9 febrero, Palabras y gesto de Ramiro Ledesma Ramos hacia un camarada caido.
Matías Montero
El día nueve hizo justamente un año que murió asesinado por los marxistas este joven camarada. Lo recordamos aquí con especial mención porque al fundarse LA CONQUISTA DEL ESTADO, en 1931, la primera carta de adhesión que recibimos, y que conservamos ahora como documento precioso, fue la de Matías Montero ..., que entonces contaba apenas dieciocho años.
Pertenecía, pues, a los primeros grupos de jóvenes españoles que enarbolaron la bandera nacional y revolucionaria frente a la reacción y frente al marxismo. ¡Honor a su memoria, camaradas!
Siguió las peripecias de las diversas organizaciones que surgieron. Estuvo en las J.O.N. S. Estuvo en F.E., pero podemos asegurar que era un jonsista auténtico, y que en estas horas por que atravesamos, de depuración y de reencuentro de nosotros mismos, estaría aquí, en las filas de las J. O. N. S., sin vacilación alguna.
¡Tu muerte, Matías Montero, es de las que obligan! ¡Y no debía volver el sueño a los ojos ni la sonrisa a los labios de quien no sea capaz de permanecer con honor, capacidad y limpieza en las filas mismas donde tú estuviste!
(«La Patria Libre», n. 1, 16 - Febrero - 1935)
Matías Montero
El día nueve hizo justamente un año que murió asesinado por los marxistas este joven camarada. Lo recordamos aquí con especial mención porque al fundarse LA CONQUISTA DEL ESTADO, en 1931, la primera carta de adhesión que recibimos, y que conservamos ahora como documento precioso, fue la de Matías Montero ..., que entonces contaba apenas dieciocho años.
Pertenecía, pues, a los primeros grupos de jóvenes españoles que enarbolaron la bandera nacional y revolucionaria frente a la reacción y frente al marxismo. ¡Honor a su memoria, camaradas!
Siguió las peripecias de las diversas organizaciones que surgieron. Estuvo en las J.O.N. S. Estuvo en F.E., pero podemos asegurar que era un jonsista auténtico, y que en estas horas por que atravesamos, de depuración y de reencuentro de nosotros mismos, estaría aquí, en las filas de las J. O. N. S., sin vacilación alguna.
¡Tu muerte, Matías Montero, es de las que obligan! ¡Y no debía volver el sueño a los ojos ni la sonrisa a los labios de quien no sea capaz de permanecer con honor, capacidad y limpieza en las filas mismas donde tú estuviste!
(«La Patria Libre», n. 1, 16 - Febrero - 1935)
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