domingo, 12 de junio de 2011

DECLARACIONES DE MANUEL HEDILLA EN 1969 AL SEMANARIO MUNDO.


Mundo: ¿A qué atribuye usted que el decreto de Unificación que, como más tarde se ha comprobado, supuso la desaparición legal de La Falange, haya contado con el consenso de la mayoría de los falangistas de entonces?

Hedilla: Para dar respuesta adecuada a la pregunta que ustedes me formulan quisiera que me permitiesen unas aclaraciones previas que me posibilitaran expresar diáfanamente mi pensamiento y que coadyudarán a dar claridad a mi contestación.

En primer lugar he de decir que comparto con ustedes la idea de la desaparición legal de Fe de las JONS, por el decreto de Unificación del 19 de abril de 1937, ya que esta disposición legal de una manera expresa clara e inequívoca creaba una entidad política que, de momento, se denominó, por imperativo legal del mismo decreto, Falange española tradicionalista y de las JONS.

Basta con proceder a la simple lectura de sus preceptos para darse cuenta de ello, pues en sus artículos primero y segundo se habla literalmente de una “nueva organización” y de una “nueva entidad política nacional”, quedando disueltas las demás organizaciones y partidos políticos. Jurídicamente, pues FE de las JONS y todas las demás asociaciones y organizaciones políticas quedaban disueltas legalmente, creándose una nueva entidad política, que tomaba provisionalmente el nombre de las JONS, de Falange Española y de la Comunión tradicionalista.

Por otra parte, he de manifestar que el Decreto de Unificación representó, según lo han expresado también estudiosos de la historia política de España, “un hecho de estado” formalmente justificado en el preámbulo del decreto, al manifestar este que “una acción de Gobierno eficiente, cual cumple ser la del Nuevo Estado Español, nacido, por otra parte, bajo el signo de la unidad y la grandeza de la patria, exige supeditar a su destino común la acción individual y colectiva de todos los españoles”.

La Unificación, sigue diciendo el preámbulo del decreto”no quiere decir ni conglomerado de fuerzas ni mera concentración gubernamental, ni unión pasajera. Para afrontarla de modo decisivo y eficacia que huir de la creación de un partido de tipo artificial, siendo, por el contrario, necesario recoger el calor de todas las aportaciones para integrarlas, por vía de superación en una sola entidad política nacional”.

Políticamente, pues, la significación y motivación del Decreto de Unificación es clara: la creación de una nueva entidad política, integradora por vía de superación de todas las aportaciones al Alzamiento, justificada por una acción de gobierno eficiente, según dice el decreto.

Formuladas estas conclusiones, creo que desde esta perspectiva, y no desde otro ángulo visual, histórico y político, puedo expresar mi opinión acerca de las razones que pudieran motivar que los falangistas de FE de las JONS prestaran su consenso al Decreto de Unificación, no obstante la dificultad intrínseca que implica interpretar acciones de conciencia. Pero teniendo en cuenta las justificaciones externas de esas acciones, el contexto político de aquella época y el ambiente del momento, creo que la mayor parte de ellos lo hicieron por diversas causas, que en algunos concurrían conjuntamente y en otros separadamente.

La consideración de supeditar, por el momento, toda acción a causa distinta que no fuera la liberación de toda España; la creencia sincera, de que la concentración al máximo de poderes en una sola persona constituía un factor importante pata obtener la victoria; el hecho de que los generales más responsabilizados en el Alzamiento Nacional, hubieran designado al general Franco Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos y la afirmación de que la nueva entidad política adoptaba como norma programática 26 puntos de Falange( y dejaba sólo el punto 27 sobre pactos fuera), creo que fueron determinantes del consenso a que ustedes aluden en su pregunta.

Otros estimo, que tomaron esa decisión por razones que sólo ellos sabrán, puesto que por medio de palabras emitidas y acciones practicadas en aquellas fechas fueron contrarias al decreto de Unificación.

Aclarada mi pregunta, me van ustedes a permitir que vuelva públicamente a reiterar mi postura ante el mencionado Decreto.

Yo, como Jefe Nacional de FE de las JONS, no tuve ocasión de manifestarme formalmente ante él, ya que sólo unos momentos antes de ser anunciado públicamente fui informado sobre el mismo.

Sin que por mi parte, manifestara opinión concreta al Decreto, en concepto de Jefe Nacional, leí mi designación de miembro del Secretariado o Junta Política de la Nueva entidad cuatro días después de la Unificación, y cortésmente decline mi nombramiento. Lo hice por entender, con todos los mandos de La Falange de aquella época conocedores de la situación, que la operación política realizada constituía un menosprecio para nosotros, ya que ni siquiera fuimos consultados acerca del Decreto.

Tanto ellos como yo no nos oponíamos a una unificación de fuerzas para servir a España; A LO QUE NOS OPONÍAMOS ERA A LA DISOLUCIÓN DE LA FALANGE.

1 comentario:

Ramiro Semper dijo...

Gran persona, gran patriota y gran camarada el Segundo Jefe Nacional de la Falange.

Manuel Hedilla Larrey
¡Presente!