Avariciosas manos que nunca han encallecido, os advierto que desde el fondo de la tierra surgen voces airadas porque no os han bastado veinte generaciones de sufrimiento y hambre.
No os ha bastado con el miedo, el sudor y la muerte, los días entre tinieblas donde falta hasta el aire, el temor a bajar vivos y subir en pedazos, o que nuestros hijos no puedan reconocernos bajo una costra de polvo.
¡Nada os basta! Nada os parece nunca suficiente y cuando no resultamos rentables nos convertís en carne de carbón pese a que sobre nuestras espaldas hayáis levantado fortunas que ahora ocultáis en profundas cavernas de paraísos fiscales desde donde ese dinero grita: “Vuestras fosas serán aun más profundas que las minas porque en ellas arderéis sobre una eterna llama de carbón”.
No os ha bastado con el miedo, el sudor y la muerte, los días entre tinieblas donde falta hasta el aire, el temor a bajar vivos y subir en pedazos, o que nuestros hijos no puedan reconocernos bajo una costra de polvo.
¡Nada os basta! Nada os parece nunca suficiente y cuando no resultamos rentables nos convertís en carne de carbón pese a que sobre nuestras espaldas hayáis levantado fortunas que ahora ocultáis en profundas cavernas de paraísos fiscales desde donde ese dinero grita: “Vuestras fosas serán aun más profundas que las minas porque en ellas arderéis sobre una eterna llama de carbón”.
Alberto Vazquez-Figueroa
1 comentario:
¡AMEN! Y QUE ASMODEO LES ATICE COMO SE MERECEN.
Saludos.
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