martes, 23 de septiembre de 2008

CLAMOROSOS SILENCIOS


Este desahogo, que no llega a ser artículo, es la simple constatación de lo que ya advertía ayer, a propósito de las almas podridas que convocan silencios y enlutan banderas por un concejal socialista, y vuelven las jetas ante el asesinato de un militar.


Oxímoron aparte, hay silencios que claman. Silencios que claman al cielo, que claman venganza, que claman respeto o claman vergüenza.Silencios que brillan por su ausencia, como el que no se ha observado hoy en algunos centros de la Administración, bajo este Gobierno que hace distinciones entre los muertos, según sean hombres de uniforme o poiliticuchos del tinglado.No ha habido minutos de silencio para el brigada don Luis Conde de la Cruz; no ha habido Banderas a media asta. Y con esto ven que no andaba ayer descaminado en el aviso.Y don Luis Conde se habrá alegrado, porque para un militar de raza nada hay más hermoso que ver ondear al cielo la enseña de la Patria.Y a los hideputas, que les vayan dando.


Rafael C. Estremera


lunes, 22 de septiembre de 2008


BRIGADA LUIS CONDE DE LA CRUZ



DESCANSE EN PAZ



¡ NI OLVIDO NI PERDÓN !

jueves, 18 de septiembre de 2008

miércoles, 17 de septiembre de 2008

POR FAVOR... CONTESTE EN CATALÁN





Ellos no paran y, consiguientemente, nosotros tampoco. A cada nueva chorrada nacionalista debe articularse una respuesta clara de los que, en la España de 2.008, seguimos creyendo en España como proyecto común válido y permanente. Por eso, y podéis creerme que lo siento muchísimo, una vez más tenemos que hablar de Carod Rovira y del gang de los nacionalistas catalanes. Ciertamente lo siento... aunque hubiera podido ser peor. Consolaos pensando que, al menos, hoy no toca hablar de Ibarreche. Algo es algo. Además, y desde mi visión de modesto columnista, tengo que agradecer a Carod su carácter de comodín cuando no se me ocurre nada para llenar estos folios semanales que os escribo. Siempre está ahí cuando se le necesita...



La verdad es que agotan. Mes tras mes, los políticos nacionalistas nos agreden con sus persistentes iniciativas de disolución nacional. Pesados y cursis, se han apuntado a la empresa de cargarse España al ritmo de la xenofobia y del racismo. Porque sólo bajo estos dos conceptos puede definirse la nueva campañita del siniestro Departamento de Política Lingüística de la Generalitat, directamente dependiente de la Vicepresidencia del Gobierno Catalán. No me digáis que esta denominación no tiene alguna reminiscencia semántica con aquellas oficinas que, dotadas de nombres kilométricos, jalonaban la Alemania de los años treinta. Oficinas que, también directamente dependientes de tal o cual Departamento, tenían como misión principal verificar la prevalencia intelectual o social de la etnia alemana sobre cualquier otra de las existentes dentro del territorio del Reich. Más o menos iguales a toda esta caterva de estas extrañas oficinas o secciones que, aparecidas con profusión -como setas de un bosque racial- en esta España Zetapera, han surgido en determinadas Comunidades Autónomas.



Esta vez, la nueva campaña de la Generalitat tiene por objetivo convencer a los catalanoparlantes de que no contesten en castellano a los que se dirijan a ellos en castellano. Así de clarito. Y por esto alguien habrá -incluso- cobrado. Si se escarba lo suficiente, encontraremos algún primo o cuñado de alguien detrás de esta memez. Lo cierto es que, además de profundamente racista, la medida es no menos descortés y, también profundamente, maleducada. Alejada de cualquier norma esencial de urbanidad y buena educación ciudadana y, por supuesto, de la otra. De aquella buena educación que se recibe en casa. Este brillantísimo uso de los fondos públicos catalanes -aquellos fondos públicos que defienden tan ardientemente estos impresentables llamando subdesarrollados a los extremeños- ha sido presentado personalmente por el bueno de Carod-Rovira. Además, y siempre según fuentes autorizadas, el Vicepresidente se siente orgulloso de ello. Hasta propone que esta contestación racialmente catalana se haga con simpatía.



Sin embargo, y con la misma simpatía que nosotros podemos aplicar a la hora de manifestar nuestra opinión sobre esta nueva chorrada, también podemos manifestar algunas dudas sobre la aplicación de esta nueva política departamental nacionalista. Por ejemplo... ¿se debe contestar en catalán en todo caso? ¿sólo a los catalanes que se dirijan a tí en castellano? ¿sólo al resto de españoles -perdona Carod por la expresión- que no sepan catalán? ¿sólo a un ciudadano que viva en Cataluña con carácter estable y permanente? ¿sólo a los ciudadanos que estén de paso? ¿a todos? ¿qué ocurre con los ciudadanos extracomunitarios? ¿y con los comunitarios? ¿se considera ciudadano extracomunitario al andorrano? ¿a todo el mundo?



Todas estas preguntas son contestadas por el Vicepresidente Carod por medio de una regla de oro, de aplicación en caso de duda. Dice este cerebro privilegiado del activismo catalanista que el mejor gesto de educación que puedes tener hacia alguien de fuera es tratarlo como alguien que quiere ser de dentro. Más clarito imposible. Un comercial de telas de -pongo por caso- Ciudad Real que pase por Tarrasa será tratado -ipso facto y en virtud de esta política de inmersión lingüística- no sólo como alguien que quiere ser catalán sino, irremisiblemente, como alguien que es catalán. Qué suerte tiene nuestro amigo de Ciudad Real. Por un instante, y en aras de la cortesía practicada por el Tripartito, podrá formar parte del sueño nacional de estos modernos visionarios. Será catalán. A la fuerza y aunque se quede sin saber dónde está la calle por la que pregunta o a qué hora se sirve el desayuno en el hotel. Menos mal que, todavía, nos quedará el inglés para poder orientarnos, aunque sea someramente, en esta gran Nación Catalana Transpirenaica.



De todas formas, Carod recomienda contestar con simpatía, con habilidad y mano izquierda. Con la misma simpatía, habilidad y mano izquierda que nosotros -los falangistas- le mandamos a tomar las aguas. Las aguas termales catalanas... por supuesto. El asunto, sin dejar de ser divertido por ridículo, ofrece una definición nítida de lo que esta gente esta propugnando: un microestado fascista basado en la exclusión del extranjero y en la negación de la pluralidad lingüística que, desde que el mundo es mundo, ha caracterizado a la Nación Española. A la calle española. Uniformizar el idioma desde arriba. Al paso de la oca. Y es que ver a Carod hablándonos de simpatía y mano izquierda no deja de ser un sarcasmo tenebroso. Algo así como ver al Gobierno Vasco hablándonos -por ejemplo- de los derechos de las víctimas de la violencia.



Publicado en el Núm. 144 (ÉPOCA II) de "La Gaceta Escurialense".

lunes, 15 de septiembre de 2008

La suerte de las focas


Va a resultar que la libertad de matar, después triturar y posteriormente hacer desaparecer a seres humanos sin nacer es sinónimo de progreso


Alfonso USSÍA


El noventa por ciento de los médicos en España se niega a practicar abortos. Motivos de conciencia. Una buena parte de ellos no son católicos practicantes ni creyentes. Su rechazo a la interrupción del embarazo responde a imperativos morales y éticos.

El ministro de Sanidad, Bernat Soria, amenaza a los médicos objetores con la apertura de un registro. Coacción directa. Para el Presidente del Colegio de Médicos, el doctor Isacio Siguero, las listas voluntarias de facultativos objetores sólo pueden ser administradas por los colegios médicos, y no por las administraciones públicas. Se lo han recordado al sonriente señor ministro. Objetar es un derecho constitucional, más aún cuando se objeta de practicar un asesinato a un ser indefenso.

La nueva ley del aborto es un genocidio legalizado contra los seres humanos más frágiles y desamparados. Y el argumento de los partidarios del genocidio legalizado de que sólo la inamovible Iglesia Católica se opone al crimen masivo es falso, engañoso, torticero y cínico. Por supuesto que la Iglesia se opone, y también millones de españoles creyentes, pero sin olvidar a otros muchos, que desde el punto de vista moral y ético, libres de toda inclinación religiosa, alcanzan a ver la perversidad sin límites del proyecto «progresista», que ahora va a resultar que la libertad de matar, después triturar y posteriormente hacer desaparecer a seres humanos sin nacer es sinónimo de progreso.

En España, el aborto es un delito despenalizado en tres supuestos. Uno de ellos, la salud de la madre. Tenemos unas madres enfermísimas en España, por cuanto el 97% de las interrupciones de embarazo se escudan en el supuesto de la salud materna. A partir de ahora, lo que era un delito -matar lo es-, se convierte en un derecho. Defendemos los derechos de las mascotas, de los árboles, de los océanos y de las selvas. Defendemos al gorila y al chimpancé. Defendemos al sapo partero y al buitre leonado. Sancionamos con dureza sin límite a quienes violan o arrebatan la vida del lince, del mochuelo moteado y del bebé de la foca. Pero convertimos en un derecho asesinar a nuestros hijos cuando no tienen ninguna posibilidad de defenderse. No sólo anticristiano. Inhumano por naturaleza. Protestan los «progres» profesionales. Las mujeres tienen el derecho de hacer lo que quieran con su cuerpo. Hagan lo que quieran, pero no con el cuerpo de otros seres, que son vida desde el primer momento de la creación. Su cuerpo es el vehículo para que nazcan, pero culminado el parto, ese cuerpo vive por sí sólo.

Y protestan los «progres» profesionales por la matanza masiva y terrible de los bebés de focas para hacer abrigos de pieles. Estoy con ellos. El espectáculo es dantesco y la indefensión de las focas recién nacidas ante la agresión de cuadrillas de matarifes resulta espeluznante. Ese paisaje de hielo y sangre estremece y nos humilla a todos. Pero no estremece ni humilla a todos el ruido de la trituradora que hace añicos el cuerpo de un niño indefenso, ni el frío cálculo del crimen de un «nasciturus» por motivos inaceptables. Los gorilas tienen más derechos que los seres humanos. Y las focas. Al menos, a los bebés de las focas se les permite nacer y ver la luz. A los bebés humanos, ni eso. Será un derecho asesinarlos.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Unidad


Vivimos un tiempo difícil. Los que amamos a España, asistimos irremediablemente a un proceso turbulento que puede llevar a su disgregación, parcial o total. Algunos, claro está, juramos un día no permitir tal cosa: pero de sobra nos falta fuerza, si no conquistamos antes las conciencias y vencemos en la verdadera batalla que se nos presenta, la de las ideas.


Estatutos balcanizantes como los de Cataluña, Valencia o Andalucía se suman a las intentonas violentas de otras regiones -especialmente Vascongadas- para desgarrar definitivamente la realidad histórica de nuestra patria. Mientras tanto, en nuestra amada nación acudimos a una de las mayores crisis de nuestra historia: crisis moral, espiritual y hasta demográfica. El infanticidio institucionalizado, esto es, el aborto, sumado a la falta de políticas familiares, no garantiza un sano relevo generacional en nuestro país, mientras ya, desde arriba, piensan en quitar de en medio a los ancianos a través de la eutanasia activa. Por no hablar de la falta de seguridad ciudadana, la injusticia social o la ulceración de la cultura. En definitiva, un panorama desolador.


¿Qué nos queda? Evidentemente la Esperanza -que es virtud teologal- pero acompañada siempre de la lucha política. En esto, muchos propósitos honrados -y otros no tanto- así como la continuidad histórica de sanos movimientos que buscan aplicar en el futuro lo mejor de nuestro pasado han venido a configurar lo que en determinados ambientes se conoce como "área patriota". Muchos, ahora, quieren ir más allá y convertir esa área política en un solo bloque monolítico al servicio de la nación. La consabida "unidad".


Pero... ¿es posible tal empresa? Seamos sensatos. No pueden ir coaligados, fusionados, proyectos distintos en esencia, contradictorios, irremediablemente diferentes. Para abordar la conquista del Estado, para lograr una revolución política, económica y social que lleve la Justicia Social a España y la coloque en el lugar que se merece en el plano internacional, no se puede ir con medias tintas ni caer en la desnaturalización ideológica. Tengámoslo siempre presente, y si queremos construir, construyamos a partir de esa indubitable premisa.


Pero dicho esto, se presenta otro tipo de "unidad". La unidad de la sociedad civil, de los hombres de bien, frente a la ofensiva laicista y totalitaria del Estado, frente al genocidio infantil, frente al ataque a la vida enferma, frente a la desvertebración de nuestra patria, etc. Y si para ello hacen falta plataformas, organizaciones o foros que den la cara, de manera directa y sin tapujos, ante los responsables de tanta inmundicia... ¿a qué esperamos para crearlas? Hay algunas ya, que defienden algunas cuestiones de las citadas, lo sé. Pero no es suficiente. Nos jugamos mucho en esto, y si hace falta sentarse a hablar, limar diferencias y defender cívicamente aquellos principios irrenunciables que políticamente tratamos de proteger, adelante. Conquistemos las conciencias y dispongámonos definitivamente a esa batalla de las ideas. Por España, por el Bien Común y por el futuro de nuestros hijos.



El artículo extraido del excelente blog http://desvaninfinito.blogspot.com/ el cual, desde esta modesta atalaya, recomendamos su lectura.-

martes, 9 de septiembre de 2008

PALABRA Y OBRA


Palabra y Obra, suplemento cultural literario de La Tribuna de España, comienza la temporada. Un rincón en la red donde podéis encontrar críticas literarias y reflexiones sobre libros de ahora y siempre que pueden serviros de guía a la hora de ir añadiendo ejemplares a vuestra biblioteca.
Parada obligada para los amantes de las buenas lecturas