viernes, 30 de julio de 2010

NOSOTROS NO OLVIDAMOS

ASESINADOS POR LA BANDA TERRORISTA-SEPARATISTA ETA HACE UN AÑO.



NI OLVIDO, NI PERDÓN

jueves, 29 de julio de 2010

Editorial y programa LGE nº 45: Estalinismo o la libertad de prohibir


En Libertad; así es cómo nos sentimos hace ahora un año. En Libertad para pensar, en libertad para decir, en libertad para trabajar y para pelear por un mundo nuevo, desde nuestra humilde tribuna. Han pasado ya 20 programas de La Gran Esperanza desde entonces y 45 desde el inicio; 20 sesiones de televisión y de radio en Libertad, con nuestros propios medios y sin apoyo ni espacio libre que no provenga de nuestros camaradas.


20 entrevistas, 20 “Verdades como Puños” y decenas de “Genios de España” que, en Libertad, decidieron acompañarnos durante todo este curso político que hoy terminamos, en total y absoluta Libertad e independencia.


Nada ha podido el silencio, el desánimo, el cerco de los poderosos, porque en nuestro proyecto había y sigue habiendo, un deseo incontenible de Libertad y un espíritu de lucha que no ha fallado en todo el año. Hoy nos hemos consolidado como un medio serio, comprometido, amplio, abierto; radical en los conceptos y en las ideas, pero educado, imparcial, atrevido y sobre todo Libre en los modos y en las formas.


Por eso hoy nos sentimos especialmente orgullosos de haber comenzado aquella andadura y haberla traído hasta aquí, entre el respeto de los más, la indiferencia de algunos, y los insultos de los menos.


Hoy, apenas a unas horas del Santo Patrón de España, seguimos fieles a nuestro estilo y hablaremos de ayer, de hoy y de mañana.


Hoy, una vez más, impediremos que la mentira y la falacia que algunos llaman Memoria Histórica, avance sin oposición entre las nuevas generaciones. Y que quienes se presentan ante el mundo como “verdaderos” demócratas, muestren sus aristas más ocultas, sus pecados más profundos, su inexistente arrepentimiento, su negación de la verdad.


Estos que se llenan la boca de “reparación”, de “reconciliación” y de “restitución”; estos que pasean sus nauseabundos huesos por emisoras de radio y televisión y que lucen sobre sus frentes los distintivos de la más alta magistratura universitaria, están podridos por dentro, llenos de rencor, quizá porque no pueden olvidar que no han sido decentes y fieles ni consigo mismos.


Y es que quien traiciona a su propio padre, vende a sus propios compañeros, hace asesinar a sus camaradas siguiendo las directrices soviéticas a las que prestó servidumbre, ¿qué impedimento puede encontrar en mandar asesinar a miles de víctimas inocentes? ¿Quién le puede impedir mentir, reinventar, negar y volver a escribir su vida y su obra?


Nosotros, de la mano de nuestro invitado, una vez más mostraremos a Santiago Carrillo como lo que es. Y una vez más retaremos a las instituciones de la Memoria Histórica a que se enfrenten, con nosotros, cada uno con nuestros fantasmas. Porque a nosotros ya no nos queda rencor, pero sí una inmensa sed de Justicia.


Pero si de hoy hemos de hablar, sin duda hablaremos, de nuevo, de Libertad con mayúsculas; hablaremos de ejemplo, de dignidad, de valentía, de constancia, de lucha, de exilio, de pasión, de prisión y de destierro.


Porque cuanto más adentro, más abajo, más lejos han sido encerrados, más libres han sido por dentro; más ejemplo para un mundo enajenado, tibio, cobarde, silencioso y de mirada esquiva.


Ellos son la resistencia, la libertad y la admiración del mundo. Hoy, ahora, en el siglo XXI, las mismas doctrinas, los mismos miserables que inspiraron el terror rojo en España, lo hacen hoy, con los mismos métodos, en otro lugar del mundo hispano.


Cuando ellos padecen prisión, cuando ellos durante décadas, generación tras generación se plantan, sus mujeres, sus damas se visten de blanco y luchan, luchan y luchan sin descanso por la dignidad de su patria, de sus hombres y por la Libertad de Cuba.


Hoy viviremos y beberemos su ejemplo. Y quizá oyéndoles, podamos entender mejor porqué el proyecto de ingeniería social que, lenta pero inexorablemente, lleva adelante Zapatero, es tan perverso y tan peligroso. Porque Zapatero, que inocula su plan desde la Educación para la Ciudadanía, que dinamitó la familia tradicional con las leyes de matrimonio homosexual, que acaba de aprobar la ley de asesinato infantil más perversa de la historia de España aún no se ha dado por satisfecho y viene ahora a por la libertad religiosa.


Parafraseando a Albert Leo Schlageter en su célebre frase “Cuando oigo hablar de cultura quito el seguro a mi Browning”, cabrá decir aquí, “Cuando oigo a Zapatero hablar de Libertad, otro cerrojo se cierra sobre nuestras celdas”.


Ni los Carrillo de ayer, ni los Castro de hoy, ni los Zapatero de mañana, doblegarán nunca nuestra enorme sed de justicia y nuestra lucha en libertad y por la libertad. Acomódense y escúchennos.


martes, 27 de julio de 2010

Editorial 43 de La Gran Esperanza: El Estatuto de Cataluña




El Estatuto de Cataluña ha sido refrendado por el Tribunal Constitucional. O no. No ha sido refrendado por el Tribunal Constitucional. Todo depende de a quién le escuchemos la versión. Porque lo cierto y verdad es que del Estatuto como tal, de su constitucionalidad o inconstitucionalidad, los Magistrados no han discutido ni cinco minutos. Todos saben que es una aberración del preámbulo a la coda.


De lo que han discutido cuatro años es de cómo salvaguardar su cuota de poder, su maltrecha imagen y su propia subsistencia. Porque de lo que se trataba no era de hacer un análisis jurídico - que eso en cuatro años lo han podido traducir a 20 idiomas y escribirlo en redondilla a mano alzada – sino de justificar ante los respectivos partidos del aparato de poder, PP y PSOE, la función que les ha sido encomendada por ellos, por la famosa separación de poderes de Alfonso Guerra.


Y los políticos tampoco estaban interesados en resolver las graves consecuencias de la aprobación del Estatuto. Su problema, era simplemente saber quién se apuntaba la victoria política y electoralista de uno u otro fallo. Y como en toda campaña electoral, han ganado todos.


Como no podía ser de otra manera, el fallo - y suponemos que la sentencia entera - ni ha servido para establecer la paz institucional, ni para calmar los ánimos independentistas, ni para acabar con la imposición catalanista al resto de la sociedad – catalana y no catalana - ni para zanjar el asunto.


Muy astutamente, para lo único que le ha servido a Zapatero, una vez más y tras cursar los oportunos avisos e instrucciones durante todo el fin de semana, es para desviar la insoportable presión que está recibiendo, como consecuencia de su nefasta política, desde todos los ámbitos de la vida pública y privada.


De esta manera, ahora es Montilla quien tiene que faenar. Y con él o contra él, los Roviras, los Mases, los Duranes, los Pujoles desenterrados y los Maragalles reconstruidos. De esta manera, las huelgas previstas, la subida del IVA, la crisis galopante, la subida de precios de las energéticas, el aumento del paro y tantas otras cosas, pasan a segundo plano, debatiéndose entre los triunfos de la selección – que él bautizó como roja y por cuyas victorias debe rezar cada noche al dios pagano al que rece el inquilino de la Moncloa, con tal de mantener la atención en Sudáfrica y el ánimo popular positivo – y las consecuencias de la aprobación parcial del criminal estatuto. De paso, las elecciones que Montilla parecía tener perdidas, reciben un nuevo impulso y, a la llamada de “a mi Catalunya”, todos, como un solo hombre, se ponen a sus órdenes para luchar por la “dignidad perdida”, dicen ellos, y quizá pueda liderar en octubre un tercer mandato con el Estatuto adulterado por bandera.


Todo ello bien aderezado con otro cántico nocturno a la negociación con ETA y al denominado fin de la violencia que - estima el susodicho - serán suficientes para paliar los efectos de su devastadora política económica, social, nacional e internacional.


El Estatuto es, de un lado, la consagración de la ruptura de España; La ruptura física, ideológica y social, y la consagración, igualmente, de que pueblo soberano y poder político caminan por diferentes vías creyendo inocentemente, que estamos en una democracia en la que es el pueblo el que decide. Incluso han llegado a creer que cualquier cosa es válida si es decidida por mayoría.


De otro lado, el Estatuto es la garantía de continuidad del bucle melancólico que con tanto acierto describiera hace ya años nada menos que Jon Juaristi: La permanente y supuesta idea de luchar por recuperar algo que nunca existió pero que consideran perdido. Porque recuperar algo que nunca existió es, sencillamente, imposible. Es, de hecho, el combustible necesario para cualquier nacionalismo disgregador: mantener siempre vivo el anhelo; tener algo más que pedir, para sostener la cara compungida, el gesto agrio y sus huestes enfadadas en torno al falso ideal de la libertad perdida.


Entretanto, una comunidad que históricamente destacó por su cristianismo, que se levantó siempre que fue preciso en defensa de los valores tradicionales y en defensa de nuestra civilización, ha colado al resto de España, con la anuencia de Zapatero y la colaboración necesaria del Tribunal Constitucional, de infausto nombre, un Estatuto que nos entretiene discutiendo si el preámbulo es o no vinculante – como si no bastase verles y oírles predicar la independencia - pero que en su contenido ha consagrado el triunfo de la cultura de la muerte, tanto al inicio como al final de la vida; que impone su política lingüística disgregadora y aberrante, que promueve la escuela laica y diferenciada del resto de España, las familias de distinta composición, el fin del sistema de redistribución económica para con el resto de España, la independencia “nacional” como objetivo y la persecución, por tierra mar y aire de todo aquel que discrepe.


Y lo hace, naturalmente, en nombre de un supuesto pueblo catalán atormentado que, como el resto de España por lo único que está atormentado es por su casta política de corrupción, mentira y poder y que disfruta tanto como el resto de los españoles con los triunfos de la selección.


Hablaremos de todo ello hoy, y de cómo los incautos españoles nos hemos llegado a creer que esto que nosotros hacemos y tenemos, se llama Democracia. Acomódense y escúchennos.




lunes, 26 de julio de 2010

sábado, 24 de julio de 2010

En el 74 aniversario del asesinato del Caudillo de Castilla


No hay amapola en Castilla

mejor que su herida abierta

¡Cómo lloraban los árboles

y el agua de las acequias

el panal sobre la roca

y el redil de las ovejas!

¡Que a Onésimo le han matado!

grita el pastor y contestan

¡Presente! todos los campos

desde Segovia a Palencia.



AGUSTÍN DE FOXÁ

viernes, 23 de julio de 2010

LA FIEL INFANTERIA




El domingo 25 de julio a las 16.00 horas en Intereconomia, podremos disfrutar de la excelente película "LA FIEL INFANTERIA" basada en el libro, del mismo nombre, escrito por el Maestro RAFAEL GARCÍA SERRANO.

Que la disfruten.-

miércoles, 21 de julio de 2010

La noche triste de Carrillo



Para que éste impagable video no se pierda por los vericuetos de la red os invito a entrar en la página de mi CAMARADA Rafael



Para muestra un botón:


En este video, salvo una parte inicial previa al enfrentamiento con el genocida, sólo hemos seleccionado la parte central de dicha polémica. Cualquiera puede darse cuenta de que en mi intervención me equivoqué al acusar a Carrilo de crímenes cometidos entre septiembre y diciembre, cuando la parte principal de sus crímnes, "sólo" ocurrieron en noviembre, pero el efecto venía a ser el mismo, la cara de perplejidad de Carrillo al oir aquella acusación y al ver el dedo que le acusaba de criminal. No es este video gran cosa, pero tiene ese matiz que lo hace único: no ha habido nadie que en televisión, y en directo, haya podido acusar a Carrillo de criminal. No deja de ser un récord.

Este es el VIDEO.





Y que Dios reparta suerte.

Jesús Flores Thies

martes, 20 de julio de 2010

En torno a la leyenda negra


En cierta ocasión me han hecho la pregunta de si la Leyenda Negra sigue existiendo. Esta demanda me hizo reflexionar un poco sobre este tema que tanto nos preocupa a los historiadores: constantemente nos encontramos, en ensayistas y novelistas, un reflejo de la misma. Y todavía hoy son muchos los españoles que siguen creyendo en ella. Pues, como señala con acierto Carmen Iglesias, no es necesario que una noticia sea verdadera para que sea creída. La leyenda se gestó de una manera especial en el siglo XVII como vehículo de propaganda en un momento en que Europa se debatía en medio de un conflicto cuyas raíces se hallaban en lo más hondo del pensamiento, ya que se trataba de demostrar que España, parte de la Casa de Habsburgo, no tenía razón. Y las cosas fueron tan lejos que en la Enciclopedia, en el artículo referido a España, parecía llegarse a la conclusión de que Europa hubiera sido más feliz en el caso de que España no hubiera existido. Ésta es la causa, y no otra, de que el Gobierno español tuviera que poner el veto sobre esta magna obra.

Pues bien, las leyendas negras, que se repiten en muchos casos a lo largo de la Historia – piénsese en lo que se ha dicho de Alemania en el siglo XX– no son otra cosa que modos de formular una memoria histórica, capaz de desvirtuar la conciencia. Basta con ello: hacemos una selección y aislamos los males, daños o errores que nos conviene destacar fabricando de este modo un argumento que permita desvirtuar absolutamente al enemigo. Olvido que los alemanes evitaron la destrucción de París y Roma, y de este modo puedo borrar también de la memoria los terribles bombardeos de Hamburgo o de Leipzig. En el caso español se atribuyen a nuestro país tres defectos sustanciales: la recluta de mercenarios con daño para las poblaciones afectadas por la guerra, la inquisición, que ahora se falsea como si fuese una especie de Gestapo o KGB, y el sometimiento de poblaciones, ignorando que España es la creadora de casi veinte naciones que hoy forman un orgullo en el mundo.

No se trata únicamente de deshacer calumnias ni de reiterar errores; la tarea de un historiador consiste en exponer las cosas exactamente como fueron. Pero uno de los defectos de las últimas generaciones consiste sobre todo en reincidir en esas tendencias suplantando la verdad por el error en la manera que a las ideologías políticas conviene. No cabe duda de que la Inquisición, que partía de un deseo correcto, impedir que los poderes políticos se valiesen de los delitos de herejía para eliminar a sus enemigos políticos, incurría en un defecto, que no sería corregido hasta mediados del siglo XVII: la Iglesia es un instrumento de perdón y reconciliación; no puede desviarse hacia la represión sin causarse daño a sí misma. Pero esto no nos autoriza a abrazar con calor las negras tintas de las que ahora pretendemos servirnos.

Veamos el caso de dos grandes científicos, Miguel Server y Galileo Galilei. Server, importante descubridor de la circulación de la sangre, fue denunciado ante la Inquisición de Lyon, en Francia. Mientras esperaba que pudiera incoarse el proceso recordó que había tenido estrecha amistad con Juan Calvino, el hugonote que ahora gobernaba en Ginebra como un auténtico dictador, sometiéndolo todo a su voluntad política, y a esta ciudad se trasladó esperando para él una adecuada protección. Pero Calvino decidió declararle heresiarca enviándole a la hoguera sin que tuviera, como el obispo Carranza y tantos otros, una posibilidad de apelación. El poder político se cierra sobre sí mismo.

La Iglesia ha reconocido recientemente el «error» cometido con Galileo, a quien se acusaba de pretender someter la fe a la ciencia, olvidando que ésta consigue evidencias ciertas pero debe estar humildemente preparada para que sus descubrimientos pudieran revisarse. Los jueces cometieron el error de pretender intervenir en un tema que escapaba a su grado de conocimiento científico. Pero a Galileo se exigió solamente una especie de vago arrepentimiento y pudo acabar sus días en una villa que poseía en las afueras de Florencia, rodeado de sus instrumentos y consolándose a sí mismo con la frase que conocemos: «y sin embargo se mueve». Claro es que hoy ya no aceptamos otro de los supuestos de entonces, ya que el Universo es finito y el tiempo tiene su nacimiento en ese big bang del que nos separan unos cuantos millones de años.

La peor de las consecuencias, en el caso español, es que somos nosotros, los hispanos, los que parecemos mejor dispuestos a creer todas aquellas difamaciones y calumnias que en la mayor parte de los casos nada tienen que ver con la realidad. Vemos una película y estamos dispuestos a aceptar como buenos todos los tejidos que forman el claroscuro de la leyenda. No hemos pensado por ejemplo que en el siglo XVII, caracterizado en Europa por guerras terribles en las que se llegó a grados de crueldad inimaginables, en los virreinatos americanos predominaba la paz, excepto en lo que se refería a los corsarios y bucaneros venidos de lejos. No recomiendo en modo alguno que prescindamos del conocimiento de daños: pero hemos de situarlos también en paralelo con los beneficios. Y sólo Roma, con su Imperio, puede llegar a compararse con España en la labor de educación y fomento de una nueva sociedad a la que ahora aguarda un futuro importante.

Corremos el riesgo de sustituir la conciencia histórica –que trata de aprender con lo bueno y lo malo– por una memoria que insiste únicamente en marcar los rasgos negros de aquellos que considera contrarios a la meta que a sí misma se ha propuesto su ideología. Durante algunos años pareció que Europa iba a librarse de algunos de los peores daños que sufriera por causa de aquello que laudatoriamente Lenin definiera como totalitarismo, es decir, sometimiento «total» de la persona del Estado y de éste a su vez al partido dominante. La Unión Europea, que sus grandes creadores imaginaron como un modo de ser y de perdonar, buscando la reconciliación entre las naciones, sin resentimientos a causa de un pasado que debe servir de lección pero no de rencor, parece absorberse únicamente en las preocupaciones económicas. No es que éstas carezcan de importancia, pero es imprescindible invertir los términos volviendo a la doctrina moralizante del cristianismo. La célula social por excelencia es la familia, no el Estado, y los bienes materiales, sin dejar de ser bienes, son únicamente medios al servicio del hombre. Ahora presentamos como un gran logro la consolidación de una empresa que garantiza grandes ganancias pero deja sin trabajo, es decir, sin la propiedad mínima que permite sostener a una familia, a miles de personas. Y a esto lo llamamos progreso.

Luis Suárez es miembro de la Real Academia de la Historia.

Publicado en La Razón

sábado, 17 de julio de 2010

18 de Julio





Tal día como hoy "17 a las 17". Por gentileza de Rafa España

viernes, 16 de julio de 2010

Conmemoramos la victoria sobre los islamistas en las Navas de Tolosa en el 1212


Las tropas musulmanas provenían de los territorios que denominaban como Al-Andalus y soldados bereberes del norte de África, reunidas para formar una yihad que expulsara definitivamente a los cristianos de la Península Ibérica.

La batalla de las Navas de Tolosa marca un hito en la historia de España: alejó el peligro de una invasión musulmana de los reinos cristianos y contribuyó al desmembramiento del imperio almohade.

Como consecuencia de esta batalla, el poder musulmán en la Península Ibérica comenzó su declive definitivo y la Reconquista tomó un nuevo impulso que produjo en los siguientes cuarenta años un avance significativo de los reinos cristianos, que tomaron casi todos los territorios del sur bajo poder musulmán.

En la primavera de 1212, los caminos de la Cristiandad se llenaron de cruzados cuya meta era Toledo. Los pobres iban a pie, mendigando por los caminos; los nobles, a caballo, seguidos de sus mesnadas

El 20 de junio, el ejército cristiano partió de Toledo camino del sur. En el cuerpo de vanguardia iban tropas guiadas por don Diego López de Haro, Señor de Vizcaya.

El día 11, los cristianos acamparon en las Fresnedas. Don Diego López de Haro envío a su hijo don Lope con un destacamento a las alturas del puerto del Muradal, hoy Despeñaperros, para que reconociese el terreno y ocupase la pequeña meseta que allí existe. Los expedicionarios ganaron rápidamente las alturas y avistaron el castillo de Ferral, adelantado de Sierra Morena, donde se había instalado la avanzada almohade que vigilaba el desfiladero de la Losa. En cuanto descubrieron a los cristianos, los almohades salieron a hostigarlos.

Al día siguiente, 12 de julio llegó el ejército cristiano al pie de Sierra Morena y nuevas tropas reforzaron a la vanguardia instalada en la meseta del Muradal. Al amanecer del día 13, el resto del ejército se les unió y acampó en la llanada.



La situación de los cristianos era delicada. Sus enemigos podrían hacer, sin dificultad, una carnicería de cualquier ejército que se aventurase por aquellas angosturas. Por otra parte, el paraje donde habían acampado los cruzados era áspero e inhóspito.

Los cristianos necesitaban un milagro y el milagro ocurrió. Ante Alfonso VIII se presentó un pastor que decía conocer un paso seguro que los almohades no vigilaban. Nada se perdía con probar. El Señor de Vizcaya, Don Diego López de Haro y un destacamento de exploradores, acompañaron al pastor que los llevó primero hacia el oeste y luego hacia el sur, a través de los actuales parajes del Puerto del Rey y Salto del Fraile. Así fueron a salir, esquivando los relieves más comprometidos de aquellas montañas, a la explanada de la Mesa del Rey, donde se establecieron. Don Diego López de Haro comunicó al rey que el paso del pastor era perfecto, justamente lo que necesitaban. En cuanto amaneció el día siguiente, el grueso del ejército levantó el campamento y fue a acampar en la Mesa del Rey.

LA BATALLA

Las tropas almohades, provenían de los territorios que denominaban como Al-Andalus y soldados bereberes del norte de África, reunidas para formar una yihad que expulsara definitivamente a los cristianos de la Península Ibérica. Habían estado retardando el choque frontal con el fin de conseguir debilitar la unión de las tropas cristianas y agotar las fuerzas de éstas por agotamiento de los suministros.

Los castellanos de segunda línea, al mando de Nuñez de Lara, y las Órdenes Militares formaban en el centro flanqueados a la derecha por los navarros y las milicias urbanas de Ávila, Segovia y Medina del Campo; y a la izquierda por los aragoneses. Tras una carga de la primera línea de las tropas cristianas capitaneadas por el vizcaíno Diego López de Haro, los almohades, que doblaban ampliamente en número a los cristianos, realizan la misma táctica que años antes les había dado tanta gloria. Los voluntarios y arqueros de la vanguardia, mal equipados pero ligeros, simulan una retirada inicial frente a la carga para contraatacar luego con el grueso de sus fuerzas de élite en el centro. A su vez los flancos de caballería ligera almohade, equipada con arco, tratan de envolver a los atacantes realizando una excelente labor de desgaste. Recordando la batalla de Alarcos era de esperar esa táctica por parte de los almohades. Al verse rodeados por el enorme ejército almohade, acude la segunda línea de combate cristiana pero no es suficiente. La tropa de López de Haro comienza a retirarse pues sus bajas son muy elevadas no así el propio capitán el cual, junto a su hijo, se mantiene estoicamente en combate cerrado junto a Nuñez de Lara y las Ordenes militares.

Al notar el retroceso de muchos de los villanos cristianos, los reyes cristianos al frente de sus caballeros e infantes inician una carga crítica con la última línea del ejército. Este acto de los reyes y caballeros cristianos infunde nuevos bríos en el resto de las tropas y es decisivo para el resultado de la contienda. Los flancos de milicia cargan contra los flancos del ejército almohade y los reyes marchan en una carga imparable. Según fuentes tardías el rey Sancho VII de Navarra aprovechó que la milicia había trabado en combate a su flanco para dirigirse directamente hacia Al-Nasir. Los doscientos caballeros navarros junto con parte de su flanco atravesaron su última defensa: los im-esebelen, una tropa escogida especialmente por su bravura que se enterraban en el suelo o se anclaban con cadenas para mostrar que no iban a huir. Sea como fuere lo más probable es que la unidad navarra fuera la primera en romper las cadenas y pasar la empalizada, lo que justifica la incorporación de cadenas al escudo de Navarra. Mientras la guardia personal del califa sucumbía fiel a su promesa en sus puestos, el propio Al-Nasir se mantenía en el combate dentro del campamento.

No existía en aquella época ninguna forma humana de detener una carga de caballería pesada cuando se abatía sobre un objetivo fijo y lograba el cuerpo a cuerpo. En las Navas, los arqueros musulmanes, principal y temible enemigo de los caballeros, principalmente por la vulnerabilidad de sus caballos, no podrían actuar debidamente cogidos ellos mismos en medio del tumulto. El ejército de Al-Nasir se desintegró.

jueves, 15 de julio de 2010

Carta al general Núñez Martínez sobre el Museo de Toledo por Jesús Flores Thies


Carta del General Núñez Martínez

Respuesta de Flores Thíes:

Mi General:

He leído tus comentarios en ATENEA sobre el Museo Militar de Toledo, y al hilo de tus palabras, quiero comentarte lo siguiente:

Escribes que “(..) y conseguir que el resultado final de tan discutida decisión como fue el traslado del Museo resultase en un beneficio para el patrimonio cultural español. Beneficio que conviene recordar que tenía dos vertientes: de un lado ampliar los espacios destinados al Museo del Prado y del otro dotar al Museo del Ejército de unas instalaciones que hasta el momento eran insuficientes”.

Lo de las dos vertientes no es del todo cierto, porque cuando se decidió desahuciar el Museo del Ejército de Madrid (idea de la socialista Alborch), se hizo con la insana intención de hacer sitio para el Prado, sin que se dijera nada de mejorar el museo expulsado (posteriormente por el “popular” Aznar). Lo que se sacó del Palacio del Buen Retiro, no tenía sitio previo para reinstalarse cuando ya se iniciaba el desalojo. Se empezó a hablar de meterlo, entre otros lugares posibles, en el cuartel de Conde Duque o en el del Infante don Juan, y parte se empezó a almacenar en los sótanos de la Escuela Superior del Ejército; unas piezas de artillería se enviaron a “Baterías” en Segovia, donde se morían de herrumbre y abandono, etc.

No es admisible lo de la “nostálgica visión”, porque somos muchos los que seguimos considerando aquel Museo desahuciado, como algo más que una continuada exposición de trofeos y cuadros, cerámica.., al estilo “Moneo”, especialmente en todo lo expuesto anterior al siglo XX. Durante muchos años, ese museo se ha visitado así y se consideraba, tal como estaba, como uno de los mejores del mundo. No nos imaginamos a “Los Inválidos” modificado por las “nuevas ideas museísticas”.

Otras zonas del antiguo museo sí necesitaban un menor amontonamiento, que se hubiera solucionado perfectamente enviado a Toledo todo lo referente a los siglos XX y XXI, con lo que los sectarios políticos se habrían quedado más tranquilos al no ver en Madrid la maqueta del Alcázar destruido, la paloma mensajera del capitán Cortés o el excepcional cuadro del artista cubano Izquierdo sobre “Paracuellos”, donde fueron asesinados varios miles de militares que con toda seguridad conocerían este museo que entonces se llamaba “Museo de Artillería”. Aquello de “Virgencita, déjame como estoy” o lo de “los ensayos con gaseosa”, viene perfectamente a esta situación artificialmente creada.

Escribes sobre “la acusación de la dispersión de las colecciones”. Es indudable que la desinformación ha permitido todo tipo de elucubraciones y temores, y gracias a la prensa, que cuenta las noticias como quiere, puede o según la secta política que paga, hemos ido siguiendo las vicisitudes de aquel inaudito desahucio. Aunque también gracias a la amistad personal con algún compañero metido en la operación, hemos tenido acceso a los diferentes proyectos, ideas, planes.., que iban cambiando con los años, al igual que los presupuestos y al igual las comisiones, patronatos etc. Pero lo de la dispersión es real, aunque se diga que ha sido en un porcentaje mínimo, lo que no quiere decir que en el futuro se disperse más. Cinco sextas partes de fondos almacenados son carne de exposiciones itinerantes o de cesiones “temporales” que se pueden eternizar, que la eternidad también es tiempo.

Apoya tristemente nuestros temores el triste ejemplo de la pasión, agonía y muerte del Museo Militar de Montjuich del que, aparte el vergonzoso abandono de Defensa, en algunas ocasiones se nos dieron toda clase de seguridades sobre su continuidad, incluida alguna carta de un Ministro de Defensa que conservo para la Antología del Disparate. Resulta estremecedor el hecho de que los mismos que eliminaron sin contemplaciones aquel Museo, son los que hoy quieren darnos lecciones de cómo ha de ser un Museo Militar. Hasta ahora, la única lección perfecta es cómo se destruye impunemente un Museo Militar, y sin que los militares chisten.

Los esfuerzos para quitar importancia a “los políticos” (¿por qué entre comillas?) caen en saco roto, porque la importancia de estos a la hora de decidir, incluso si un Museo Militar ha de sobrevivir, es indudable. Volvamos a repetir lo de la falta de información al no haber investigado de “primera mano”. Eso quisimos hacer en el ya reiterado caso del Museo de Montjuich con resultados desoladores.

Los propios responsables militares del Museo de Toledo son los que deberían haber hecho lo imposible para salir al paso de esas informaciones de prensa que al parecer eran falsas. No, mi general, no le quites importancia a las imposiciones de los políticos, esta vez sin comillas, que ellos van a lo suyo, y en lo suyo está la reacción sectaria contra la Historia de España reciente, cuya consecuencia más inmediata es la destrucción u ocultación de nuestro Patrimonio Histórico más reciente. Ahí tenemos a la ministra Chacón haciendo propaganda en Barcelona, de la mano del señor Montilla, el President(e) de la Generalidad, en apoyo de la reacción nacionalista contra el Tribunal Constitucional sobre el Estatut(o). No olvidemos que ella, como ministra, fue la responsable de la eliminación de un museo militar en Cataluña.

En cuanto a lo de la División Azul, no somos nosotros responsables de vuestra desinformación. Hace algún tiempo apareció en la prensa la noticia de que nada de la División Azul iría al “nuevo” museo ¿dónde está el desmentido de Defensa que, lógicamente debería haber sido inmediato? En cuanto al despacho de Moscardó, y nos imaginamos que otras muchas cosas relacionados con el sitio ¿has leído lo que dice ese señor llamado Constantino Méndez? Lo ha dicho la prensa ¿lo habéis desmentido?

Podría seguir hablando de este tema, pero, mi general, no nos engañemos, quienes imponen cómo y dónde se ha de instalar el museo desahuciado de Madrid son los políticos, y los actuales se consideran enemigos de todo lo referente al alzamiento nacional, considerándose, además, herederos políticos y morales de aquel criminal Frente Popular. Ellos llevan las riendas con puño firme. Vosotros sólo podéis ir paliando sus odios tratando de conservar lo esencial en espera de mejores vientos y tiempos, no os quitamos estos posibles méritos, pero, por favor, no quieras ocultarnos lo que a la vista está cada día y cada hora: el odio y el rencor a una parte de la Historia de España, de nuestra Historia de España.

Un día nos acercaremos a Toledo a visitar el museo, apretaremos los dientes y pasaremos por la puerta de esa pétrea y funcional fachada. Hemos visitado tantas veces el museo de Ejército madrileño, que sabremos comprobar sin dificultad qué es lo que se expone, qué es lo que falta y, en definitiva, observar en directo eso tan emblemático de la “moderna idea museística”.

Hemos perdido. Es indudable que quienes luchábamos por la conservación de nuestro museo, hemos perdido, y al final el rencor político ha ganado, pero lo peor de esta derrota es que han conseguido, después de muchos esfuerzos, dividirnos, han dividido al Ejército. Por un lado los “nostálgicos”, ¿y por el otro?

martes, 13 de julio de 2010

La carga de los tres reyes


Ya ni siquiera se estudia en los colegios, creo. Moros y cristianos degollándose, nada menos. Carnicería sangrienta. Ese medioevo fascista, etcétera. Pero es posible que, gracias a aquello, mi hija no lleve hoy velo cuando sale a la calle. Ocurrió hace casi ocho siglos justos, cuando tres reyes españoles dieron, hombro con hombro, una carga de caballería que cambió la historia de Europa. El próximo 16 de julio se cumple el 798 aniversario de aquel lunes del año 1212 en que el ejército almohade del Miramamolín Al Nasir, un ultrarradical islámico que había jurado plantar la media luna en Roma, fue destrozado por los cristianos cerca de Despeñaperros. Tras proclamar la yihad -seguro que el término les suena- contra los infieles, Al Nasir había cruzado con su ejército el estrecho de Gibraltar, resuelto a reconquistar para el Islam la España cristiana e invadir una Europa -también esto les suena, imagino- debilitada e indecisa.

Los paró un rey castellano, Alfonso VIII. Consciente de que en España al enemigo pocas veces lo tienes enfrente, hizo que el papa de Roma proclamase aquello cruzada contra los sarracenos, para evitar que, mientras guerreaba contra el moro, los reyes de Navarra y de León, adversarios suyos, le jugaran la del chino, atacándolo por la espalda. Resumiendo mucho la cosa, diremos que Alfonso de Castilla consiguió reunir en el campo de batalla a unos 27.000 hombres, entre los que se contaban algunos voluntarios extranjeros, sobre todo franceses, y los duros monjes soldados de las órdenes militares españolas. Núcleo principal eran las milicias concejiles castellanas -tropas populares, para entendernos- y 8.500 catalanes y aragoneses traídos por el rey Pedro II de Aragón; que, como gentil caballero que era, acudió a socorrer a su vecino y colega. A última hora, a regañadientes y por no quedar mal, Sancho VII de Navarra se presentó con una reducida peña de doscientos jinetes -Alfonso IX de León se quedó en casa-. Por su parte, Al Nasir alineó casi 60.000 guerreros entre soldados norteafricanos, tropas andalusíes y un nutrido contingente de voluntarios fanáticos de poco valor militar y escasa disciplina: chusma a la que el rey moro, resuelto a facilitar su viaje al anhelado paraíso de las huríes, colocó en primera fila para que se comiera el primer marrón, haciendo allí de carne de lanza.

La escabechina, muy propia de aquel tiempo feroz, hizo época. En el , cerca de Santa Elena, los cristianos dieron el asalto ladera arriba bajo una lluvia de flechas de los temibles arcos almohades, intentando alcanzar el palenque fortificado donde Al Nasir, que sentado sobre un escudo leía el Corán, o hacía el paripé de leerlo -imagino que tendría otras cosas en la cabeza-, había plantado su famosa tienda roja. La vanguardia cristiana, mandada por el vasco Diego López de Haro, con jinetes e infantes castellanos, aragoneses y navarros, deshizo la primera línea enemiga y quedó frenada en sangriento combate con la segunda. Milicias como la de Madrid fueron casi aniquiladas tras luchar igual que leones de la Metro Goldwyn Mayer. Atacó entonces la segunda oleada, con los veteranos caballeros de las órdenes militares como núcleo duro, sin lograr romper tampoco la resistencia moruna. La situación empezaba a ser crítica para los nuestros -porque sintiéndolo mucho, señor presidente, allí los cristianos eran los nuestros-; que, imposibilitados de maniobrar, ya no peleaban por la victoria, sino por la vida. Junto a López de Haro, a quien sólo quedaban cuarenta jinetes de sus quinientos, los caballeros templarios, calatravos y santiaguistas, revueltos con amigos y enemigos, se batían como gato panza arriba. Fue entonces cuando Alfonso VII, visto el panorama, desenvainó la espada, hizo ondear su pendón, se puso al frente de la línea de reserva, tragó saliva y volviéndose al arzobispo Jiménez de Rada gritó: «Aquí, señor obispo, morimos todos». Luego, picando espuelas, cabalgó hacia el enemigo. Los reyes de Aragón y de Navarra, viendo a su colega, hicieron lo mismo. Con vergüenza torera y un par de huevos, ondearon sus pendones y fueron a la carga espada en mano. El resto es Historia: tres reyes españoles cabalgando juntos por las lomas de Las Navas, con la exhausta infantería gritando de entusiasmo mientras abría sus filas para dejarles paso. Y el combate final en torno al palenque, con la huida de Al Nasir, el degüello y la victoria.

¿Imaginan la película? ¿Imaginan ese material en manos de ingleses, o norteamericanos? Supongo que sí. Pero tengan la certeza de que, en este país imbécil, acomplejado de sí mismo, no la rodará ninguna televisión, ni la subvencionará jamás ningún ministerio de Educación, ni de Cultura.




XLSemanal - 12/7/2010
Arturo Pérez-Reverte

lunes, 12 de julio de 2010

jueves, 8 de julio de 2010

lunes, 5 de julio de 2010

"Ladrones de la Historia".


«El recuerdo es, tal vez, la punción vital más fuerte de nuestra existencia. Hay recuerdos que se desvanecen, otros se pierden en el horizonte oscuro de nuestra propia historia, pero hay memorias que aparecen como si estuviesen adscritas a nuestro cuerpo, pegadas a nuestra alma, introducidas para siempre en nuestro propio corazón.

Hoy ha regresado a mí uno de los recuerdos que posiblemente han conformado mi propia vida. Lo que voy a relatar aconteció hace ya muchos años, unos años que quieren ahora falsear y manipular vilmente. Era la tarde del 18 de julio de 1936, yo tenía entonces 10 años y estaba acompañado de un amigo mío que pasaba de los 14. Él se erigía en mí maestro, él me enseñó la insignia de las flechas falangistas que escribíamos en las paredes de nuestro barrio. Mediada la tarde se escucharon unas detonaciones. Mi amigo afirmó que eran fuegos artificiales; yo, que era más pequeño, le dije que me parecían tiros. Ante la perplejidad que aquél hecho nos produjo decidimos volver cada uno a su casa. Cinco días después, el padre de mi amigo era arrojado por el balcón de su casa por unos milicianos marxistas cargados de rencor y de odio. Pasó el tiempo, hubo una convocatoria que atraía fundamentalmente a la juventud para combatir al comunismo en Rusia, a la que entonces las altas esferas oficiales calificaban de culpable de nuestra íntima tragedia.

Mi amigo, que se llamaba Enrique Morante Villegas, acudió presuroso a la llamada de la recién constituida División Azul. Tenía prácticamente 16 años. Permaneció en las tierras de Rusia como combatiente durante dos años. Se comportó con una dignidad extraordinaria, y sintió en lo más profundo de su ser el orgullo de pertenecer a aquella generación española que lo daba todo sin pedir nada. Pasado el tiempo, tuve con él alguna que otra conversación, porque se enroló en la marina mercante española y, como contramaestre, hacía el viaje periódico desde Algeciras a Ceuta en un trasbordador. No hacía alarde de su historia, no se detenía en los episodios bélicos en los que él sin duda participó, fue simplemente un recio soldado, un idealista que había puesto en aquella empresa su granito de arena. Pasó mucho tiempo y una tarde hace dos años me visitó en mi casa de Nerja. Sentí una enorme alegría al volver a verlo. Me traía una copia del diario de la División Azul donde refería los acontecimientos que se habían producido desde el primer día de lucha a las horas de nuestro abandono. “Te traigo esto, afirmó, que apenas si tiene valor para que me recuerdes siempre”. Le conteste: “No es necesario, lo hago con mucha frecuencia”. Pero él mirándome fijamente me dijo: “Es que también vengo a despedirme de ti porque me voy a morir muy pronto”. Aquello me conmovió. Efectivamente a los 15 días Enrique Morante falleció y yo me quedé aliado como nunca a su recuerdo.

Él me había enseñado el Cara al Sol y, sobre todo, me había ofrecido siempre una lección de bravura, de coraje y de dignidad. Pienso que donde quiera que Enrique esté, habrá de sorprenderle la decisión oficial de este régimen de eliminar por completo todo símbolo o toda huella de aquella División que combatió con heroísmo por España. Para los nuevos apóstoles de la democracia, los 5.000 muertos y los 17.000 heridos de aquella unidad militar, calificada por historiadores extranjeros como la fuerza más brillante que participó en la II Guerra Mundial, no han existido. Dice el Presidente del Gobierno que no hay tierra de nadie, solo viento. Pues bien, el viento que en él se convierte en una maldición, nos ha traído la noticia de esta voluntad de exterminio de una de las páginas, más heroicas y más excepcionales de la vida de España. Conocí a muchos integrantes de la División Azul aunque yo era muy pequeño. Recuerdo también a Salvador Tomasetti Gironés que con 18 años murió besando una fotografía de su madre en el quicio de la Posición Intermedia. Tengo en mi despacho un banderín que recuerda su gesta. Podría referir miles de anécdotas encerradas en una rotunda realidad, la bravura y el valor de unos españoles que alejados físicamente de España no perdieron el calor de su Patria en el corazón. Hoy nos quieren negar esta realidad, nos quieren robar este prodigio de entrega y sacrificio que representó la tropa de la División Azul pero somos muchos los que todavía recordamos aquella gesta, honramos su heroísmo y no olvidamos la epopeya de su sacrificio. Que descansen en su siniestro manejo de la historia los que nos quieren robar esta parte de España. Otros permanecemos de pié hasta el ultimo día y rendiremos el tributo de nuestra admiración a los que lo dieron todo por la Patria. »





JOSE UTRERA MOLINA

Artículo publicado en el ABC el 4 de julio de 2010

sábado, 3 de julio de 2010

La doble muerte de Calvo Sotelo


Cuando me pidieron un artículo sobre Calvo Sotelo, mi primera tentación fue hacer un recuerdo histórico, una semblanza del personaje. Esa tentación duró tanto dentro de mí como un traje nuevo sin usar en el guardarropa de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. Estaba claro que, siendo una necesidad, siempre habría quien desarrollara el tema mucho mejor y con un calado intelectual mucho más profundo que el que mis pobres luces pueden alumbrar.

La segunda idea, que ustedes ya barruntarán, pasaba por hacer un paralelismo. Contar, recontar la historia, adaptándola a la España de hoy. Con un guardaespaldas de nuestro nunca bien ponderado presidente del gobierno, garrulo y castizo amenazante (el gorila, no el presi, señoría, no afile sus sentencias contra este pobre plumilla), sacando de la piltra a Rosa Díez o Mariano Rajoy para llevarles a hacer un tour por las tapias del cementerio más cercano a sus suntosas y suntuarias viviendas.

Pero tampoco me convencía. Mi caletre agotado por el verano y por las vueltas que le doy a saber cómo vivo con un recorte de sueldo sin que mi banco decida condonarme graciosamente el mismo porcentaje en mi hipoteca, no está para grandes alharacas y, algo así, o se hace bien o mejor no empezar.

Así puestos, me quedé en el recurso fácil: en la pregunta a la gente que me rodea, a la calle. Compañeros de trabajo, alumnos, familiares, amigos y transeúntes diversos que se veían asaeteados por mi pregunta: ¿tú sabes quién era José Calvo Sotelo?

La verdad es que en la universidad el caldo de cultivo no era apropiado. Entre unos alumnos que, en una mayoría, parecen dispuestos a convertir el campus en eso que el maestro Arturo denominaba una sucursal de “Porqueros Sin Fronteras”, usando y abusando de chanclas, pantalones cortos y torsos desnudos en el templo de Palas Atenea ; y, por otra parte, unos compañeros que no cejan en el empeño de calcular y recalcular como quedan sus magras nóminas confiscadas en parte para que el estado pueda financiar ayudas a colectivos de homosexuales con el pie zambo y ojo -de la cara- chungo de Zimbawe o, en el mejor de los casos, para dotar presupuestariamente partidas de patas de pollo, para que damas propiciatorias de acontecimientos interplanetarios puedan peinarse, lo cierto es que el horno estaba para pocos bollos.

Así pues, armado de paciencia y un boli de plástico apunté unas cuantas respuestas. Calvo Sotelo es el fundador de los lubricantes CS, un expresidente de gobierno, un pariente de la exministra de educación, un generalote o un fascista de la segunda república.

Vamos, ni la pedrea. Ni tan siquiera aparece su hermano dramaturgo. Esta ignorancia supina, desconocimiento de una figura si bien no de primer nivel histórico, pero sí de las más preeminentes, hay que buscarla más allá de en la memoria histórica y en la degradación de nuestro sistema educativo en la reescritura de la historia que ya enunciaba Orwell: “En realidad vi que la historia se estaba escribiendo no desde el punto de vista de lo que había ocurrido, sino desde el punto de vista de lo que tenía que haber ocurrido según las distintas «líneas de partido»”.

Para nuestros actuales gobernantes, Calvo Sotelo no debió haber existido. Para ellos habría que borrarlo como cuando Stalin aplicaba primitivas técnicas precursoras del photoshop para eliminar a antiguos camaradas. Molesta. Lo han matado por segunda vez.

Una razón contundente para reivindicarlo y despertar su memoria.



Juan V. Oltra



http://www.minutodigital.com/

viernes, 2 de julio de 2010

El Jardín de los Ausentes se inaugurará el próximo 4 de julio en el cementerio de los mártires de Paracuellos


Extraido del excelente blog de la camarada Tinerfeña http://briganty.espacioblog.com/ que como no podía ser de otra manera , os recomendamos visitar.

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En la víspera de la entrada en vigor de la nueva ley de plazos del aborto, la asociación Unidos por la Vidaerigirá un memorial a las víctimas del aborto tras 25 años de impunidad de este crimen colectivo. Con el nombre de El Jardín de los Ausentes, será inaugurado el 4 de julio en el cementerio de los mártires de Paracuellos del Jarama (Madrid). “Este Jardín nace en respuesta al deseo expreso de muchas mujeres de tener un lugar donde poder honrar a sus hijos abortados, como parte integral de su duelo post-aborto que la sociedad no les permite”, explica su promotora, Dª Pilar Gutiérrez, presidenta de Unidos por la Vida y directora de No Más Silencio España. Por medio de este Jardín-memorial, Unidos por la Vida ofrecerá a todas ellas, víctimas colaterales del aborto, su terapia especializada del Síndrome post-aborto a través de su iniciativa No Más Silencio(www.nomassilencio.com), de la que forma parte El Jardín de los Ausentes. Asimismo ofrecerá a las mujeres y a toda la sociedad, un lugar donde poder expresar su duelo post-aborto, ayudando así a otras mujeres a no caer en la misma trampa.

A la vez que ofrece a las mujeres una reconciliación con sus hijos, El Jardín de los Ausentes es también una oportunidad de reconciliación de toda la sociedad consigo misma, reconociendo y reparando su responsabilidad en haber alimentado el mal del aborto, por acción u omisión, durante tantos años. Es un lugar de reconciliación de los pro-vidas con los abortistas, “los buenos” con “los malos” en la guerra del aborto, pues nadie está libre de culpa, ya sea por desidia o por complicidad.

El monumento es a la vez un lugar de reconciliación con el Autor de la Vida y Padre de las criaturas abortadas y de sus madres desoladas; un lugar de reparación espiritual y un manantial de misericordia para las almas, en palabras de Jesús a Sta. Faustina Kowalska, pues “cuanto más grande es el pecador, más derecho tiene a Mi Misericordia”. Igualmente es una súplica de misericordia para España, “que gime bajo la maldición del aborto”.


Unidos por la Vida invita a toda la sociedad a este Jardín de los Ausentes para hacer presentes a los damnificados por el aborto, plantando una flor por cada niño abortado y acompañando a sus madres a hacerlo para sanar su trauma post-aborto, y el de toda la sociedad. Asimismo pide, a quien corresponda, los restos mortales de los niños abortados para ser enterrados dignamente en este cementerio, como parte de la memoria histórica de 25 años de aborto. A partir de ahora, las mujeres podrán reclamar los restos de sus hijos abortados (muchos de ellos deseados), para darles digna sepultura en este cementerio-jardín. Por último, Unidos por la Vida ofrece su colaboración para erigir memoriales en todos los cementerios diocesanos de España y poder dar cristiana sepultura a los niños abortados.

El Jardín de los Ausentes se inaugurará en la tarde del 4 de julio, víspera de la entrada en vigor de la ley de plazos del aborto, en el cementerio de los mártires de Paracuellos del Jarama (Madrid). Posteriormente, los actos se realizarán en la mañana del primer sábado de cada mes (salvo el mes de agosto). Para más información, consultar la página web de http://www.blogger.com/www.unidosporlavida.org.