lunes, 31 de enero de 2011

Esa otra fiel infantería



Los vi hace poco en el aeropuerto de México: ojerosos, mal afeitados, hechos polvo tras largos vuelos y tránsitos infames. Eran cuatro -uno, naturalmente, se llamaba Pepe- y hablaban de Flandes y de las Indias. O de como se diga ahora. Holanda, decían. México y Venezuela. Sitios así. Hablaban de saqueos, botines y aventuras. O sea, de buscarse la vida donde ésta late. De negocios. Estaban allí con sus arrugados coletos de cuero transformados en trajes de chaqueta y corbata; con sus armas, que eran ordenadores y agendas, y con esa mirada absorta, fatigada, que les queda a los que vienen de asaltar las murallas de Breda o pelear en las calzadas de Tenochtitlán. Observándolos mientras consultaban las salidas de los vuelos, concluí que tampoco, si uno se fija bien y leyó los libros adecuados, hay tanta diferencia: Barajas en vez de Cádiz, Lisboa o la boca del Guadalquivir, en galeones, o Italia y el Camino Español por los Alpes y Suiza, rumbo al norte de Europa. La fiel infantería del rey católico: la misma gente que hace cuatro siglos, harta de monarcas imbéciles, curas parásitos y funcionarios sanguijuelas, decidió que era mejor intentarlo allá afuera y reventar en ello, que languidecer en una tierra yerma, ingrata, dejada de la mano de Dios.

Alguien escribió que en otro tiempo, cuando España se dilataba en el mundo, los españoles se echaron afuera a pelear y buscarse la vida, desde nobles hasta labriegos. Y fue cierto. Unos lo hicieron por hambre de gloria y dinero; otros, los más, por hambre de verdad. Desde las Indias a Filipinas, del norte de África a Europa entera, contra toda clase de naciones bárbaras o civilizadas, pelearon hidalgos y campesinos, bachilleres y pastores, caballeros y pícaros, amos y criados, soldados y poetas. Pelearon Cervantes, Garcilaso, Lope de Vega, Calderón, Ercilla y muchos más. En todas las tierras y climas, bajo nieve, sol, lluvia o viento, desharrapadas huestes de españoles pequeños y recios, fanfarrones, crueles, hechos a la miseria, el sufrir y las fatigas, con todo por ganar y nada que perder salvo la vida, renegando a cada paso en todas las lenguas de España, acuchillándose entre sí en los ratos libres que no empleaban en degollar a terceros, caminaron tras las rotas banderas en busca de pan que llevarse a la boca. Así llenaron los espacios en blanco de los mapas, las tierras incógnitas. Y sin pretenderlo, de rebote, los que regresaron vivos trajeron Méxicos y Perús, riquezas hasta para quienes nunca arriesgaron nada. E historias fascinantes que escuchar.

Pensaba en eso viendo a los cuatro soldados de los modernos tercios que aguardaban en el aeropuerto. La misma hambre, me dije. El mismo dilema. Quedarse en esta tierra estéril y enferma es languidecer. Recordé haberlos visto toda mi vida en cien rincones perdidos del mundo, alojados en hoteles de veinte dólares donde nunca para un hombre de negocios acomodado. Planchándose ellos cada mañana su único traje, como otros se revestían el arnés y el acero, antes de echarse a la calle a pelear de nuevo. A arrancarle el botín a la vida donde ésta se deja. Lo mejor de nuestra fiel infantería: empresarios y comerciales españoles que no gastan más de lo preciso en dormir y comer, sobrios y tenaces; pero que cada mañana, a la hora del combate, riñen con esos otros a quienes todo sobra, tumbando a base de iniciativa e imaginación a competidores de grandes compañías gringas que han hecho masters en Harvard y escriben sin faltas de ortografía; y que sin embargo se ven, sin comprenderlo, acuchillados por esos tipos duros, hambrientos y mal afeitados que no tienen Visa Oro pero saben arreglárselas para hacer lo imposible, por pura necesidad y desesperación. Porque hablan la lengua, o se la inventan. Porque lo de buscarse la vida, asaltar murallas para cobrarse pagas atrasadas o pelear en una trinchera, hambrientos y con el barro hasta los huevos, lo llevan en la sangre. Pensé en todo eso, como digo, mirando a esos tipos en la sala de espera del aeropuerto. Nunca imaginaréis, concluí, con cuántas cosas me reconciliáis de nuestra perra España. Calculé sus noches solitarias velando armas, mirando ventanas de cielos extranjeros. La soledad y la dureza del combate librado a tus solas fuerzas, sabiendo que el único día fácil es el que dejaste atrás. Hombres y mujeres valientes, soldados metidos muy adentro en territorio enemigo, que llevan al hombro, a su manera conmovedora, la vieja aspa de San Andrés: los colores de sus modestas empresas -«I am from Murcia», oí decir a uno en El Cairo, hace treinta años, al policía que le pidió la cartilla de vacunación que no llevaba-. Batiéndose a ciegas por la negra honra y por desesperación. Por hambre. Mal pagados e ignorados en su tierra, como siempre. De nuevo, también como siempre, la misma historia. No sabemos vivir de otra manera.


sábado, 29 de enero de 2011

Carta abierta a Alejandro Sanz de un investigador del Centro Nacional de Biotecnología



Cuando consigo que mi trabajo funcione, tras muchísimas horas de laboratorio exponiéndome a múltiples riesgos para mi salud, intento publicar mis resultados. ¿Sabes lo que pasa cuando lo hago? Que la revista se queda con todos mis derechos de autor. CON TODOS. Si quiero, no sé, poner una figura de mi trabajo en algún otro formato, tengo que pedir permiso. Por mi figura. Por mi trabajo. Y te hablo de figuras en blanco y negro. En color no podemos pagarlas. ¿Sabes por qué? Porque PAGO POR PUBLICAR. Sí, en serio, lo hacemos.


Hola Alejandro,

Hace muchos días que ando dándole vueltas a la ley Sinde, a los derechos de autor, y (pulsar) leyendo tus desafortunados tweets . Ahora que tengo las tres cosas juntitas, déjame que te comente algunas cosas.

Soy científico, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y actualmente “Visiting Assistant in Research” en la Yale School of Medicine, en New Haven, Conneticcut.

Trabajo en el desarrollo de varias vacunas para el tercer mundo, aunque intento centrar mis esfuerzos en la Leishmaniasis, una enfermedad olvidada que mata e incapacita en África, Asia y Sudamérica. Sí, esos mismos sitios para los que, de vez en cuando, puedes montar una parranda benéfica. Y aunque no lo sepas (y muchas personas no lo saben) es esa enfermedad que hace que miles de pobres niños tengan el vientre hinchado y mueran. La misma que hace que sus padres no puedan trabajar. Entre nosotros, ese tipo de enfermedades que hace que el Tercer Mundo siga siendo tercer mundo.

Cuando consigo que mi trabajo funcione, tras muchísimas horas de laboratorio exponiéndome a múltiples riesgos para mi salud, intento publicar mis resultados. ¿Sabes lo que pasa cuando lo hago? Que la revista se queda con todos mis derechos de autor. CON TODOS. Si quiero, no sé, poner una figura de mi trabajo en algún otro formato, tengo que pedir permiso. Por mi figura. Por mi trabajo. Y te hablo de figuras en blanco y negro. En color no podemos pagarlas.

¿Sabes por qué? Porque PAGO POR PUBLICAR. Sí, en serio, lo hacemos. Mi laboratorio tiene que pagar para poder difundir los avances científicos que puedan curar a esos niños o a sus padres en el futuro. PAGO POR PUBLICAR y tengo que pedir permiso por mi figura, por mi trabajo.

Ahora podrías meter en 140 caracteres que luchar por mis derechos no impide que tú lo hagas por los tuyos, yo seguiría leyendo.

Desde que el hombre es hombre, desde que el ser humano es humano, ha demostrado que necesita expresar sus sentimientos. Y de ahí surgió el arte. También, al mismo tiempo, surgieron las preguntas de qué hacía aquí. Los famosos “de dónde vengo, quién soy, y adónde voy”.

Y es que las dos cosas, ciencia y arte, son humanas, pero no por ello profesiones.

Mira, no sé, 100 o 200 años atrás. El arte lo hacía el que podía permitírselo. Y la ciencia también. Hasta Darwin descubrió el origen de las especies en un tour por el mundo, en el que vio que los pinzones de unas islas tenían los picos más grandes que otros. La gran revolución científica vino de un viaje de alguien que pudo permitírselo.

Ahora, industria mediante, los artistas cobran por entretener y los científicos cobran por descubrir cosas. Una maravilla para los que no somos de familias ricas y queremos hacer ciencia o arte.

Yo me he quejado y mucho de mi falta de derechos. De intentar defender lo que ahora, para mí, es más que un reconocido trabajo. Y también creo cosas.

La diferencia es que yo con un salario tengo. Y lucho por un salario digno. QUE ME PAGUEN POR MI TRABAJO. No creo que tenga sentido que me paguen tiempo después por mis logros. Te recuerdo que lo que yo quiero es una vacuna para el tercer mundo. Y pagar mis facturas. No quiero ningún rendimiento extra que no me merezco. No quiero derechos de autor, quiero que mis avances sigan derechos a conseguir su objetivo.

Entiendo que quieras que te paguen por tu trabajo. Y deberías (que lo haces) negociar lo que te paga una discográfica por grabar un nuevo disco. O que defiendas tu caché en los escenarios. Pero cobrar también impuestos sobre los CD, discos duros, lo-que-sea que la S.G.A.E quiera inventar para sangrar al ciudadano medio, perdóname muy mucho, pero yo lo veo excesivo. Intentar lanzar una ley que te permita cobrar más de lo que te toca porque la industria que a ti te trata bien se está muriendo, lo siento, pero no. Limitar las libertades individuales para maximizar vuestro beneficio no es justo.

¿Sabes por qué tengo un blog de divulgación científica? Para que el mundo vea que la ciencia es importante. Para que posiblemente en el futuro sea una profesión digna. Yo no busco hacerme rico. Yo no quiero recortar libertades. Yo lucho por cambiar la industria que hace que mi actual profesión me obligue a tener otra con la que, juntas, poder pagar las facturas.

Y por favor, no vuelvas a comparar los derechos a recibir medicamentos de los niños pobres con el derecho a declarar culpable de piratería a diestro y siniestro. Que ya lleváis demasiado tiempo cobrando por ello. Renovaos o morid. Pero no hables de los que de verdad mueren aunque de vez en cuando reciban tu calderilla.Atentamente,

Lucas Sánchez.

Fuente: http://sonicando.com/?p=1925

sábado, 22 de enero de 2011

Recomendación de un nuevo blog


Os recomiendo encarecidamente que visitéis un nuevo blog que hoy ha salido a la luz con el título ESPAÑA SÍ ¿QUÉ PASA?
Un blog combativo, que rezuma amor a España, ésta Patria nuestra bastardamente vendida a los intereses partidistas y cuya única finalidad, como muy bien dice su autor refiriéndose al blog:

"solo quiere ser un punto de reunión, un puesto de guardia y, a veces, una hoguera de campamento a la que podrá acercarse quien quiera, para tomar noticia de una colección de blogs que -cada uno con su configuración y estilo propios- tienen el nexo común del amor a España, nuestra común madre, la madre que nos parió."

¡Arriba España!


No hace falta mas presentaciones entren y disfruten.



http://espana-si.blogspot.com/



PROBLEMILLAS...¿MOMENTANEOS?


Os queremos informar desde aqui, que la Pagina de Patriotas ha sufrido un "problema momentaneo"¿¿¿???? o algo así nos comunican desde el soporte técnico del dominio y que según ellos será resuelto en 48 horas.
Os agradeceriamos a todos los que tengais un blog o algun foro en los que actueis dierais esta comunicación.
Los administradores de la página os pedimos disculpas, sin tener muy claro que seamos los que las tenemos que pedir.
Esperemos que en breve y durante el fin de semana vuelva a estar operativa la página.
Ya sabeís...Ladran, luego cabalgamos.

martes, 18 de enero de 2011

NO CLAUDIQUES



NO CLAUDIQUES

Cuando vayan mal las cosas
como a veces suelen ir
cuando ofrezca tu camino
...solo cuestas que subir
cuando tengas poco haber
pero mucho que pagar
y precises sonreir
aun teniendo que llorar.

Cuando vayan mal las cosas
como aveces suelen ir
cuando ofrezca tu camino
solo cuestas que subir
cuando ya el dolor te agobie
y no puedas ya sufrir
descansar acaso debes
pero nunca desistir.

Tras la sombra de la duda
ya plateadas ya sombrias
puede bien surgir el triunfo
no el fracaso que temias
y no es darle a tu ignorancia
figurarse cuan cercano
puede estar el bien que anhelas
y que juzgas tan lejano.

¡Lucha!...¡Lucha!
Pues por más que tengas
en la brega que sufrir
cuando todo este peor
más debemos insistir.

Rudyard Kipling

domingo, 2 de enero de 2011

¿Qués de ti, desconsolado?


El día 2 de enero se conmemora desde 1492 la rendición formal del reino nazarí de Granada ante los Reyes Católicos, culminando así el desmantelamiento del último reducto musulmán en la península ibérica. Unos días más tarde, el 6 de enero, los Reyes Católicos hicieron su entrada triunfal en Granada y tomaron posesión de la Alhambra.
Fue un acontecimiento que hoy en día tendría una gran repercusión . En Roma el Papa Julio II otorgó a Fernando el Católico el título de rey de Jerusalén (que aún hoy se sigue ostentando aunque malamente y sin honor) y se celebraron grandes solemnidades religiosas en todo el mundo. La Toma de Granada no fue un acontecimiento más.

El romance.
Uno de los grandes poetas del momento, Juan de Encina, dedicó este romance a Boabdil el Chico, invitándole a abrazar la cristiandad:

“¿Qués de ti, desconsolado? / ¿Qués de ti, rey de Granada?

¿Qués de tu tierra y tus moros? /¿Dónde tienes tu morada?

Reniega ya de Mahoma /y de su seta malvada,

que bivir en tal locura/ es una burla burlada.

Torna, tórnate, buen rey,/ a nuestra ley consagrada,

porque si perdiste el reyno / tengas ellalma cobrada;

de tales reyes vencido/ onrra te deve ser dada.

¡O Granada noblecida,/por todo el mundo nombrada!,

hasta aquí fueste cativa/y agora ya libertada.

Perdióte el rey don Rodrigo/por su dicha desdichada;

ganóte el rey don Fernando/con ventura prosperada,

la reyna doña Ysabel,/la más temida y amada,

ella con sus oraciones/y él con mucha gente armada.

Según Dios haze sus hechos/la defensa era escusada,

que donde Él pone su mano/lo impossible es quasi nada.”


http://espanaheroica.blogspot.com/2011/01/ques-de-ti-desconsolado.html