Para finalizar esta serie de tres artículos que hemos dedicado a la memoria de Fray Pacífico de la Pobladura, hemos querido reunir una serie de testimonios de personas que compartieron con él parte de sus vidas, con un texto del propio Pacífico, que pone de manifiesto su actitud hacia el falangismo y que acaba con una despedida que nunca podríamos dejar en mejores manos que las suyas propias.
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De su carácter abierto, sencillo y beligerante por su causa, dijeron:
“Detrás de la grosería sin malicia fluía de su corazón la jaculatoria sincera. Sometía el orden a la eficacia, la abnegación precedía a la simple observancia, y el servicio a la simple legalidad” […]. “Pacífico, hombre fiel apasionado, realista, graciosa y evangélicamente imprudente, pudo cometer errores, no acertar en sus tácticas y hasta desplantar a quien se negaba a atender sus afanes. Pero no había en él otra regla que la del amor y la entrega.” - (Capellán Manuel Díaz Álvarez)
Por otro lado él mismo, consciente de esa impresión que a veces causaba en los demás, y que le granjeó no pocos detractores, decía:
“A veces es buena señal que hablen mal de uno. Hasta a Jesús le encontraron trapos sucios donde no había más que dignidad. Nosotros trabajamos por una corona que no se marchita y , si para conseguirla, somos perseguidos, no debemos arredrarnos”
Respecto a su patriotismo y su vocación, manifestaba:
“Más que timbre de nobleza, ser español es título de exigencia […]. Ser español es una de las pocas cosas serias que se puede ser en este mundo. Cierto; pero añadimos: “Ser español y misionero es la cumbre de la seriedad y de la grandeza”.
Pero en palabras de su hagiógrafo:
“…este patriotismo no era, en la práctica, chauvinista o ciego. Sin dejar de ser español, entendió a la perfección al pueblo hispanoamericano, y en especial al pueblo venezolano por el que trabajó incansablemente toda su vida.”
Resumiendo, el broche de oro lo pone un minero leones, de aquellos con los que Pacífico gustaba de descender al corazón de la tierra para conocer de motu propio los rigores de la vida de sus paisanos:
“Si yo tuviera que resumir de alguna manera todo lo que sentimos los mineros por él y todas las virtudes y valores que le adornaban, diría aun a riesgo de parecer irreverente, que si Cristo volviera a tomar forma humana y a vivir entre nosotros, tan solo necesitaría hallar once discípulos. El número doce seria Pacífico” (Laureano B. Traba, minero)
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En 1974, desde las filas del FES (Frente de Estudiantes Sindicalistas) Sigfredo Hillers publicaba “Ética y Estilo falangista.”, una obra que sería el libro de cabecera de muchos falangistas de las nuevas generaciones nacidas con el fin del franquismo, que establecía un puente de unión, entre lo nuevo y lo porvenir. (1)
En la primera de las tres partes que componen el texto, se incluían testimonios de diferentes falangistas pertenecientes a tres generaciones distintas, de entre los que se contó con la participación de Fray Pacífico, quién nos dejaba escritas estas palabras:
“Hermanos y camaradas:
[...] El delegado de Estudios de la Falange fundacional afirmaba por escrito el 2 de noviembre de 1933: "Entrar en la Falange equivale a entrar en un orden religioso. En una formación dinámica de cuerpo y alma... Todo en nosotros se ha supeditado al mantenimiento de un frente moral. Nuestras ideas sobre la patria, la conducta, la economía, el estilo, la historia, la política, la sociedad, el hombre, han dependido únicamente... de unos imperativos morales. Esta moral no consiste en una moral utilitaria, ni palabrera, ni patriótica, ni nostálgica, ni sentimental, ni llorona, sino en una moral religiosa de fraternidad y de justicia... Partía la Falange de una concepción total del mundo y del hombre, de una concepción clásica y cristiana, que asumíamos por entero en sus imperativos de hoy frente a la realidad histórica".
El fundamento doctrinal imbatible de la auténtica Falange "es una manera de concebir a Dios, al mundo, al cielo y a la tierra, al espíritu y al cuerpo, a la idea y a la acción, por una convicción inseparable de que la vida humana debe ser regulada por una sabiduría que la trasciende, por fines que la trascienden, y, en primer lugar, por una sabiduría divina, por un Dios ordenador, sin el cual no concebimos la naturaleza ni la historia".
Recordad siempre que "los que luchan por ideales eternos, no despiertan a la inmortalidad hasta después de haberse podrido sus huesos". Y esta inmortalidad no nos la van a dar ni a quitar ninguno de los que pretendan mordernos en nuestro ideal falangista, cristiano y español.
Para todos aquellos que pretendan decirse "falangistas" y traten de desvirtuar estos imperativos cristianos, recortando exigencias de doctrina y acomodando conductas "al sol que más caliente", recordadles que ese OLVIDO es el principio de la TRAICIÓN. Que jamás deberán pronunciar las palabras JOSÉ ANTONIO - FALANGE - CAMISA AZUL (hábito y uniforme), porque estas perlas no se han creado para boca de cerdos.
La consigna trascendente la dio el mismo José Antonio: "... si no os ponéis bien con Dios, y os toca caer un día, no aleguéis allá arriba el acto de servicio para libraros del infierno".
Y si por la fuerza pretenden eliminarnos, recordadles, con el testimonio valiente de una conducta radicalmente cristiana y falangista, que nos podrán romper, pero que estén seguros de que no nos doblarán nunca.
Perdonad si me he extendido demasiado. Me ha faltado el tiempo para ser más corto. ' Y tanto como queda...! Algún día nos reuniremos para HACER EJERCICIOS ESPIRITUALES FALANGISTAS.
Hermanos y camaradas: ADELANTE. Un abrazo y
¡ARRIBA ESPAÑA!” (2)
…………………………………………..
(1).- HACIA UNA HISTORIA DEL FES (V) - Francisco Blanco y José Lorenzo García (El Rastro de la Historia. Nº 6
(2).- PALMA ROJA, A TITULO POSTUMO, A FRAY PACIFICO DE POBLADURA - Participación en actos de FE de las JONS 1.979 - 2.006
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De su carácter abierto, sencillo y beligerante por su causa, dijeron:
“Detrás de la grosería sin malicia fluía de su corazón la jaculatoria sincera. Sometía el orden a la eficacia, la abnegación precedía a la simple observancia, y el servicio a la simple legalidad” […]. “Pacífico, hombre fiel apasionado, realista, graciosa y evangélicamente imprudente, pudo cometer errores, no acertar en sus tácticas y hasta desplantar a quien se negaba a atender sus afanes. Pero no había en él otra regla que la del amor y la entrega.” - (Capellán Manuel Díaz Álvarez)
Por otro lado él mismo, consciente de esa impresión que a veces causaba en los demás, y que le granjeó no pocos detractores, decía:
“A veces es buena señal que hablen mal de uno. Hasta a Jesús le encontraron trapos sucios donde no había más que dignidad. Nosotros trabajamos por una corona que no se marchita y , si para conseguirla, somos perseguidos, no debemos arredrarnos”
Respecto a su patriotismo y su vocación, manifestaba:
“Más que timbre de nobleza, ser español es título de exigencia […]. Ser español es una de las pocas cosas serias que se puede ser en este mundo. Cierto; pero añadimos: “Ser español y misionero es la cumbre de la seriedad y de la grandeza”.
Pero en palabras de su hagiógrafo:
“…este patriotismo no era, en la práctica, chauvinista o ciego. Sin dejar de ser español, entendió a la perfección al pueblo hispanoamericano, y en especial al pueblo venezolano por el que trabajó incansablemente toda su vida.”
Resumiendo, el broche de oro lo pone un minero leones, de aquellos con los que Pacífico gustaba de descender al corazón de la tierra para conocer de motu propio los rigores de la vida de sus paisanos:
“Si yo tuviera que resumir de alguna manera todo lo que sentimos los mineros por él y todas las virtudes y valores que le adornaban, diría aun a riesgo de parecer irreverente, que si Cristo volviera a tomar forma humana y a vivir entre nosotros, tan solo necesitaría hallar once discípulos. El número doce seria Pacífico” (Laureano B. Traba, minero)
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En 1974, desde las filas del FES (Frente de Estudiantes Sindicalistas) Sigfredo Hillers publicaba “Ética y Estilo falangista.”, una obra que sería el libro de cabecera de muchos falangistas de las nuevas generaciones nacidas con el fin del franquismo, que establecía un puente de unión, entre lo nuevo y lo porvenir. (1)
En la primera de las tres partes que componen el texto, se incluían testimonios de diferentes falangistas pertenecientes a tres generaciones distintas, de entre los que se contó con la participación de Fray Pacífico, quién nos dejaba escritas estas palabras:
“Hermanos y camaradas:
[...] El delegado de Estudios de la Falange fundacional afirmaba por escrito el 2 de noviembre de 1933: "Entrar en la Falange equivale a entrar en un orden religioso. En una formación dinámica de cuerpo y alma... Todo en nosotros se ha supeditado al mantenimiento de un frente moral. Nuestras ideas sobre la patria, la conducta, la economía, el estilo, la historia, la política, la sociedad, el hombre, han dependido únicamente... de unos imperativos morales. Esta moral no consiste en una moral utilitaria, ni palabrera, ni patriótica, ni nostálgica, ni sentimental, ni llorona, sino en una moral religiosa de fraternidad y de justicia... Partía la Falange de una concepción total del mundo y del hombre, de una concepción clásica y cristiana, que asumíamos por entero en sus imperativos de hoy frente a la realidad histórica".
El fundamento doctrinal imbatible de la auténtica Falange "es una manera de concebir a Dios, al mundo, al cielo y a la tierra, al espíritu y al cuerpo, a la idea y a la acción, por una convicción inseparable de que la vida humana debe ser regulada por una sabiduría que la trasciende, por fines que la trascienden, y, en primer lugar, por una sabiduría divina, por un Dios ordenador, sin el cual no concebimos la naturaleza ni la historia".
Recordad siempre que "los que luchan por ideales eternos, no despiertan a la inmortalidad hasta después de haberse podrido sus huesos". Y esta inmortalidad no nos la van a dar ni a quitar ninguno de los que pretendan mordernos en nuestro ideal falangista, cristiano y español.
Para todos aquellos que pretendan decirse "falangistas" y traten de desvirtuar estos imperativos cristianos, recortando exigencias de doctrina y acomodando conductas "al sol que más caliente", recordadles que ese OLVIDO es el principio de la TRAICIÓN. Que jamás deberán pronunciar las palabras JOSÉ ANTONIO - FALANGE - CAMISA AZUL (hábito y uniforme), porque estas perlas no se han creado para boca de cerdos.
La consigna trascendente la dio el mismo José Antonio: "... si no os ponéis bien con Dios, y os toca caer un día, no aleguéis allá arriba el acto de servicio para libraros del infierno".
Y si por la fuerza pretenden eliminarnos, recordadles, con el testimonio valiente de una conducta radicalmente cristiana y falangista, que nos podrán romper, pero que estén seguros de que no nos doblarán nunca.
Perdonad si me he extendido demasiado. Me ha faltado el tiempo para ser más corto. ' Y tanto como queda...! Algún día nos reuniremos para HACER EJERCICIOS ESPIRITUALES FALANGISTAS.
Hermanos y camaradas: ADELANTE. Un abrazo y
¡ARRIBA ESPAÑA!” (2)
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(1).- HACIA UNA HISTORIA DEL FES (V) - Francisco Blanco y José Lorenzo García (El Rastro de la Historia. Nº 6
(2).- PALMA ROJA, A TITULO POSTUMO, A FRAY PACIFICO DE POBLADURA - Participación en actos de FE de las JONS 1.979 - 2.006
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