sábado, 26 de julio de 2008

Chávez un clásico. Esta vez un clásico del que deberíamos aprender.


Chávez ha llegado haciendo el tonto, pero ahí estaba el rey al pie de la escalera.

Chávez había amenazado, había dejado claro que los acuerdos no valían nada frente a su enojo.

Miles de millones de euros en inversiones se podían evaporar en un enfado, así lo recordó en directo ante las cámaras.

Pero el presidente español, el rey, los ministros, todos, allí estaban sonriendo, felices, riéndole las gracias. De todo esto la Iglesia debe aprender una lección, una gran lección: sólo seremos respetados si nos hacemos respetar.

Nunca el presidente de la Conferencia Episcopal ha sido recibido con esas sonrisas, con esas deferencias, por ninguno de estos protagonistas. Y lo paradójico es que la Iglesia potencialmente tiene un poder frente a nuestro gobierno mucho mayor que el del mandatario venezolano.

Pero el poder es para el que se lo gana. El PSOE goza del poder porque se lo ha ganado, nadie se lo ha regalado. Los sindicatos son respetados porque han trabajado por lograr ese poder. Así podríamos seguir repasando la lista de pequeñas instituciones que a pesar de su poco apoyo social, tienen una influencia impresionante y a cuyos representantes sí que los reciben con sonrisas, a pie de escalera.

No digo que la Iglesia deba lanzarse a la conquista del poder, no. Pero hay una diferencia entre eso y que se la tome por el pito del sereno. Chávez nos ha dado hoy una gran lección, lo digo en serio: sólo seremos respetados si nos hacemos respetar.
La Iglesia en Venezuela se ha hecho respetar, en Estados Unidos también, en Italia también. Mientras que, por citar un ejemplo, la Iglesia Ortodoxa rusa es una iglesia que no puede aspirar más que a cantar y encender velas. Pero de ningún modo puede ponerse en pie y decirle a nadie de los que mandan: no te es lícito, o deberías hacer esto, o tal cosa está mal.

En fin, le agradezco a Chávez, y lo digo completamente en serio, el que nos haya recordado cómo funciona el mundo real.


1 comentario:

Ramiro Semper dijo...

Desgraciadamente, no todos los obispos tienen las ideas tan claras como Cañizares o Rouco. Hay algunos obispos vascos y catalanes que deberían pudrirse en el Infierno.

http://antorchanegra.blogspot.com/