martes, 20 de mayo de 2008

SOBRE LAS DISTINCIONES


Como ustedes saben -y si por casualidad algún extranjero o alguien procedente de Babia recala en este diario, yo se lo digo- hace unos días, concretamente el miércoles pasado, día 14, fue asesinado el guardia Civil don Juan Manuel Piñuel. Por ETA, claro. Y por sus cómplices.


Como ustedes saben -y si no lo saben, yo se lo digo- hace unos meses fue asesinado por ETA el militante y ex concejal socialista don Isaías Carrasco.Como ustedes saben -y si no, ya se lo digo- ante el asesinato del militante y ex concejal socialista, en todas las dependencias oficiales de Madrid se guardó un minuto -o dos, o tres, no me acuerdo- de silencio para repudiar el asesinato.


Como ustedes puede que no sepan -pues si no viven en Madrid no tienen por qué saberlo- en la capital de España era festivo el día 15, San Isidro, por lo cual no se guardó ningún tiempo de silencio ni se manifestó ninguna repulsa en los centros oficiales, cosa comprensible porque estaban cerrados.


Lo que ustedes seguramente no saben -y por eso se lo digo- es que tampoco se observó ni el silencio ni la repulsa ni nada de nada, en los días siguientes, 16 de mayo -posible "puente" para las jerarquías- ni 19, lunes, cuando ya era de suponer que todo el mundo habría vuelto al trabajo.


Lo que ni ustedes ni yo podemos saber, es qué clase de mierda guardan en su corto cerebro, qué mugre en su extraviada conciencia, qué podredumbre en sus almas sucias, los que no ofrecen por un guardia civil el mismo y breve homenaje que por un militante socialista.


Canallada -todo sea dicho- que no constituye novedad, porque ya ocurrió algo similar con motivo del asesinato del señor Tomás y Valiente -homenaje silencioso al canto- y el Teniente Coronel don Jesús Cuesta Abril, por quien no consideraron necesario el acto oficial. Y para que no digan que me lo invento, aquí pueden comprobarlo en artículo que tuvo a bien publicarme La Nación, sin que hasta el momento haya balado ninguno de los aludidos.

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