, pido a Dios que si todavía no me exime de llegar a ese trance, me conserve hasta el fin la decorosa conformidad con que lo preveo y, al juzgar mi alma, no le aplique la medida de mis merecimientos, sino la de su infinita misericordia.

Me acomete el escrúpulo de si será vanidad y exceso de apego a las cosas de la tierra el querer dejar en esta coyuntura cuentas sobre algunos de mis actos; pero como, por otra parte, he arrastrado la fe de muchos camaradas míos en medida muy superior a mi propio valer (demasiado bien conocido de mí, hasta el punto de dictarme esta frase con la más sencilla y contrita sinceridad), y como incluso he movido a innumerables de ellos a arrostrar riesgos y responsabilidades enormes, me parecía desconsiderada ingratitud alejarme de todos sin ningún género de explicación.

No es menester que repita ahora lo que tantas veces he dicho y escrito acerca de lo que los fundadores de Falange Española intentábamos que fuese. Me asombra que, aun después de tres años, la inmensa mayoría de nuestros compatriotas persistan en juzgarnos sin haber empezado ni por asomo a entendernos y hasta sin haber procurado ni aceptado la más mínima información. Si la Falange se consolida en cosa duradera, espero que todos perciban el dolor de que se haya vertido tanta sangre por no habérsenos abierto una brecha de serena atención entre la saña de un lado y la antipatía de otro. Que esa sangre vertida me perdone la parte que he tenido en provocarla, y que los camaradas que me precedieron en el sacrificio me acojan como el último de ellos.

Ayer, por última vez, expliqué al Tribunal que me juzgaba lo que es la Falange. Como en tantas ocasiones, repasé, aduje los viejos textos de nuestra doctrina familiar. Una vez más, observé que muchísimas caras, al principio hostiles, se iluminaban, primero con el asombro y luego con la simpatía. En sus rasgos me parecía leer esta frase: "¡Si hubiésemos sabido que era esto, no estaríamos aquí!" Y, ciertamente, ni hubiéramos estado allí, ni yo ante un Tribunal popular, ni otros matándose por los campos de España. No era ya, sin embargo, la hora de evitar esto, y yo me limité a retribuir la lealtad y la valentía de mis entrañables camaradas, ganando para ellos la atención respetuosa de sus enemigos.

A esto tendí, y no a granjearme con gallardía de oropel la póstuma reputación de héroe. No me hice responsable de todo ni me ajusté a ninguna otra variante del patrón romántico. Me defendí con los mejores recursos de mi oficio de abogado, tan profundamente querido y cultivado con tanta asiduidad. Quizá no falten comentadores póstumos que me afeen no haber preferido la fanfarronada. Allá cada cual. Para mí, aparte de no ser primer actor en cuanto ocurre, hubiera sido monstruoso y falso entregar sin defensa una vida que aún pudiera ser útil y que no me concedió Dios para que la quemara en holocausto a la vanidad como un castillo de fuegos artificiales. Además, que ni hubiera descendido a ningún ardid reprochable ni a nadie comprometía con mi defensa, y sí, en cambio, cooperaba a la de mis hermanos Margot y Miguel, procesados conmigo y amenazados de penas gravísimas. Pero como el deber de defensa me aconsejó, no sólo ciertos silencios, sino ciertas acusaciones fundadas en sospechas de habérseme aislado adrede en medio una región que a tal fin se mantuvo sumisa, declaro que esa sospecha no está, ni mucho menos, comprobada por mí, y que sí pudo sinceramente alimentarla en mi espíritu la avidez de explicaciones exasperada por la soledad, ahora, ante la muerte, no puede ni debe ser mantenida.

Otro extremo me queda por rectificar. El aislamiento absoluto de toda comunicación en que vivo desde poco después de iniciarse los sucesos sólo fue roto por un periodista norteamericano que, con permiso de las autoridades de aquí, me pidió unas declaraciones a primeros de octubre. Hasta que, hace cinco o seis días, conocí el sumario instruido contra mí, no he tenido noticia de las declaraciones que se me achacaban, porque ni los periódicos que las trajeron ni ningún otro me eran asequibles. Al leerlas ahora, declaro que entre los distintos párrafos que se dan como míos, desigualmente fieles en la interpretación de mi pensamiento, hay uno que rechazo del todo: el que afea a mis camaradas de la Falange el cooperar en el movimiento insurreccionar con "mercenarios traídos de fuera". Jamás he dicho nada semejante, y ayer lo declaré rotundamente ante el Tribunal, aunque el declararlo no me favoreciese. Yo no puedo injuriar a unas fuerzas militares que han prestado a España en Africa heroicos servicios. Ni puedo desde aquí lanzar reproches a unos camaradas que ignoro si están ahora sabia o erróneamente dirigidos, pero que a buen seguro tratan de interpretar de la mejor fe, pese a la incomunicación que nos separa, mis consignas y doctrinas de siempre. Dios haga que su ardorosa ingenuidad no sea nunca aprovechada en otro servicio que el de la gran España que sueña la Falange.

Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas calidades entrañables, la Patria, el Pan y la Justicia.

Creo que nada más me importa decir respecto a mi vida pública. En cuanto a mi próxima muerte, la espero sin jactancia, porque nunca es alegre morir a mi edad, pero sin protesta. Acéptela Dios Nuestro Señor en lo que tenga de sacrificio para compensar en parte lo que ha habido de egoísta y vano en mucho de mi vida. Perdono con toda el alma a cuantos me hayan podido dañar u ofender, sin ninguna excepción, y ruego que me perdonen todos aquellos a quienes deba la reparación de algún agravio grande o chico. (...)

Lección de José Antonio Girón de Velasco a los trabajadores


Trabajadores, camaradas:

Nuestra doctrina es clara y sencilla y no hace falta ninguna clase de vulgarización para ponerla al alcance de todas las inteligencias. Cuantos quieren hacer de ella una jerga para iniciados, cuantos andan torturando sus cerebros en un prurito de quintaesenciar los conceptos, sólo han encontrado un buen sistema de perder el tiempo y el estilo. La verdad no necesita encubrirse entre nieblas porque su presencia a la luz es la más eficaz forma de ganar los espíritus. La Cruz, que es la suprema unidad, es el signo de la suprema sencillez. Nos proponemos en esta lección haceros un resumen de nuestra manera de pensar, pero hemos querido insistir antes en esta consideración. No tenemos una verdad para trabajadores y otra para filósofos. Estos que vamos a exponer son nuestros dogmas para todos. Lleguéis o no al convencimiento de que son los mejores, a vuestro lado o contra vosotros, hemos de seguir luchando por ellos hasta imponerlos en la Patria. Si os desanima examinar la distancia entre lo que decimos y lo que hacemos, entre una doctrina y una realidad, vuestro deber de trabajadores y de españoles es acortarla con vuestra acción. De esa misma desesperación se nutre nuestro coraje y tened la seguridad de que nos encontraréis a vuestro lado si os tienta la empresa de hacer verdad en la Patria cada consigna. Con esta esperanza os hablamos y con el objeto de no ser mañana responsables de que nos ignoréis hoy. No somos tantos, como pudiera pareceros, pero no es el número de quienes la defienden el que califica la verdad. Si una majadería repartida por un millón de bocas sigue siendo una majadería, la verdad defendida por una sola escuadra sigue siendo la verdad. Pero es indudable que en la rapidez con que ha de imponerse en sus realidades concretas influye, si no una fuerza física que no tenéis, la fuerza moral que la fe apasionada de todos los trabajadores de la Patria puede prestarle a la urgencia de nuestra victoria. En este sentido nos interesa vuestra incorporación. Para eso os hemos traído aquí. Y no tenemos por qué ocultar que estamos en el comienzo de una gran ofensiva para encuadrar a todos los españoles honrados -que se batieron por ideal en cualquier frente- bajo nuestras banderas. Una ofensiva que gane a nuestra doctrina nuevos hombres a los que interese hacerla realidad, para que la tragedia española tan cara en sangre que hemos vivido, no termine un buen día en una frívola pantomima de revolución.

ORACIÓN POR LOS CAIDOS DE LA FALANGE


Señor, acoge con piedad en tu seno a los que mueren por España y consérvanos siempre el santo orgullo de que solamente en nuestras filas se muera por España y de que solamente a nosotros honre el enemigo con sus mayores armas. Víctimas del odio, los nuestros no cayeron por odio, sino por amor, y el último secreto de sus corazones era la alegría con que fueron a dar sus vidas por la Patria. Ni ellos ni nosotros hemos conseguido jamás entristecernos de rencor ni odiar al enemigo, y tú sabes, Señor, que todos estos caídos mueren para libertar con su sacrificio generoso a los mismos que les asesinaron, para cimentar con su sangre joven las primeras piedras en la reedificación de una Patria libre, fuerte y entera. Ante los cadáveres de nuestros hermanos, a quienes la muerte ha cerrado sus ojos antes de ver la luz de la victoria, aparta, Señor, de nuestros oídos las voces sempiternas de los fariseos, a quienes el misterio de toda redención ciega y entenebrece, y hoy vienen a pedir con vergonzosa ingencia delitos contra los delitos y asesinatos por la espalda a los que nos pusimos a combatir de frente. Tú no nos elegiste, Señor, para que fuéramos delincuentes contra los delincuentes sino soldados ejemplares, custodios de valores augustos, números ordenados de una guardia puesta a servir con amor y con valentía la suprema defensa de una Patria. Esta ley moral es nuestra fuerza. Con ella venceremos dos veces al enemigo, porque acabaremos por destruir no sólo su potencia sino su odio. A la victoria que no sea clara, caballeresca y generosa preferimos la derrota, porque es necesario que, mientras cada golpe del enemigo sea horrendo y cobarde, cada acción nuestra sea la afirmación de un valor y una moral superiores. Aparta así, Señor, de nosotros, todo lo que otros quisieran que hiciésemos y lo que se ha solido hacer en hombre de vencedor impotente de clase, de partido o de secta, y danos heroísmo para cumplir lo que se ha hecho siempre en nombre de una Patria, en nombre de un Estado futuro, en nombre de una cristiandad civilizada y civilizadora. Tú sólo sabes con palabra de profecía para qué deben estar" aguzadas las flechas y tendidos los arcos" (Isa. V, 28). Danos ante los hermanos muertos por la Patria perseverancia en este menosprecio hacia las voces farisaicas y oscuras, peores que voces de mujeres necias. Haz que la sangre de los nuestros, Señor, sea el brote primero de la redención de esta España, en la unidad nacional de sus tierras, en la unidad social de sus clases, en la unidad espiritual en el hombre y entre los hombres, y haz también que la victoria final sea en nosotros una entera estrofa española del canto universal de tu gloria.

(F.E., 22 de febrero de 1934) RAFAEL SÁNCHEZ MAZAS

miércoles, 22 de agosto de 2007

CARA AL SOL

EL NACIONALISMO ANTIESPAÑOL




¿Alguien puede dudar de la vigencia de este texto escrito hace 74 años...?




EUZKADI LIBRE?


Acaso siglos antes de que Colón tropezara con las costas de América pescaron gentes vascas en los bancos de Terranova. Pero los nombres de aquellos precursores posibles se esfumaron en la niebla del tiempo. Cuando empiezan a resonar por los vientos del mundo las eles y las zetas de los nombres vascos es cuando los hombres que las llevan salen a bordo de las naves imperiales de España. En la ruta de España se encuentran los vascos a sí mismos. Aquella raza espléndida, de bellas musculaturas sin empleo y remotos descubrimientos sin gloria, halla su auténtico destino al bautizar con nombres castellanos las tierras que alumbra y transportar barcos en hombros, de mar a mar, sobre espinazos de cordilleras. Nadie es uno sino cuando pueden existir otros. No es nuestra interna armadura física lo que nos hace ser personas, sino la existencia de otros de los que el ser personas nos diferencia. Esto pasa a los pueblos, a las naciones. La nación no es una realidad geográfica, ni étnica, ni lingüística; es sencillamente una unidad histórica. Un agregado de hombres sobre un trozo de tierra sólo es nación si lo es en función de universalidad, si cumple un destino propio en la Historia; un destino que no es el de los demás. Siempre los demás son quienes nos dicen que somos uno. En la convivencia de los hombres soy el que no es ninguno de los otros. En la convivencia universal, es cada nación lo que no son las otras. Por eso las naciones se determinan desde fuera; se las conoce desde los contornos en que cumplen un propio, diferente, universal destino. Así es nación España. Se dijera que su destino universal, el que iba a darle el toque mágico de nación, aguardaba el instante de verla unida. Las tres últimas décadas del quince asisten atónitas a los dos logros, que bastarían por su tamaño para llenar un siglo cada uno: apenas se cierra la desunión de los pueblos de España, se abren para España –allá van los almirantes vascos en naves de Castilla– todos los caminos del mundo. Hoy parece que quiere desandarse la Historia. Euzkadi ha votado su Estatuto. Tal vez lo tenga pronto. Euzkadi va por el camino de su libertad. ¿De su libertad? Piensen los vascos en que la vara de la universal predestinación no les tocó en la frente sino cuando fueron unos con los demás pueblos de España. Ni antes ni después, con llevar siglos y siglos hablando lengua propia y midiendo tantos grados de ángulo facial. Fueron nación (es decir, unidad de historia diferente de las demás), cuando España fue su nación. Ahora quieren escindirla en pedazos. Verán cómo les castiga el Dios de las batallas y de las navegaciones, a quien ofende, como el suicidio, la destrucción de las fuertes y bellas unidades. Los castigará a servidumbre, porque quisieron desordenadamente una falsa libertad. No serán nación (una en lo universal); serán pueblo sin destino en la Historia, condenado a labrar el terruño corto de horizontes, y acaso a atar las redes en otras Tierras Nuevas, sin darse cuenta de que descubre mundos. (FE., núm. 1, 7 de diciembre de 1933)

JOSÉ ANTONIO, ENTRE ODIO Y AMOR


La figura de José Antonio Primo de Rivera sigue siendo, como decía Antonio Gibello, esa gran desconocida, o lo era hasta la publicación de este libro.Idolatrada por unos, denostada por otros, y, en el mayor de los casos, incomprendida.Arnaud Imatz nos presenta en este riguroso estudio histórico, la figura del fundador de la Falange Española tal y como fue, con sus claros y oscuros, con sus dudas, con su increíble evolución ideológica que le hace apartarse del Fascismo por ser un movimiento ajeno a lo Español, una biografía apasionante, no apasionada.El libro definitivo para comprender la compleja personalidad de José Antonio,una obra que hace que, los que amábamos al Fundador, lo queramos, además de con el corazón, con la cabeza, sin caer en apasionamientos absurdos.El hombre al que ni las izquierdas ni las derechas entendieron por el sencillo motivo de que amaba a España en su totalidad , de frente, sin partidismos, desde lo mas profundo de su ser y, especialmente, a las clases mas desfavorecidas, reclamando para ellos Justicia Social.Imatz nos acerca a José Antonio, nos lo muestra cercano, alejado del halo místico que la propaganda franquista fabricó, con multitud de anécdotas, hasta ahora poco conocidas.Una obra especialmente recomendable para los jóvenes que desconocen todo de Primo de Rivera, que se acercan a Él, limpios de corazón y alejados de prejuicios, intentando buscar la verdad de quién fue, como vivió, como murió y la obra que nos lego a todos los Españoles.Un ensayo imprescindible y definitivo sobre José Antonio y el Falangismo, escrito por un historiador aséptico y riguroso, sin giros rocambolescos, horizontal y rotundo.Aquella pregunta que, hace años, dejó el poeta en el aire “¿Dónde fuiste, José Antonio, que te busco y no te encuentro?” queda totalmente resuelta, en el libro de Arnaud Imatz.Que a ustedes les aproveche.-

LA UNIDAD DE DESTINO
Nadie podrá reprochamos de estrechez ante el problema catalán. En estas columnas antes que en ningún otro sitio, y, fuera de aquí, por los más autorizados de los nuestros, se ha formulado la tesis de España como unidad de destino. Es decir, aquí no concebimos cicateramente a España como entidad física, como conjunto de atributos nativos (tierra, lengua, raza) en pugna vidriosa con cada hecho nativo local. Aquí no nos burlamos de la bella lengua catalana ni ofendemos con sospechas de mira mercantil los movimientos sentimentales –equivocados gravísimamente, pero sentimentales– de Cataluña. Lo que sostenemos aquí es que nada de eso puede justificar un nacionalismo, porque la nación no es una entidad física individualizada por sus accidentes orogáficos, étnicos o lingüísticos, sino una entidad histórica, diferenciada de las demás en lo universal por una propia unidad de destino.
España es la portadora de la unidad de destino, y no ninguno de los pueblos que la integran. España es pues, la nación, y no ninguno de los pueblos que la integran. Cuando esos pueblos se reunieron, hallaron en lo universal la justificación histórica de su propia existencia. Por eso España, el conjunto, fue la nación.
LA IRREVOCABILIDAD DE ESPAÑA
Hace falta que las peores deformaciones se hayan adueñado de las mentes para que personas que se tienen, de buena fe, por patriotas, admitan la posibilidad, dados ciertos requisitos, de la desmembración de España. Unos niegan licitud al separatismo porque suponen que no cuenta con la aquiescencia de la mayoría de los catalanes. Otros afirman que no es admisible una situación semiseparatista, sino que hay que optar –¡qué optar!– entre la solidaridad completa o la independencia. "O hermanos o extranjeros", dice "ABC", y aún afirma recibir centenares de telegramas que le felicitan por decirlo. Es prodigioso –y espeluznante– que periódico como "ABC", en el que la menor tibieza antiespañola no ha tenido jamás asilo, piense que cumple con su deber al acuñar semejante blasfemia: "Hermanos o extranjeros"; es decir, hay una opción: se puede ser una de las dos cosas. ¡No! La elección de la extranjería es absolutamente ilícita, pase lo que pase, renuncien o no renuncien al arancel, quiéranlo pocos catalanes, muchos o todos. Más aún terminantemente: aunque todos los españoles estuvieran conformes en convertir a Cataluña en país extranjero, seria el hacerlo un crimen merecedor de la cólera celeste.
España es irrevocable. Los españoles podrán decidir acerca de cosas secundarias; pero acerca de la esencia misma de España no tienen nada que decidir. España no es nuestra, como objeto patrimonial; nuestra generación no es dueña absoluta de España; la ha recibido del esfuerzo de Generaciones y generaciones anteriores, y ha de entregarla, como depósito sagrado, a las que la sucedan. Si aprovechara este momento de su paso por la continuidad de los siglos para dividir a España en pedazos, nuestra generación cometería para con las siguientes el más abusivo fraude, la más alevosa traición que es posible imaginar.
Las naciones no son contratos, rescindibles por la voluntad de quienes los otorgan: son fundaciones, con sustantividad propia, no dependientes de la voluntad de pocos ni muchos.
MAYORÍA DE EDAD
Algunos han formulado la siguiente doctrina respecto de los Estatutos regionales: no se puede dar un Estatuto a una región mientras no es mayor de edad. El ser mayor de edad se le nota en los indicios de haber adquirido una convicción suficientemente fuerte de su personalidad propia.
He aquí otra monstruosidad ideológica: se debe, con arreglo a esa teoría, conceder su Estatuto a una región –es decir, aflojar los resortes de la vigilancia unitaria– cuando esa región ha adquirido suficiente conciencia de sí misma; es decir, cuando se siente suficientemente desligada de la personalidad del conjunto. No es fácil, tampoco ahora, concebir más grave aberración. También corre prisa perfilar una tesis acerca de qué es la mayoría de edad regional acerca de cuándo deja de ser lícito conceder a una región su Estatuto.
Y esa mayoría de edad se nota, cabalmente, en lo contrario de la afirmación de la personalidad propia. Una región es mayor de edad cuando ha adquirido tan fuertemente la conciencia de su unidad de destino en la patria común, que esa unidad ya no corre ningún riesgo por el hecho de que se aflojen las ligaduras administrativas.
Cuando la conciencia de la unidad de destino ha penetrado hasta el fondo del alma de una región, ya no hay peligro en darle Estatuto de autonomía. La región andaluza, la región leonesa, pueden gozar de regímenes autónomos, en la seguridad de que ninguna solapada intención se propone aprovechar las ventajas del Estatuto para maquinar contra la integridad de España. Pero entregar Estatutos a regiones minadas de separatismo; multiplicar con los instrumentos del Estatuto las fuerzas operantes contra la unidad de España; dimitir la función estatal de vigilar sin descanso el desarrollo de toda la tendencia a la secesión es, ni más ni menos, un crimen.
SÍNTOMAS
Todos los síntomas confirman nuestra tesis. Cataluña autónoma asiste al crecimiento de un separatismo que nadie refrena: el Estado, porque se ha inhibido de la vida catalana en las funciones primordiales: la formación espiritual de las generaciones nuevas, el orden público, la administración de justicia.... y la Generalidad, porque esa tendencia separatista, lejos de repugnarle, le resulta sumamente simpática.
Así, el germen destructor de España, de esta unidad de España lograda tan difícilmente, crece a sus anchas. Es como un incendio para cuya voracidad no sólo se ha acumulado combustible, sino que se ha trazado a los bomberos una barrera que les impide intervenir. ¿Qué quedará, en muy pocos años, de lo que fue bella arquitectura de España?
¡Y mientras tanto, a nosotros, a los que queremos salir por los confines de España gritando estas cosas, denunciando estas cosas, se nos encarcela, se nos cierran los centros, se nos impide la propaganda! Y la insolencia separatista crece. Y el Gobierno busca fórmulas jurídicas. Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

SIN CAMBIAR DE BANDERA


"Esta orgía de libertad que hoy proclaman algunos está abriendo las sucia alcantarilla de los intereses mas bajos, de los instintos mas despreciables, de las aberraciones mas repugnantes.Se alzan como valores el deshonor, el travestismo político, la deslealtad y el perjurio. Se abren las esclusas de la revancha, florecen la zafiedad y el mal gusto, se pone en trance de aborrecimiento la virtud, se sofoca el mérito, se expulsa de la historia con vilipendios a héroes, mártires, pensadores, y, simultanemente, se crean unos territorios de presión para que los ocupen y se instalen en ellos, los especialistas del insulto, los artesanos de la injuria, y así, al grito de la ambición se une el aullido de la envidia y unos arquitectos sin titulación moral edifican sobre un espacio cuarteado el edificio sin muros de una colosal mentira. Pero ¿que clase de libertad es ésta? ¿Quién puede justiicar en su nombre el desenfreno, el atentado permanente a la intimidad, la ofensa a la dignidad de la persona, la ridiculización de los valores religiosos, el insulto a la bandera y el menosprecio a nuestra historia?" JOSÉ UTRERA MOLINA.-Sin cambiar de bandera.-

Mártires del siglo XX



La Beatificación de 498 mártires del siglo XX en España

La Beatificación de 498 mártires del siglo XX en España tendrá lugar el próximo 28 de octubre en Roma Madrid, 5 de junio de 2007 La Secretaría de Estado de Su Santidad ha comunicado al Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. D. Ricardo Blázquez Pérez, que el Sumo Pontífice ha concedido que la celebración del Rito de Beatificación de las 23 causas de mártires españoles tenga lugar en Roma el domingo 28 de octubre de 2007. Las causas agrupan a un total de 498 mártires que dieron la vida por Cristo durante la persecución religiosa de los años treinta del siglo XX en España. Los obispos, en la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, el pasado 27 de abril, hicieron público un Mensaje en el que anunciaban esta ceremonia para el próximo otoño en Roma y señalaban que “la beatificación que vamos a celebrar es una hora de gracia para la Iglesia que peregrina en España y para toda la sociedad. Os invitamos a prepararos bien para esta fiesta y a participar en ella de modo que se convierta para todos en un nuevo estímulo para la renovación de la vida cristiana. (…) Los mártires, que murieron perdonando, son el mejor aliento para que todos fomentemos el espíritu de reconciliación”. El listado completo, con los nombres de los mártires y su distribución por diócesis, puede consultarse desde hoy en la página web de la CEE (http://www.conferenciaepiscopal.es/santos/martires.htm). Próximamente se presentará a la opinión pública un libro, publicado por EDICE, que, bajo el título Quiénes son y de dónde vienen. 498 mártires del siglo XX en España, reunirá las biografías y fotografías de los mártires que serán beatificados y su relación con las diócesis españolas. http://www.conferenciaepiscopal.es/actividades/2007/junio_05.htm CAIDOS POR DIAS Y POR ESPAÑA ¡¡¡PRESENTES!!!

VUESTRA SANTA SANGRE DERRAMADA SERVIRÁ PARA QUE NUEVAS VOCACIONES ACEPTEN Y DESCUBRAN LA PALABRA DE DIOS.

¡VIVA CRISTO REY!