domingo, 28 de noviembre de 2010

HOJAS DE LA FALANGE.- OBREROS ESPAÑOLES


DOS CAMINOS


Todos los trabajadores, ante la angustiosa situación presente, han de preguntarse a qué se debe el que, a pesar de los constantes cambios de Gobierno, a pesar de haber gobernado las izquierdas, a pesar de los Gobiernos de centro y de derecha, el paro aumente sin cesar, la carestía de vida se haga cada vez más agobiadora y la pugna entre las clases sea cada día más áspera. Fácil es comprobar la existencia de estos problemas y aun su agravación. Con Gobiernos en que figuraban ministros socialistas, todas las calamidades que abruman a la masa obrera no sólo no tuvieron solución, sino que se agudizaron. Con Gobiernos de derecha, toda la política se orienta en contra de los productores; empeoran las condiciones de trabajo, se reducen los jornales, aumentan las jornadas, se los persigue, etc. ¿Qué significa esta coincidencia en el fondo de los partidos políticos, sean de derechas o sean de izquierdas? Significa que el régimen de partidos es incapaz de organizar un sistema económico que ponga a cubierto a la masa popular de estas angustias; que tanto unos partidos como otros están al servicio del sistema capitalista.

Mientras la terrible crisis económica actual ha arruinado o está en camino de arruinar a los modestos productores, y la masa obrera sufre como nunca la pesadilla del paro, la cifra de los beneficios obtenidos por los beneficiarios del orden actual de cosas, los dueños de la Banca, es elevadísimo.

Así la tarea urgente que tienen los productores es ésta: destruir el sistema liberal, acabando con las pandillas políticas y los tiburones de la Banca. Pero para llevarla a cabo se ofrecen dos caminos: el camino comunista y el camino nacionalsindicalista. No hay más salidas. Los dos aspiran a hacer astillas este orden de cosas; los dos quieren un orden nuevo.

Ahora bien: ¿son igualmente fecundos, eficaces, ambos?

Cada día es más patente la influencia comunista de Rusia en el seno de la masa obrera, transportada tanto por los partidos comunistas como por los socialistas. Las consignas de la Tercera Internacional son las que animan al movimiento marxista. Aquí, en España, los partidarios de la orientación comunista dentro del partido socialista son cada día más numerosos.

Pero el triunfo comunista en España, ¿beneficiaría a la clase trabajadora? Este es el problema que tenemos que esclarecer, poniendo un especial y honrado propósito. Si el comunismo proporciona un nivel de vida más decoroso, si satisface los ideales de una empresa común, la elección no es dudosa. Pero el comunismo ¿es capaz de realizar estos objetivos?

(....)

LLAMAMIENTO


No. El Movimiento Nacionalsindicalista está seguro de haber encontrado una salida justa: ni capitalista ni comunista. Frente a la economía burguesa individualista se alzó la socialista que atribuía los beneficios de la producción al Estado, esclavizando al individuo. Ni una ni otra han resuelto la tragedia del productor. Contra ella levantamos la sindicalista, que no absorbe en el Estado la personalidad individual ni convierte al trabajador en una pieza deshumanizada del mecanismo de la producción burguesa. Esta solución nacionalsindicalista ha de producir las consecuencias más fecundas. Acabará de una vez con los intermediarios políticos y los parásitos. Aliviará a la producción de las cargas con que la abruma el capital financiero. Superará su anarquía, ordenándola. Impedirá la especulación con los productos, asegurando un precio remunerador. Y, sobre todo, asignará la plusvalía, no al capitalista, no al Estado, sino al productor encuadrado en sus sindicatos. Y esta organización económica hará imposible el espectáculo irritante del paro, de las casas infectas y de la miseria. ¡Trabajadores, alerta! El comunismo y todo el movimiento internacionalista trata de especular con las masas obreras. Con los mismos tópicos que en 1914 –libertad, democracia, progreso– intentan arruinar al Estado en beneficio del que paga: Rusia. Las concentraciones populares antifascistas son el taparrabos de los apetitos de Moscú. Ayer imponía la consigna de clase contra clase, de lucha violenta en las calles; hay quiere meter a la masa obrera en andanzas electorales, obligándola con los partidos burgueses de izquierdas. Los obreros, con este cambio de táctica, no van a ganar nada; perderán, tanto si aúpan a las izquierdas burguesas como si llevan a participar en el Gobierno a los comunistas y socialistas. Las izquierdas burguesas, bien avenidas con el capitalismo internacional y los marxistas al servicio de Rusia, harán la política que les ordenen sus amos, no la que interese a los obreros españoles. Los trabajadores harán, una vez más, de carne de cañón, y al final no hallarán ni el pan ni la libertad.

¡Trabajadores! ¡Camaradas! Se acercan momentos decisivos. Nadie puede estar cruzado de brazos. Está pendiente la suerte de todos. 0 los trabajadores, enérgicamente, implacablemente, terminan con el gran capitalismo financiero y se unen al Movimiento Nacionalsindicalista para imponer el régimen de solidaridad nacional, o el intemacionalismo nos convertirá en cipayos de cualquier gran poder extranjero.

El movimiento Nacionalsindicalista, consciente de su fuerza y de su razón, mantiene el fuego contra todos los enemigos; contra las derechas, contra las izquierdas, contra el comunismo, contra el capitalismo. Por la Patria, el Pan y la Justicia. Estamos seguros de vencer. Lo exige así el interés de los productores y la conveniencia nacional. Impondremos sin contemplaciones un orden de cosas nuevo, sin hambrientos, sin políticos profesionales, sin caciques, sin usureros y sin especuladores.

¡Ni derechas ni izquierdas! ¡Ni comunismo ni capitalismo! Un régimen nacional. ¡El régimen Nacionalsindicalista! ¡Arriba España!

(Arriba, núm. 20, 21 de noviembre de 1935)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Discurso pronunciado el 20 de noviembre de 2010, ante la casa natal del fundador


Un año más, aquí estamos los falangistas. Frente a la casa del fundador, en el centro de Madrid, en la capital de España. Una vez más la fecha de su sacrificio, de su asesinato a manos de quienes - entonces como hoy – gobiernan en nombre del socialismo, sirve de punto de inflexión, de cierre de un curso político y de inicio del curso siguiente. Una vez más acudimos con la intención de hacer examen de conciencia política, de revisar nuestros compromisos y de tomar otros nuevos, para esta sempiterna lucha a la que estamos abocados los falangistas.


Ha llegado el momento de preguntarse. ¿Estáis satisfechos? ¿Estáis verdaderamente satisfechos con nosotros, y sobre todo, estáis verdaderamente satisfechos con vosotros mismos? ¿Ha sido éste un buen año? ¿Ha sido un año falangista, en cada una de vuestras vidas?


Hace un año proclamé desde esta misma tribuna que soy falangista. Y dije por qué lo soy - por qué los somos - y cómo debíamos serlo, en mi opinión, todo el tiempo. Os emplacé a hacer gala de vuestro falangismo día a día, en vuestros lugares de trabajo, en vuestros hogares, en vuestras actividades cotidianas, en vuestros centros de culto. Os animé a participar en la actividad política constante, a rebelaros contra la injusticia, a participar de los problemas sociales de vuestro alrededor y a hacerlo - todo el tiempo - como falangistas; sin escondernos, sin pseudónimos, sin disfraces. Sin disfraces de facha de 20-N, ni disfraces tampoco de señor apolítico que no se mete en nada o que hace cosas supuestamente válidas, en nombre de no se qué siglas u organizaciones menos identificadas, más homologadas por lo políticamente correcto.


En definitiva os pedí que fuéramos auténticos falangistas. ¿Cómo nos ha ido? ¿Lo hemos logrado? ¿Se nos ha visto? ¿La gente interpreta que ser falangista es, al menos, una opción limpia y poética? Yo os contestaré: en general no.


En general, seguimos sumidos en nuestras luchas intestinas, en el análisis de falangina en sangre, en nuestra pureza ideológica y en la evaluación de nuestra capacidad o incluso derecho, de hablar, de pensar, de sentir en falangista. En general, seguimos ajenos al mundo corrompido que nos rodea; ajenos a la oportunidad de crear una alternativa, allí donde el sistema fracasa una y otra vez. ¿Por qué - me pregunto - por qué somos tan tozudos?


Nunca como ahora, el sistema capitalista fracasó tan estrepitosamente. Nunca como ahora, en tiempos modernos y de paz, en el supuesto primer mundo, hubo tanta hambre, tanto paro, tanta pobreza.


Nunca como ahora, la banca abdicó de la única función legítima que cabría adjudicarle en un sistema justo, que es la creación de riqueza y de tejido industrial mediante el crédito; nunca como ahora, los comedores sociales se desbordaron antes; nunca antes los centros de Cáritas Diocesanas y de otras organizaciones cristianas se vieron obligadas a hacer los esfuerzos actuales en el corazón mismo del primer mundo, mientras, para más INRI, son vapuleadas las instituciones y principios que las inspiran y retirados los símbolos que marcan a fuego su naturaleza. Nunca antes la cultura de la muerte reinó como ahora en el ordenamiento jurídico.


Nunca antes como ahora, fueron atacados los derechos fundamentales del pueblo trabajador; nunca como ahora se recortaron servicios, prestaciones, jubilaciones, salarios y derechos, ante la hipócrita mirada condescendiente de un derecha que afirma que las reformas son escasas e insuficientes y que se opone a ellas, precisamente por cortas, porque en su opinión, aún habría que ir más lejos en las autodenominadas reformas sociales. ¿Pero qué les falta? ¿Fusilar desempleados al amanecer?


Pero lo que es aún más grave es que nunca antes, como ahora, la izquierda supuestamente social, el socialismo gobernante y el comunismo títere de ese socialismo, habían hecho una dejación de funciones tan flagrante, una acompañamiento tan feroz de políticas de derecha reaccionaria, una deserción ante el pueblo trabajador de esta magnitud, como protagonizan cada día, los poderosos nuevos ricos del poder socialista, y los dos mamarrachos políticos que son los dos líderes sindicales de CC.OO. y UGT. ¡Bonito papelón!


Antes, como ahora - en esto no hay cambios - se negocia vergonzantemente con el terrorismo, como si fuera una ideología con la que debatir diversos extremos. Saben que no lo es, que es una herramienta bastarda y cobarde para imponer por la fuerza - y por la espalda – su imperio marxista independiente, pero les da igual, si con ello compran de nuevo, tiempo. Tiempo para engañar a los hambrientos que pronto habrán de volver a votar.


Nunca, como ahora, la proyección política de España en el exterior fue tan decadente, tan vergonzante y tan criminal como lo es en este momento. La pérfida nos orina en los blasones, los llanitos se trepan a nuestras barbas, el gorila se desternilla con el asesino Cubillas en su gobierno; Evo se descaraja de risa mientras recibe nuestra pasta gansa de manos de la nueva títere de exteriores, mientras convalece de su rodilla, suponemos que de alguna de esas prácticas deportivas que todos le hemos visto realizar con sus rivales.


Y todo ello, mientras la que fuera la quincuagésimo tercera provincia española, con representación en las Cámaras, el Sáhara, - más sola y abandonada que nunca -es arrasada por el criminal primo marroquí, causando centenares de muertos y desaparecidos a sangre y fuego, en un territorio – debéis saberlo – que se encuentra bajo tutela española, por mandato de esa cuadrilla de sinvergüenzas que es la Organización de las Naciones Unidas. ¡Y nuestro gobierno mirando para otro lado!


Dicen los polisarios que tienen hombres, armas y sobre todo, decisión para resistir la invasión y luchar por sus derechos. ¡Quien fuera saharaui, Dios, quien fuera saharaui!


Por si esto fuera poco; por si la situación no fuera suficientemente propicia para proclamar alternativas falangistas - de manera constante - al sistema demo-liberal marxista y anticlerical, tenemos aún toda una serie de acontecimientos que van directamente dirigidos al corazón del patriotismo en general, y del falangismo en particular.


Derechas e izquierdas se disputan el dudoso honor de negarnos el pan y la sal, y la mera falta de publicación de una esquela se convierte en carta de naturaleza democrática para quien ejerce tan brutal agresión a la libertad de culto, la de pensamiento y la de expresión.


Las autoridades pasan por encima de toda ley y arrancan de las entrañas de la tierra en la que reposan los huesos martirizados de nuestros caídos, muestras ilegales y sin permiso... de su propia estulticia, pues es lo único que logran probar.


Los benedictinos son encerrados en su basílica y aislados del resto del mundo tras un nuevo muro de Berlín, prohibiéndose el culto por supuestos y falsos motivos de seguridad, cerco sólo roto por la afluencia de fieles y patriotas. La misma falsa seguridad - esta vez vial - que impedirá esta noche, por primera vez en 71 años, rendir el habitual y merecido homenaje a José Antonio – quizá el hombre más limpio de todo el siglo XX – al que este gobierno - con la anuencia del Partido Popular, que ha mostrado su conformidad con los extremos de la Ley de Memoria Histórica que lo hace posible – ha puesto todo tipo de trampas legales e ilegales para que unas docenas de falangistas no podamos trasladarle a pie, como siempre, una simple corona de laurel hasta su tumba.


Pero no es suficiente. En esa obsesión por destruir todo vestigio de nuestra existencia, por ganar una guerra que perdieron hace 70 años, por incluirnos en la marginalidad política y social y mantenernos donde les gusta tenernos...- y hay que decir que donde nosotros nos dejamos - mañana, cuando hayamos forcejeado durante un buen rato con ese órgano de la represión gubernamental que es la Guardia Civil, para tratar de acceder al templo donde se oficiará la misa de 11.00, cuando hayamos tenido que mantenernos, probablemente, bajo el azul de la cúpula celestial mientras dura el oficio, y tengamos que abandonar a trompicones el recinto, recordaremos que la autodenominada Federación de Foros por la Memoria ha acudido hoy a la puerta de la Basílica, a provocarnos, a insultarnos y, si hubieran podido, a agredirnos, con todos los parabienes y permisos en regla, mientras han propuesto, nada menos, que la voladura del Valle de los Caídos.


Algunos pueden pensar que no tienen reaños para hacerlo. Otros, quizá se conformarían con volarle los brazos a la Cruz, en señal de triunfo, para así dejar erigido en su lugar el más grande obelisco de Europa: el símbolo masón por excelencia... ¿Verdad Rubalcaba? ¿Verdad Fernández de la Vega, hija del falangista Wenceslao?


Pues se equivocan los que creen que no tienen reaños para hacerlo... simplemente porque no los necesitan. Hace unos meses, a pocos metros de este lugar y desde otro atril, durante la denominada garzonada, afirmé que estamos en el irreversible camino de la ilegalización y de la clandestinidad. Y hoy lo reafirmo de nuevo.


Dije también que no era por nosotros, que no se trata de que nos presten más o menos atención o que les importemos una higa. Es, simplemente, por dos razones: por rencor y por debilidad. Por su rencor hacia nosotros y por nuestra debilidad frente a ellos.


Rencor, porque es el único líquido que recorre sus venas y además porque es la única herramienta que sirve para mantenerles unidos, ahora que su barco socialdemócrata liberal va a la deriva y a punto de caer en cascada por el desagüe. Porque sorprendentemente a ellos sí les une el rencor y el odio - por encima de cualquier consideración - hacia nosotros, los patriotas en general y los falangistas en particular.


A ellos, todas esas distinciones que nosotros hacemos, todas esas tonalidades de azul, todas esas paletadas de escombro que vertemos sobre nosotros mismos, no les hacen distinguir lo más mínimo, no les hacen considerarnos diferentes, no permiten que alcancemos las más mínima consideración social o política, ni mucho menos, nos homologa en su sistema. Así, ya abjuremos de franquismo, ya prometamos ser más demócratas que los griegos y ya asumamos ese texto infumable y aberrante que es la Carta Magna, cuna de todos nuestros males, para ellos seremos siempre la misma cosa.


Para ellos, somos únicamente fascistas. Y, ¡tiene mandanga! ¡Compartimos el tratamiento con la más asquerosa y recalcitrante derecha gacetaria! ¡La misma que no sabe cómo escenificar su distancia con nosotros con todo tipo de humillaciones! ¡No hay distinciones! ¡Todos contra el facista!


Debilidad, por tanto, porque enfrente no hay prácticamente nadie para impedirlo. Porque pasamos el día despojándonos de pedazos de piel para ser admitidos por el Sistema caduco al que solíamos querer destruir.


Porque nuestro tiempo se dirime, falangistómetro en mano, dando explicaciones públicas de cómo congratularnos con el Sistema: “Nosotros no somos esto, no hacemos lo otro, no consideramos que..., quizá deberíamos reformar nuestros mensajes en..., nuestras formas no son las más adecuadas...”


Porque la mayoría somos incapaces de aprovechar las oportunidades que nos brinda el sistema y porque nos falta voluntad para ser una verdadera opción política y no un club de montaña o de amigos ideológicamente afines.


Hay quien cree que estamos a punto de atravesar la línea roja. Yo lo niego. La línea roja ya no se ve en el retrovisor, de tanto que hace que fue sobrepasada. Pero muchos no se han dado cuenta, entretenidos en el ciberespacio, en el desprecio de propios y ajenos, en la necromanía que a todos nos aqueja.


Pues bien, con todo este escenario propicio, con todo este cúmulo de oportunidades de mostrar a los españoles otra forma de hacer política, de crear sociedades más justas y cohesionadas, ¿Hemos avanzado este año? ¿Tenemos sindicatos más fuertes? ¿Representación en empresas? ¿Candidatos a las alcaldías? ¿Concejales? ¿Presencia en los medios? ¿Más voz en algún sitio? ¿Más prestigio personal y colectivo, por lo menos?.


Podemos desaparecer, si no hacemos nada. Es más, afirmo: debemos desaparecer, si seguimos sin hacer nada. Si no somos capaces de construir alternativas nacional-sindicalistas, de relanzar nuestros sindicatos, ahora que la deserción de los de clase es tan evidente, si no pueden nuestros compañeros de trabajo contar con nosotros para luchar, codo a codo, con ellos, si no podemos defender nuestra memoria o depositar una simple cinta rojinegra sobre la tumba de nuestros muertos, porque no tenemos capacidad; si no somos capaces de gritar a todo el mudo que efectivamente somos falangistas, somos distintos, tenemos una visión distinta a la de su mundo caduco y putrefacto y si no hacemos que todo ello sea realmente cierto y verdad, tenemos la obligación moral de desaparecer tras los pseudónimos que tanto nos gustan, para preservar nuestras cobardes y anodinas identidades reales.


Ahora bien, yo no creo que haya llegado la hora de desaparecer. Algunos nos resistimos a desaparecer. Cometiendo errores de bulto, sin duda. Cayendo con frecuencia en los mismos errores anteriores y contra los cuales intelectualmente nos revelamos, pero peleando. Probando, ensayando, copiando o acompañando buenas iniciativas de otros patriotas, creando otras, peleando siempre... ¡Aún estamos a tiempo! ¡Aún hay sitio para combatir y oportunidades para mostrarnos a la sociedad!


Leí hace unos días en el semanario Alba, un magnífico artículo de mi buen amigo y camarada Santiago Milans del Bosch, a propósito de los acontecimientos del Valle. Santiago, Magistrado y Fiscal en excedencia y abogado en ejercicio venía a decir, entre otras cosas, algo elemental: nuestro ordenamiento jurídico se tiene que basar en la interpretación del Derecho Natural. Y ese Derecho Natural manda, taxativamente, la resistencia ante las leyes y normativas injustas. Todo ser humano está obligado a rebelarse contra ellas a riesgo de ser considerado cómplice por acción u omisión, de las mismas, de no hacerlo. Tenemos ejemplos.


El 23 de febrero de 1981, un buen número de oficiales fueron condenados a penas de prisión por no haber ejercido su obligación moral de desobedecer órdenes de sus superiores, supuestamente injustas o ilegales, desacreditando así el concepto de la obediencia debida y dejando a la libre interpretación moral de cada uno, la validez de la norma.


Instauraba así, este Sistema, una norma moral de mayor calado que la propia letra de la ley: El derecho a rebelarse, la obligación de no cumplir mandatos injustos por imperativo moral. ¡Ya lo creo que hay tiempo de combatir y oportunidades para hacerlo! Es sólo una cuestión de disposición y de voluntad.


Porque nunca antes, como ahora, se había legislado de manera tan profundamente injusta, en materias fundamentales como el derecho a la vida, al trabajo, a la libertad de culto, a la libertad de expresión, al libre tránsito, a la libre difusión de ideas y pensamientos.


Nunca como ahora se habían encarcelado libreros, retirado, confiscado y quemado libros, cerrado templos, propuesto medidas terroristas de voladura de monumentos, retirado crucifijos, retenidos salarios y pensiones, legalizados el asesinato de inocentes, perseguido por causa de ideas políticas... ¿Hemos o no hemos cruzado la línea roja? ¿No ha llegado el momento de plantar cara y rebelarse? ¿Queremos ser juzgados por la historia como cómplices por omisión?


Vuelvo, finalmente, al principio de mi intervención. ¿Estamos satisfechos? ¿Podemos hacer más? ¿Queremos hacer más, o dejaremos que nos aplasten hasta desaparecer?


Es una pregunta que tenemos que respondernos cada uno de nosotros. Empecemos hoy mismo, dentro de un rato, en la manifestación falangista que nos llevará al Arco de la Victoria; y mañana en Guadarrama; y después en el Valle; pero sobre todo pasado mañana y al otro y al otro, tras los fastos del 20-N, tendréis que responderos a vosotros mismos. Yo estaré allí, junto a Manuel Andrino, mi jefe político, y el resto de esta Falange nuestra, en la que no nos resignamos a desaparecer.


¡Hace tiempo que llegó la hora. Solo hace falta voluntad! ¡Arriba España!


viernes, 19 de noviembre de 2010

lunes, 8 de noviembre de 2010

Valle de los Caídos: altiva intemperie


Casi a la misma hora en que el papa Benedicto XVI llevaba a cabo la solemne de la dedicación de la Basílica menor de la Sagrada Familia de Barcelona, a unos cientos de kilómetros de allí, unos religiosos benedictinos, encargados del culto de otro templo de igual rango tenían que celebrar la Santa Misa al aire libre.

Esta mañana, hacia las 11, la Guardia Civil volvía a impedir a los fieles el acceso a la Basílica. Según han informado alguno de los presentes: Los agentes que custodian la entrada no hablan: simplemente dicen que está cerrado, nada más.

Vigilados por las fuerzas de seguridad, más de doscientos fieles asistieron a la celebración de la Santa Misa por la Comunidad Benedictina en pleno y solemnizada por la escolanía. La ceremonia tuvo lugar en la calle, en la explanada que hay a mano derecha del acceso al recinto. Una mesa hacía las veces de altar, unas sillas plegables para el clero, un órgano y unos altavoces...

Reproducimos la homilía de Fray Santiago Cantera tal y como nos la ha hecho llegar otro de los asistentes:

"Queridos hermanos en Cristo Jesús:

Las lecturas de hoy resultan sugerentes sobre todo para dos aspectos de nuestra vida actual. Por un lado, nos encontramos en el mes de noviembre, dedicado a la intercesión por las almas de los difuntos: se abre con la solemnidad de Todos los Santos, que nos recuerda que todos estamos llamados a la santidad ante Dios y a la salvación eterna; y al día siguiente prosigue con la conmemoración de los Fieles Difuntos, que instituyó el abad cluniacense San Odilón a inicios del siglo XI.

Es precisamente en el segundo libro de los Macabeos donde se encuentran algunos de los textos en los que la Iglesia Católica fundamenta la creencia en el Purgatorio o unas penas purgatorias, que es un dogma de fe definido por el II Concilio de Lyon en 1274. Para pasar a contemplar la belleza infinita de Dios, las almas deben estar limpias de toda mancha dejada por sus pecados.

Nosotros podemos ofrecer nuestras oraciones, penitencias, limosnas y sobre todo el Santo Sacrificio de la Misa para que las almas que se encuentran en ese estado puedan pasar a disfrutar de Dios.



En el texto que hoy se ha leído, contemplamos la firme esperanza de los hermanos Macabeos en el premio eterno por su muerte martirial en defensa de la fe. “Dios quiere que todos los hombres se salven”, dice San Pablo.

Y Jesús nos habla de la inmortalidad, pues Dios “no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos están vivos”. Dios desea que todos podamos llegar a gozar de la visión de Él en el Cielo. La secta de los saduceos, que trataron de poner a prueba a Jesús, tuvo su origen precisamente en la época de los Macabeos: fueron los judíos helenizantes que colaboraron con las autoridades impías y aceptaron elementos provenientes del paganismo y del racionalismo. Serían unos de los responsables en llevar a Jesús al Calvario. Aquí entra la segunda consideración.

Los Macabeos son un ejemplo de martirio en tiempos de persecución religiosa. No tenían miedo a la muerte, porque creían en el premio eterno. Jesucristo ha culminado lo que ellos anticiparon y se ha convertido en el Gran Mártir de la verdad y del amor de Dios, la Víctima que se ha ofrecido al Padre para redimirnos del pecado y abrirnos las puertas del Cielo. Por eso todos los mártires han dado desde entonces su vida por Él y con Él.

Hoy vivimos tiempos difíciles para la fe en España y el testimonio de los mártires debe servirnos de estímulo frente a la adversidad. Ayer mismo celebrábamos la memoria de los mártires españoles del siglo XX. En el avión de venida, el Santo Padre Benedicto XVI dijo ayer que España está sufriendo una ofensiva laicista muy semejante a la de los años 30. Vosotros mismos lo podéis contemplar hoy en esta celebración, que a mí me recuerda a las misas del Beato mártir Jerzy Popieluszko en la Polonia de los años 80.

Por ello, debemos mirar el valor de los mártires para llenarnos nosotros mismos de valor. Traigamos a la memoria los cerca de 50 católicos asesinados esta semana en Iraq por elementos islamistas. Ojalá los católicos españoles seamos capaces de decir con convicción lo que ha dicho el cardenal arzobispo de Bagdad: “No tememos la muerte”.

Es preferible una Iglesia mártir −y recordemos que la palabra mártir significa “testigo”− que una Iglesia connivente con el mal por temor a perder un bienestar temporal. A medio y largo plazo, la Iglesia que realmente pervivirá será la primera. Hoy no honramos a ciertos eclesiásticos que en los años de la persecución en México pactaron los denominados “arreglos” con el gobierno masónico, sino que veneramos como santos y beatos a los mártires cristeros, procedentes sobre todo del pueblo sencillo.

No tengamos miedo a defender la verdad de Cristo. San Juan Crisóstomo fue desterrado dos veces por denunciar públicamente la corrupción de la corte de Constantinopla, pero ante la persecución afirmaba: “Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muerte? ‘Para mí la vida es Cristo y una ganancia el morir’. ¿El destierro? Del Señor es la tierra y cuanto la llena’. ¿La confiscación de los bienes? ‘Sin nada vinimos al mundo y sin nada nos iremos de él’. Yo me río de todo lo que es temible en este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio las riquezas. Yo leo esta palabra escrita que llevo conmigo: […] ‘Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo’”.

Evitemos el odio que pueda surgir en nuestro corazón hacia quienes persiguen la fe. Oremos por ellos y que el amor de Cristo venza el muro del odio. Pero, sin dejar de amarles, sepamos también mostrar nuestra firmeza, porque el Señor está con nosotros y tenemos que defender su heredad, de la que forman parte las iglesias y los lugares de culto. Que podamos decir con convencimiento las mismas palabras que el abad benedictino Santo Domingo de Silos dijera a un rey de Navarra en el siglo XI: “La vida podéis quitarme, pero no más”.

Quiero terminar extractando algunos preciosos versos de una canción que entonaban los cristeros mejicanos y que revelan el valor y el anhelo de eternidad que debemos tener. Dicen así: “El martes me fusilan / a las seis de la mañana / por creer en Dios eterno / y en la Gran Guadalupana. […] Matarán mi cuerpo, pero nunca mi alma. / Yo les digo a mis verdugos / que quiero me crucifiquen, / y una vez crucificado / entonces usen sus rifles. […] No tengo más Dios que Cristo, / porque me dio la existencia. / Con matarme no se acaba / la creencia en Dios eterno: / muchos quedan en la lucha / y otros que vienen naciendo. […] ¡Viva Cristo Rey!”

Que la Santísima Virgen nos alcance del Espíritu Santo el don de fortaleza y haga que la visita del Santo Padre traiga sobre nuestra querida y atribulada España frutos copiosos de una fe recia y de un espíritu ardiente".

Finalmente, se anunció que mientras el Gobierno siga en su empeño de mantener cerrado el Valle de los Caídos, la Comunidad Benedictina en pleno, acompañada por la escolanía, celebrará cada domingo la Misa de 11 a las puertas del Valle de los Caídos.

Comentando el hecho en Facebook, alguien ha escrito: Aunque parezca mentira, dentro del atentado que está cometiendo el Gobierno contra los católicos, esto es una buena noticia.

Y tanto que lo es. Porque más que los ataques de los laicistas, duele y desarma la actitud de la mayor parte de la jerarquía y de los católicos españoles.

Y porque, cuando se ha tirado por la borda el patrimonio de siglos de fe y de civilización cristiana no hay posibilidad de reconquista sin altiva intemperie ni guardia bajo las estrellas.


Angel David Martín Rubio

sábado, 6 de noviembre de 2010

Fray Pacífico de la Pobladura (y III)



Para finalizar esta serie de tres artículos que hemos dedicado a la memoria de Fray Pacífico de la Pobladura, hemos querido reunir una serie de testimonios de personas que compartieron con él parte de sus vidas, con un texto del propio Pacífico, que pone de manifiesto su actitud hacia el falangismo y que acaba con una despedida que nunca podríamos dejar en mejores manos que las suyas propias.

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De su carácter abierto, sencillo y beligerante por su causa, dijeron:


“Detrás de la grosería sin malicia fluía de su corazón la jaculatoria sincera. Sometía el orden a la eficacia, la abnegación precedía a la simple observancia, y el servicio a la simple legalidad” […]. “Pacífico, hombre fiel apasionado, realista, graciosa y evangélicamente imprudente, pudo cometer errores, no acertar en sus tácticas y hasta desplantar a quien se negaba a atender sus afanes. Pero no había en él otra regla que la del amor y la entrega.” - (Capellán Manuel Díaz Álvarez)


Por otro lado él mismo, consciente de esa impresión que a veces causaba en los demás, y que le granjeó no pocos detractores, decía:


“A veces es buena señal que hablen mal de uno. Hasta a Jesús le encontraron trapos sucios donde no había más que dignidad. Nosotros trabajamos por una corona que no se marchita y , si para conseguirla, somos perseguidos, no debemos arredrarnos”


Respecto a su patriotismo y su vocación, manifestaba:


“Más que timbre de nobleza, ser español es título de exigencia […]. Ser español es una de las pocas cosas serias que se puede ser en este mundo. Cierto; pero añadimos: “Ser español y misionero es la cumbre de la seriedad y de la grandeza”.


Pero en palabras de su hagiógrafo:

“…este patriotismo no era, en la práctica, chauvinista o ciego. Sin dejar de ser español, entendió a la perfección al pueblo hispanoamericano, y en especial al pueblo venezolano por el que trabajó incansablemente toda su vida.”



Resumiendo, el broche de oro lo pone un minero leones, de aquellos con los que Pacífico gustaba de descender al corazón de la tierra para conocer de motu propio los rigores de la vida de sus paisanos:


“Si yo tuviera que resumir de alguna manera todo lo que sentimos los mineros por él y todas las virtudes y valores que le adornaban, diría aun a riesgo de parecer irreverente, que si Cristo volviera a tomar forma humana y a vivir entre nosotros, tan solo necesitaría hallar once discípulos. El número doce seria Pacífico” (Laureano B. Traba, minero)


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En 1974, desde las filas del FES (Frente de Estudiantes Sindicalistas) Sigfredo Hillers publicaba “Ética y Estilo falangista.”, una obra que sería el libro de cabecera de muchos falangistas de las nuevas generaciones nacidas con el fin del franquismo, que establecía un puente de unión, entre lo nuevo y lo porvenir. (1)


En la primera de las tres partes que componen el texto, se incluían testimonios de diferentes falangistas pertenecientes a tres generaciones distintas, de entre los que se contó con la participación de Fray Pacífico, quién nos dejaba escritas estas palabras:

“Hermanos y camaradas:
[...] El delegado de Estudios de la Falange fundacional afirmaba por escrito el 2 de noviembre de 1933: "Entrar en la Falange equivale a entrar en un orden religioso. En una formación dinámica de cuerpo y alma... Todo en nosotros se ha supeditado al mantenimiento de un frente moral. Nuestras ideas sobre la patria, la conducta, la economía, el estilo, la historia, la política, la sociedad, el hombre, han dependido únicamente... de unos imperativos morales. Esta moral no consiste en una moral utilitaria, ni palabrera, ni patriótica, ni nostálgica, ni sentimental, ni llorona, sino en una moral religiosa de fraternidad y de justicia... Partía la Falange de una concepción total del mundo y del hombre, de una concepción clásica y cristiana, que asumíamos por entero en sus imperativos de hoy frente a la realidad histórica".
El fundamento doctrinal imbatible de la auténtica Falange "es una manera de concebir a Dios, al mundo, al cielo y a la tierra, al espíritu y al cuerpo, a la idea y a la acción, por una convicción inseparable de que la vida humana debe ser regulada por una sabiduría que la trasciende, por fines que la trascienden, y, en primer lugar, por una sabiduría divina, por un Dios ordenador, sin el cual no concebimos la naturaleza ni la historia".
Recordad siempre que "los que luchan por ideales eternos, no despiertan a la inmortalidad hasta después de haberse podrido sus huesos". Y esta inmortalidad no nos la van a dar ni a quitar ninguno de los que pretendan mordernos en nuestro ideal falangista, cristiano y español.
Para todos aquellos que pretendan decirse "falangistas" y traten de desvirtuar estos imperativos cristianos, recortando exigencias de doctrina y acomodando conductas "al sol que más caliente", recordadles que ese OLVIDO es el principio de la TRAICIÓN. Que jamás deberán pronunciar las palabras JOSÉ ANTONIO - FALANGE - CAMISA AZUL (hábito y uniforme), porque estas perlas no se han creado para boca de cerdos.
La consigna trascendente la dio el mismo José Antonio: "... si no os ponéis bien con Dios, y os toca caer un día, no aleguéis allá arriba el acto de servicio para libraros del infierno".
Y si por la fuerza pretenden eliminarnos, recordadles, con el testimonio valiente de una conducta radicalmente cristiana y falangista, que nos podrán romper, pero que estén seguros de que no nos doblarán nunca.
Perdonad si me he extendido demasiado. Me ha faltado el tiempo para ser más corto. ' Y tanto como queda...! Algún día nos reuniremos para HACER EJERCICIOS ESPIRITUALES FALANGISTAS.
Hermanos y camaradas: ADELANTE. Un abrazo y
¡ARRIBA ESPAÑA!”
(2)


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(1).- HACIA UNA HISTORIA DEL FES (V) - Francisco Blanco y José Lorenzo García (El Rastro de la Historia. Nº 6


(2).- PALMA ROJA, A TITULO POSTUMO, A FRAY PACIFICO DE POBLADURA - Participación en actos de FE de las JONS 1.979 - 2.006


jueves, 4 de noviembre de 2010

Fray Pacífico de la Pobladura (II)


Andrés María Álvarez Gutiérrez, nació el 11 de julio de 1927 en la pequeña villa de Pobladura de los Oteros, de León. Un pueblo tan pequeño que como dice la canción, “Por no pasar, ni pasó la guerra”.

Con sus seis hermanos se crió en el seno de una humilde familia campesina. Para ellos el momento clave del día era la caída del sol, en que la familia se reunía para orar y realizar alguna lectura que siempre rotaba entre las noticias que llegaban de la guerra que desangraba España y los relatos misioneros de su paisano, el P. Baltasar de Matallana en “El Angel Seráfico”.

Estos dos temas marcaron pues la infancia y la precoz imaginación de Andrés, que en su cuaderno de primera comunión escribía:


“Quiero ser bueno con mis hermanos, estudiar mucho como D. Venancio (el maestro), y ser un buen soldado español, para salvar a España de la Guerra. Y luego un misionero que civiliza a los indios de América”.

Auspiciado por su párroco, a los 11 de años de edad ingresó en el Seminario Seráfico de la Orden capuchina en Bilbao, pasando luego al de El Pardo donde terminó los cinco años de Humanidades y donde se produjo su encuentro con las obras de José Antonio Primo de Rivera. Esos textos que hablan de amor a España, de luceros, de vida de milicia, de monjes soldado, y sobre todo de “Imperio” basado en el amor y la entrega, encuentran tierra sembrada en el espíritu de Andrés, que ve en ellos el fiel reflejo de las ansias de su espíritu.

Con 17 años vuelve a Bilbao donde su preceptor de novicios apreciando su impetuosidad, le impone el nombre monástico de “Pacifico” para que haciendo honor al nombre del compañero de San Francisco atempere su natural beligerante. Fray Pacífico de la Pobladura iniciaba así su camino en el cual estaba dispuesto a ser “Cesar o nada”. Capuchino de cuerpo entero.

Tomó el hábito en Bilbao el 19 de agosto de 1943, emitiendo su profesión temporal al año siguiente (20 de agosto de 1944).

Durante los años 1944 a 1951, mientras cursaba estudios de Filosofía y Teología en León, entro por fin en contacto con misioneros activos, lo cual reforzó su decisión de ir a América. Hizo su profesión perpetua el 14 de julio de 1948 y fue ordenado sacerdote -en Astorga el 11 de febrero de 1951. Después de estudiar el año de Sagrada Elocuencia en el convento de San Antonio de Cuatro Caminos (Madrid) comenzó su peregrinar apostólico

Su padre había fallecido poco antes, y no se decidía a dejar a su madre, viuda y paralítica, en pos de su sueño. Pero se hizo el mayor valedor de sus hermanos misioneros, recogiendo fondos, publicitando su obra en prensa, radio y televisión.

Al mismo tiempo no renunció a su compromiso con el falangismo y entró en contacto con las Juventudes Falangistas que cautivaron a Fray Pacífico, quien seria consejero, amigo, capellán y propagandista incondicional, participando en numerosos campamentos y lo que el denominaba “Ejercicios Espirituales Falangistas”, en los que se haría popular su hábito de capuchino bajo el cual asomaba el cuello de una camisa azul mahón. Cuando Fray Pacífico escuchaba algún ataque contra sus pupilos literalmente “bufaba”, pues nunca dudo de la importancia de esas brigadas juveniles, donde (en sus palabras) “muchos miles de españoles y españolas adquirieron una mística de servicio difícilmente alcanzable en otros movimientos”.

También sería capellán de la Vieja Guardia, de quién recibiría a título póstumo la medalla de oro de la organización.

Formó parte de las fraternidades de Manzanares, Salamanca, Montehano, Santander y Valladolid. Juntamente con la predicación tuvo una intensa actividad en la prensa y en la radio, principalmente durante su estancia en Valladolid. Pero esta actividad en los medios de comunicación social la mantuvo siempre.

Desde mayo de 1958 a diciembre de 1959 formó parte del Equipo Misional para Hispanoamérica, visitando misiones en Ecuador, Panamá, El Salvador, Honduras y algunos meses en Cuba, donde contrae la disentería que le pone al borde de la muerte.. Después de esta experiencia apostólica, inicio en 1963, siendo miembro de la Fraternidad de Usera (Madrid), la Delegación de Propaganda Misional

Las desigualdades sociales del continente que el llamaba “del dolor y de la esperanza” le impactan y ve en ellas la tierra de cultivo para su particular vocación de imperio en lo religioso y en lo cultural. Un lugar de trabajo donde aplicar su ideal católico y falangista en pro de la justicia social para las clases más humildes de Hispanoamérica: los indígenas y los campesinos.


En sus periplos españoles su imagen de fraile mendicante cargado de bultos repletos de artesanía indígena y audiovisuales sobre su vida y costumbres, se hace familiar por los Caminos de España. En palabras de su biógrafo Manuel Díaz Álvarez:

«Cuando se trataba de conseguir fondos para las misiones, Pacífico se convertía en un asaltante a lo divino. Y si se trataba de defender la labor evangelizadora de los misioneros frente a quienes sin conocimiento y a distancia, les juzgaban despiadadamente, se transformaba en un Quijote, arma en ristre, presto a dar la cara por ellos. »

Con ímprobo esfuerzo edita varios libros sobre la “Cruzada” misionera en Venezuela, entre ellos destaca “Héroes” en el que recoge en cientos de fotos sobre las misiones. Con este fin pasó un año en Venezuela (1965-1966) organizando la propaganda misional y recogida de datos en Caracas, Barquisimeto, Valencia, Maracaibo y en las zonas misionales.

Vuelto a España, fue destinado a la Fraternidad de Jesús de Medinaceli durante el trienio 1966 a 1969, donde se le nombró miembro del comité permanente de pastoral seglar, asistente espiritual de la OFS y director de la revista "El Mensajero Seráfico".

En el trienio de 1969 a 1972 fue destinado a El Pardo donde trabajó intensamente en la propaganda misional y en la predicación. En 1972, la delegación de propaganda pasó a León y allí estuvo hasta enero de 1973.

En el año 1974-1975 se trasladó nuevamente a Venezuela para la recogida de datos, fotos, etc., en las tres misiones.

Finalmente en enero de 1983 fue destinado como misionero activo a la Misión de Tucupita (Venezuela). Su plan era permanecer allí por dos años mientras preparaba una obra sobre nuestras misiones, y establecer un contacto más profundo con los indios motilones, guaraos y yucpas, para lo que se instala definitivamente en el Delta Amacuro del Orinoco, teniendo previsto para 1984 el inicio de un nuevo proyecto fotográfico sobre sus indígenas que incluía tres meses de convivencia..

El 24 de octubre en Guayo, mientras acompañaba en una visita al matrimonio Domínguez-Rabadán, colaboradores y feligreses suyos de la Vieja Guardia, sufrió una angina de pecho. Al día siguiente, 25 de octubre de 1983, un helicóptero de la Guardia Nacional procedió a evacuarle a Tucupita, pero Dios quiso llamarle en el camino, y el aparato cayó en los Caños del Delta del Orinoco. Con el murieron los dos miembros de la tripulación, un médico y una enfermera.

Rápidamente se organizo una expedición de rescate compuesta por militares e indígenas. Por dos días se buscó infructuosamente. Al tercer día localizado el aparato sumergido a varios metros de profundidad decidieron esperar a la llegada de buceadores, pero los indígenas no estaban dispuestos a dejar al “Padrecito” en su tumba de agua, y a pulmón lo rescataron. Allí cubierto con un humilde pijama estaba Pacífico, Dios le había impuesto su última prueba de humildad y había entregado su alma despojado de sus dos más queridas prendas: Su hábito de capuchino y su camisa azul.

A hombros de sus indígenas, fue enterrado según sus últimos deseos en el cementerio misionero de la Isla de Burojoida en el Delta, vestido con su hábito y la camisa azul, cubierto su cuerpo por la bandera de Falange enviada desde España, y orientado este hacia nuestra patria.

Como publicaciones suyas nos ha dejado: "Creo en la juventud", un canto misionero publicado durante su campaña en El Ecuador; "Héroes": cincuenta años de evangelización y promoción humana, como homenaje a los numerosos misioneros de la Provincia; "De la universidad de la selva a la academia de la lengua", "Valencia de Don Juan, Fray Martín y México".

Al año siguiente, F.E. de las JONS, a propuesta de la Junta Central de Recompensas y Distinciones, concedió a título póstumo, la Palma Roja a Fray Pacifico de la Pobladura, por considerar su muerte un acto de servicio. La distinción fue recogida por Monseñor González, compañero de misión en Venezuela, de Fray Pacifico, de quien dijo: “demostró hasta el último momento su espíritu de sacrificio y unió desde siempre su vocación religiosa con la de fiel representante del falangismo”.

En 1984 su compañero el Capellán Manuel Díaz Álvarez publicó su semblanza biográfica “…Y MURIÓ EN LA SELVA” (Ed. Paulinas – Caracas).

Contaba a la sazón 56 años de edad y una vida dedicada a Dios, a España y a su “Imperio” en la persona de los más desfavorecidos.

martes, 2 de noviembre de 2010

Fray Pacífico de la Pobladura (I)






“Dichosos los pacíficos, porque
ellos serán hijos de Dios”




En el año 1958 yo ya era un veterano de los campamentos del Frente de Juventudes. Un veterano “flecha”, era mi tercer campamento. No recuerdo quien era el Jefe de Campamento, ni el de Actividades y menos aún el de Formación. No recuerdo a mi Jefe de Escuadra ni a mi Jefe de Centuria, pero recuerdo con cariño al “pater”, era Fray Pacifico de Pobladura. Con los años el “cura Pacifico” se convirtió en mi maestro, mi camarada y mi amigo. Después coincidimos en múltiples campamentos, albergues y ejercicios espirituales.

Fray Pacifico de Pobladura, Andrés María Álvarez Gutiérrez en el mundo, nació el 11 de julio de 1927 en Pobladura de los Oteros, tomó el hábito de los Hermanos Menores Capuchinos el 19 de agosto de 1943. En el Noviciado Capuchino el maestro de novicios, con la idea de que “corrigiera” su espíritu “directo, ardiente y combativo” le impuso la penitencia de llamarse para la vida religiosa “Pacifico”, y Pacifico fue para toda su vida y para todos aquellos que tuvimos la suerte de compartir con él afanes e ilusiones además de nuestra fe. Fue siempre un hombre que sabía poner paz, no en vano como hijo de Francisco de Asís fue porque quiso ser “instrumento de su Paz”. Fue pacifico pero nunca perdió su espíritu “directo, ardiente y combativo”.

El 14 de julio de 1948 hizo sus votos perpetuos de vivir en seguimiento de Cristo al modo de Francisco de Asís: en fraternidad, pobreza y minoridad.

Fue ordenado sacerdote el 11 de febrero de 1951 para servir a todos los hermanos en especial a los más desfavorecidos.

El 23 de octubre de 1983 en el Estado Delta Amacuro (Venezuela), Fray Pacifico de Pobladura fallecía en accidente de helicóptero sobrevolando el río Orinoco cuando era trasladado a un hospital, después de haber sufrido un problema coronario. Como él había pedido fue enterrado en la isla de Burojoida “mirando hacia España”. Murió como vivió y quiso vivir: con el corazón roto, él que fue siempre todo corazón, volando alto, no olvidemos que ante todo y sobre todo Pacifico fue siempre un hombre de Dios al modo de Francisco de Asís, y al final como siempre había sido su vida “mirando hacia España”, aquella España que él tan intensamente amó porque no le gustaba.

Hablando de Fray Pacifico hemos repetido en varias ocasiones que su forma de ser “su estilo” era “directo, ardiente y combativo”, y decir hoy en día esto es por lo menos arriesgado, cuando la mayoría de descerebrados que así se declaran lo que entienden por ello es la agresión tanto física como verbal cuando no la barbarie.

Directo: Pacifico no conocía ni la doblez, ni el recoveco como buen castellano llamaba al pan, pan y al vino, vino, pero en todo momento cuidaba con esmero la caridad fraterna para no herir con sus palabras. Decía lo que debía porque sabía lo que decía y lo que es más importante como lo decía. Si tuvo que llamar sinvergüenza a alguno de los muchos que siempre han pululado por nuestros lares, no lo dudó sinvergüenza lo llamó. Porque cristiano es aunque lo hayamos olvidado “corregir al que yerra” (léanse las Obras de Misericordia). Y como D. Miguel de Unamuno decía en el prólogo de “Vida de don Quijote y Sancho”, texto que le encantaba a Fray Pacifico y que hizo que nos encantara a todos nosotros y que es una pena que las nuevas generaciones desconozcan:

“¡Poneos en marcha! ¿Qué adónde vais? La estrella os lo dirá: ¡al sepulcro! ¿Qué vamos a hacer en al camino mientras marchamos? ¿Qué? ¡Luchar! Luchar, y ¿cómo?

¿Cómo? ¿Tropezáis con uno que miente?, gritarle a la cara: ¡mentira!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que roba? Gritarle: ¡ladrón!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías, a quien oye toda una muchedumbre con la boca abierta?, gritarles: ¡estupidos!, y ¡adelante! ¡Adelante siempre!

¿Es que con eso –me dice uno a quien tú conoces y ansía ser cruzado-, es que con eso se borra la mentira, ni el ladronicio, ni la tontería del mundo? ¿Quién ha dicho que no? La más miserable de todas las miserias, la más repugnante y apestosa argucia de la cobardía es esa de decir que nada se adelanta con denunciar a un ladrón por que otros seguirán robando, que nada se adelanta con decirle en su cara majadero al majadero, porque no por eso la majadería disminuirá en el mundo.

Sí, hay que repetirlo una y mil veces: con una vez, una sola vez, acabases del todo y para siempre con un solo embustero habríase acabado el embuste de una vez para siempre….”

Todo un programa político y de vida: el que tenga oídos para oír que oiga y el que tenga ojos para ver que “lea”.

Fray Pacifico tenía un don natural: su voz. Su voz era fuerte y suave a la vez y unido a su facilidad de palabra hacia de él un magnifico orador, como se dice ahora un gran comunicador, esto hizo que fuera solicitado en múltiples foros, a los que siempre que podía acudía a llamar al pan, pan y al vino, vino.

Ardiente y combativo: si algo distinguió a Fray Pacifico es que en todo ponía el corazón y todo momento y circunstancia, su vida y sus palabras eran coherentes con sus ideales tanto religiosos como políticos, eso le granjeó la amistad y la admiración de muchos y como no la enemistad de los tibios y timoratos, de los incapaces, de los de siempre. Pacifico era un autentico ciclón: inagotable, incansable con una personalidad arrolladora que no dejaba indiferente a nadie.

Pacifico tuvo en su vida dos pasiones: las misiones y la Falange.

En la orden Capuchina Fray Pacifico fue encargado de la animación misionera, y como en todo en su vida su paso fue arrollador charlas, campañas, cuestaciones. Hoy en León, mañana en Valladolid, pasado en Madrid y así incansable siempre. En el Seminario Seráfico del Pardo Pacifico creo un museo misionero (hoy olvidado y en mal estado). Dirigió “El Mensajero Seráfico” revista de animación misionera que en la actualidad cumple más de cien años y con una tirada de más de doce mil ejemplares.

Si me permitís os relataré una anécdota que refleja la coherencia de vida y pensamiento de Fray Pacifico:

Encargado como estaba de la animación misionera, muchos jóvenes sintieron la llamada de la vocación, el los animaba, enseñaba y sobre todo los ilusionaba en el servicio a los más empobrecidos del mundo. Muchos jóvenes emprendieron los caminos de Venezuela: la Gran Sabana, el Alto Orinoco fueron el centro de su trabajo misionero. Y Pacifico empezó a sentirse como un nuevo Capitán Nemo: el los embarcaba pero el se quedaba en tierra, y otra vez como siempre en su vida la coherencia le hace pedir a sus superiores ser enviado a misiones. Y allí murió como hemos relatado anteriormente, murió como vivió en misionero.

La otra pasión de Fray Pacifico fue la Falange. La admiración por José Antonio hace que Pacifico se empape de la ideología y el pensamiento de los iniciadores del Movimiento Nacional-Sindicalista. Ve en José Antonio su fe cristiana y sobre todo un rasgo que ya hemos destacado de Fray Pacifico la lucha constante de José Antonio por la coherencia. José Antonio un señoriíto monárquico y de derechas que jugando a la política fue descubriendo que mientras el estaba de caza otros que habían escuchado sus palabras podían morir asesinados (Matías Montero). Y de cómo paso a paso el señoriíto de monárquico y de derechas va dejando paso a un revolucionario republicano que hasta dará su vida por una España nacional y sindicalista. “La vida sólo merece ser vivida al servicio de un gran ideal”.

Pacifico toda su vida llevó debajo del hábito capuchino su hábito político: la camisa azul mahon, neta y proletaria de la Falange y con ella fue también enterrado, también murió como vivió en falangista.

En este tiempo que estamos ayunos de ejemplos, de testigos, en definitiva de guías, el recuerdo de Fray Pacifico, de David Jato, de Narciso Perales, y un corto etc. crea en nosotros un sentimiento de orfandad y de gratitud a todos aquellos que hicieron de su vida un ejemplo de coherencia y servicio a su Fe y a su Patria.


Luis Miguel Villegas




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Desde MEMORÍAZUL agradecemos de corazón a nuestro camarada Luís Miguel la magnífica semblanza de este humilde franciscano, que desde su servicio a Dios y a los pueblos indígenas de Hispanoamérica, supo servir a España y al falangismo al entender el verdadero significado de la palabra Imperio.


“Solo es grande quién sirve”


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