miércoles, 21 de mayo de 2008

La doble solución



Me preguntaba Fernando, de quien creo he hablado ya aquí, por mi opinión sobre la solución al mal llamado conflicto vasco.


Le insistí en que no solo mi opinión era poco políticamente correcta, sino que estaba demasiado condicionada. He asistido al entierro de demasiados guardias civiles y militares, camaradas o hijos de camaradas, como para que esa sangre no nuble mis ojos.


Pero a pesar de eso, Fernando insistió. Y le dije lo que pensaba. Le dije que no creia en ninguna posible solución que no pasara por reafirmar la autoridad del estado. Que el tiempo de las palabras había pasado para dejar camino libre, aunque la frase este muy manida y desvirtuada, a los puños y las pistolas. Porque cuando se ofende a la madre gravemente, cuando se ve como se le agrede, no hay tiempo para razonar amablemente y si para atizar un bofetón. Y España es nuestra madre.


Le expliqué que creo en una doble solución: interna, y externa. Interna, a cargo de la Guardia Civil, peinando la maraña vasca para eliminar piojos, y externa, una bandera de la Legión cerrando las vías de escape, las mugas, para que la plaga no dejara germen desde el cual volver a crecer.


¿Suena duro?. Quizá tengan razón y no sea más que un viejo fascista, un retrógrado. Pues mira, en este caso, no me importa. Y si hacen falta voluntarios, en lo poco que valga, aunque solo sea como carne de cañón, ahí estaré. Una vez más.


Fernando, nieto de Guardia Civil y con sangre de su sangre derramada en África hace casi un siglo, me abrazó. Al menos, seríamos dos.


No se como pensabas, Juan Manuel Piñuel. Pero te has ido con otros que eran mis camaradas, así que ellos sabran disculparme ante ti si esto que voy a decir te molesta.


¡Juan Manuel Piñuel!


¡Presente!


martes, 20 de mayo de 2008

SOBRE LAS DISTINCIONES


Como ustedes saben -y si por casualidad algún extranjero o alguien procedente de Babia recala en este diario, yo se lo digo- hace unos días, concretamente el miércoles pasado, día 14, fue asesinado el guardia Civil don Juan Manuel Piñuel. Por ETA, claro. Y por sus cómplices.


Como ustedes saben -y si no lo saben, yo se lo digo- hace unos meses fue asesinado por ETA el militante y ex concejal socialista don Isaías Carrasco.Como ustedes saben -y si no, ya se lo digo- ante el asesinato del militante y ex concejal socialista, en todas las dependencias oficiales de Madrid se guardó un minuto -o dos, o tres, no me acuerdo- de silencio para repudiar el asesinato.


Como ustedes puede que no sepan -pues si no viven en Madrid no tienen por qué saberlo- en la capital de España era festivo el día 15, San Isidro, por lo cual no se guardó ningún tiempo de silencio ni se manifestó ninguna repulsa en los centros oficiales, cosa comprensible porque estaban cerrados.


Lo que ustedes seguramente no saben -y por eso se lo digo- es que tampoco se observó ni el silencio ni la repulsa ni nada de nada, en los días siguientes, 16 de mayo -posible "puente" para las jerarquías- ni 19, lunes, cuando ya era de suponer que todo el mundo habría vuelto al trabajo.


Lo que ni ustedes ni yo podemos saber, es qué clase de mierda guardan en su corto cerebro, qué mugre en su extraviada conciencia, qué podredumbre en sus almas sucias, los que no ofrecen por un guardia civil el mismo y breve homenaje que por un militante socialista.


Canallada -todo sea dicho- que no constituye novedad, porque ya ocurrió algo similar con motivo del asesinato del señor Tomás y Valiente -homenaje silencioso al canto- y el Teniente Coronel don Jesús Cuesta Abril, por quien no consideraron necesario el acto oficial. Y para que no digan que me lo invento, aquí pueden comprobarlo en artículo que tuvo a bien publicarme La Nación, sin que hasta el momento haya balado ninguno de los aludidos.

jueves, 15 de mayo de 2008

A Juan Manuel Piñuel



Una vez más, un amargo despertar. He notado el mordisco de una boca invisible en la nuca, las propias uñas clavadas en la palma de la mano a fuerza de apretar los puños crispados. Dolor y furia, aunados y desatados al tiempo, como un Padre Nuestro disparado detrás de un fuerte puñetazo en la mesa.


ETA, ese grupo salvaje, esos escombros de la sociedad, jaleados por unos cuantos estúpidos desaseados, tolerados por una clase política que no sabe, o lo que sería peor y por eso no quiero creer, no quiere plantarle cara. ETA, ese grupo abominable que meneando el árbol de las nueces da réditos políticos a unos cuantos miserables que, misterios de la democracia, no son ajusticiados en plaza pública por una muchedumbre airada. ETA, ha vuelto a matar. No debería ser noticia, y no lo es. Es, simplemente, una vergüenza.


No tuve el honor de conocer a Juan Manuel Piñuel, pero si me cabe el goce de poder llamar amigos a otros compañeros de su benemérito cuerpo, y llevo como una medalla el hecho de contar en mi familia con unos cuantos caballeros de verde, desde hace casi un siglo.


No conozco a su esposa, ni he jugado con su hijo, aunque tengo amigas, mujeres de guardias civiles, con un valor y unos principios que no llegan ni a rozar la mayor parte de nuestra clase política, y tengo muy claro como vive un niño en una casa cuartel.


No podré ir a su entierro, aunque he tenido desgraciadamente el amargo honor de acudir a algún otro, y tener que tragarme las emociones que me provocaban ver a una mujer rota en un mar de lágrimas, y a unos hijos que tenían que soportar que un grupo de miserables les insultaran y les corearan, sin comerlo ni beberlo, aquella rima maléfica de la transición: “vosotros, fascistas, sois los terroristas”


No, Juan Manuel. Ni te conocí a ti, ni a tu esposa, ni mis hijos han jugado con el tuyo en el patio de la casa cuartel. Pero tu muerte me ha rozado el alma, me ha golpeado el corazón. Hoy no he salido del despacho, pero he estado en Legutiano, en la Málaga donde vivías y en la Melilla españolísima donde naciste. Y por supuesto, en Valencia, donde cumpliste con el Todo por la Patria del que hoy has pagado el último plazo. Me has acompañado en el trabajo, en mis clases, hasta en el más recóndito de mis pensamientos.


Se que me disculparás que no guardase los cinco minutos de silencio que por ti pedían las instituciones. Como decía el maestro Rafael García Serrano, los minutos de silencio son los Padrenuestros de los cobardes. Y hoy, hoy he rezado mucho.


Se que desear que tu muerte sea la última que estos perversos imbéciles provocan, es pedir un imposible. Pero si deseo que nuestra clase política se conmueva solo un poco, lo suficiente como para dejar de emplear palabras vanas, de condenar por enésima vez lo ya condenado, y actúe. Eso, y que tu mujer tenga fuerzas un día para contarle a tu hijo como moriste por España. Él crecerá a la sombra de un gigante: la tuya.


Honor y Gloria a la Guardia Civil.


Escrita por mi amigo y camarada.-

miércoles, 14 de mayo de 2008


Juan Manuel Piñuel Villalón

Descansa en Paz

NI OLVIDO NI PERDÓN


martes, 13 de mayo de 2008

UTILIZA Buigle.com



Lanzan Buigle.com, buscador para ayudar en financiación de la Iglesia en España.


El periodista e informático Carlos Mencos lanzó un nuevo portal católico llamado Buigle.com, que tiene como objetivo ayudar a financiar la Iglesia en España con los ingresos que se obtengan por publicidad, usando dicho buscador.


La iniciativa, que tiene la utilidad básica de realizar búsquedas a través de Internet, como en Google; surge "tras la modificación de las ayudas a la Iglesia en 2007 en España", para "ayudar a la autofinanciación y así lograr la nula dependencia de los poderes políticos de turno".


Además de ser "un punto de unión de internautas de todo el mundo con sensibilidades comunes" Buigle.com es una "iniciativa católica más, sin que detrás haya organismo alguno", que funciona igual que Google, e incluso utiliza sus herramientas; gracias a un acuerdo para usar sus servicios, señala el sitio web.


La nueva legislación española señala que la Iglesia ya no cuenta con un complemento del Estado ni está exenta del IVA (Impuesto al Valor Añadido), por ello su financiación depende de la aportación voluntaria del 0,7% del impuesto sobre la renta que cada contribuyente voluntariamente así lo decida, además de otros donativos.


Para conocer más de esta iniciativa, puede ingresar a: http://www.buigle.com/

lunes, 5 de mayo de 2008

DIA DE LA MADRE;DIA DE LA PATRIA


Felicidades a todas las madres, que hoy celebran su dia. Felicidades por su abnegacion. Felicidades por el instinto maternal. Felicidades por su nobleza. Felicidades por ejercer vuestra vocacion sin descanso. Felicidades por preocuparos siempre de vuestros hijos sin pedir nada a cambio. Felicidades por no ofenderos cuando los hijos de vez en cuando os chillamos. Felicidades por apretar los dientes cuando veis a vuestros hijos sufrir y callais por no molestar. El peor defecto de las madres, es que se mueren antes que los hijos, sin darnos casi nunca tiempo a darles las gracias por todo. MADRE SOLO HAY UNA, simplemente, porque seria insoportable, duplicar el dolor de perderlas.
FELICIDADES.
Y luego esta la otra madre. La madre inmortal. La Patria:....."Es la Patria quien necesita de nuestro esfuerzo y de nuestros brazos; ella es quien nos manda uniformar, formar todos como uno, vestir las azules camisas de la Falange. La Patria es quien borda con mano de mujer –de madre, de novia– sobre el pecho, exactamente encima de la diana alborotada del corazón, ansioso de lucha y de sacrificio, el yugo y el haz, las flechas de nuestro emblema."(Haz, núm. 6, 15 de julio de 1935)

viernes, 2 de mayo de 2008

La Patria está en peligro, españoles, acudid a salvarla


409 madrileños murieron tal día como hoy hace 200 años por conseguir la libertad, aunque muchos más serían asesinados por los franceses en la represión posterior. Hoy lo celebran y conmemoran los políticos, pero hace dos siglos fue la gente llana de la calle, el español de infantería el que se rebeló contra la injusticia. Ni políticos, con la excepción del alcalde de Mostoles, ni la realeza ni el ejército dieron la cara.
De entre los muertos en batalla y fusilados, hubieron 13 niños y 57 mujeres que salieron de sus casas a raiz de este mensaje que circulaba por las calles: “La Patria está en peligro, españoles, acudid a salvarla”. Y entre el ejército, Luis Daoíz y Pedro Velarde salvaron su honor. Dieron la cara a sabiendas de una muerte segura y cruel.
Estos fueron los heroes militares que tomaron las armas sin hacer caso a sus superiores para ayudar al pueblo. Sus nombres gloriosos han perdurado hasta nuestros días:



Parque de Artillería y otros del Cuerpo.
Capitán de Artillería
don Luis Daoiz y Mendoza, jefe del Parque de Artillería
Capitán de Artillería
don Pedro Velarde y Santiyán
Capitán de Artillería
don Juan Nepomuceno Consul
Capitán de Artillería
don José Dalp
Capitán de Artillería
don José Córdoba de Figueroa
Teniente de Artillería
don Gabriel de Torres
Teniente de Artillería
don Felipe Carpegna
Escribiente de Artillería
donManuel Almira
Escribiente de Artillería
don Domingo Rojo Martínez
16 artilleros


Procedentes de otros Cuerpos:
Exento de las Reales Guardias de Corps
don José Pacheco, padre del Cadete de igual apellido.
Capitán del Regtº de Milicias Provinciales de Santiago de Cuba
don Andrés Rovira (amigo del Tte. Arango)
Alférez de Fragata
don Juan Van Halen
Alférez de Fragata
don José Hezeta
Coronel Sargento Mayor de la Plaza
don Francisco Javier Valcarcel.

Regimiento de Infantería de Línea “Voluntarios del Estado”
Capitán de la 3ª Compañía del 2º Batallón
don Rafael de Goicoechea.
Teniente
don Jacinto Ruiz Mendoza
Teniente
don José Ontoria
Subteniente
don Tomás Bruguera
Cadete
don Andrés Pacheco
Cadete
don Juan Rojo
Cadete
don Juan Manuel Vázquez Afan de Ribera
Asistente
Francisco Alvero
33 fusileros granaderos.

Pero España como nación no nace el 2 de mayo, como ahora quieren hacernos ver, ni con la constitución de la Pepa. Nace con la civilización de Roma y se forma con la unión de sus reinos. Unos reinos que ya se sentían españoles. Pelayo, el Cid, la reconquista, Covadonga, la reina Católica, la evangelización de América, el imperio donde nunca se ponía el sol, el 2 de mayo, la lucha contra el comunismo. Entre todos se ha engrandecido la Nación, cuya historia ahora hay que reinventar y reinterpretar en otra absurda cesión al liberalismo y al nacionalismo.


Santiago Velo de Antelo

La Nación