jueves, 29 de abril de 2010

EDITORIAL 39: Las siete cabezas de la hydra


Malos tiempos para España. Malos tiempos para los patriotas. Malos tiempos para los falangistas confesos. ¿O quizá no tan malos?

Se ha desatado la furia. Cada cual ha retornado a su papel y, ya sin tapujos, sin el incómodo corsé de eso que llaman democracia y en la cual ni ellos han creído jamás, ni nosotros nos hemos tragado el sapo de confundirla con cualquier atisbo de realidad, han tomado posturas.

Los famosos tres poderes de Montesquieu, fueron fusilados hace años en primera instancia por Alfonso Guerra y “paseados” en virtuales sacas por Baltasar Garzón que, como Dios, tiene tres naturalezas en una sola verdadera, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, ¡en un solo año!

La querella que Fe-JONS ha presentado y nosotros felicitado, contra Baltasar Garzón, secundando las presentadas por el sindicato Manos Limpias y por la organización Libertad e Identidad , en relación con el presunto delito de prevaricación por el mal llamado asunto de las fosas, ha despertado a la Hidra - al monstruo de la siete cabezas - y ha empezado a escupir en todas direcciones su odio guerracivilista sin importar la verdad o la mentira.

Hemos visto como, desde varios “medios de comunicación” nacionales y de gran tirada, supuestos columnistas de prestigio han pedido, sin ambages, la ilegalización inmediata de la Falange. De todas las falanges. Del fascismo irredento y culpable.

Hemos visto como los sindicatos mayoritarios – CC.OO. y UGT - el mismo día que se anunciaba una reforma laboral tremendamente lesiva para los trabajadores, con despidos baratos que antes se habían negado; en los mismos días en que se conocían nuevas cifras de paro que superaban ya el 20% de la población activa; al mismo tiempo en que se sabía que las ayudas dependientes del plan “E” tan cacareado por el gobierno, tales como la renta de emancipación o la de adquisición de libros escolares, van a grabar la renta al tipo marginal (el más alto), en esos mismos días, los más altos representantes de CC.OO, y UGT, se encerraban en universidades de Madrid y Barcelona en apoyo de un juez presuntamente prevaricador y golfo pidiendo la ilegalización de las falanges. ¿Quién les ha elegido para ello?

Hemos asistido atónitos al espectáculo de ver ex jueces y ex fiscales, algunos de ellos hijos destacados del régimen anterior, acusar a Varela, al juez de Jueces para la Democracia, y por extensión a los otros 14 miembros del alto tribunal, al mismo que rechazó en primera instancia la causa de las fosas, ser acusado de ser heredero de los Tribunales de Orden Público y de paso, de los mayores crímenes que se pueda cometer de manera colectiva o individual.

Hemos visto a Gaspar Llamazares, el desprestigiado líder de Izquierda Hundida, indignado, señalando a los falangistas con el dedo acusador y haciendo una nueva – en realidad una vieja - interpretación del derecho chequista y frente populista explicando que la ley de Amnistía fue otorgada para blindarse ellos mismos ¡pero no para blindar a los fascistas de La falange! ¡No para hacer una ley de Punto Final! ¡Y lo ha dicho sin sonrojarse, quizá porque su color no de ya para más rojo!

Así que la ley que blindó al asesino miserable de Santiago Carrillo, aún vivo; que excarceló a los recientes asesinos de Carrero Blanco – aún vivos – mientras dejaba al margen a los responsables del atentado contra los abogados de Atocha, algunos de los cuales murieron en prisión, pretende repetir la Ley del Embudo y aplicar la “justicia” de los Tribunales Populares, que tan bien se le dieron en Fomento, Paracuellos, Aravaca y tantos otros lugares, encarcelando, juzgando, ilegalizando y quien sabe que más pretensiones ocultas, a los falangistas “faciosos” que han tenido la osadía de acudir a los tribunales en defensa de sus derechos.

Pero no contaban con que Luciano Varela, que al fin y al cabo es de los suyos, terminara expulsando de la causa a Falange Española por no corregir su acusación en los términos que a él le gustaban.
¿Y ahora qué? ¿Y ahora contra quienes arremeterán los chequistas? ¿A quién culparán de todo? Porque lo cierto y verdad es que Garzón se seguirá sentando en el banquillo de los acusados – con o sin el concurso de La Falange - tres veces; Lo cierto es que tendrá que explicar por qué archivó la causa de quien le pagaba su estancia en EE.UU. y el colegio de su hija.
Tendrá que explicar por qué se puso la legalidad por montera para tratar de “empurar” al golfo de turno – el de los gürtel – no por golfo, sino porque le venía bien para su estrategia momentánea: la de ahora. Y tendrá que explicar qué “intereses espurios” - expresión que sin duda recordará el presunto delincuente togado, porque la usa con frecuencia en sus desastrosas instrucciones – le llevaron a intentar perseguir muertos y abrir heridas, mientras protegía a asesinos vivos y se abrazaba a ellos en ceremonias repugnantes.

Pero con todo, Garzón es sólo la excusa, el tonto útil, el “Tigre de Papel”, el daño colateral que quieren aprovechar para, en una sola jugada, ilegalizar a la Falange, y cubrirla de oprobio.

Ninguna de las dos admitimos. En el primer caso, porque aceptamos el reto de ser clandestinos, pero íntegros. Y nos tendrán que encerrar a todos si quieren acabar con nosotros. En el segundo, porque todos los esfuerzos del mundo, toda la propaganda marxista no cambiará nunca la historia. Porque no dejaremos que nos la roben, porque con sus errores y con sus aciertos, estamos orgullosos de nuestra historia y nuestra memoria falangistas. Y aquí seguimos para demostrarlo.

Acomódense y escúchennos.

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