lunes, 23 de marzo de 2009

Kosovo no es una excepción



Kosovo no es una excepción; Kosovo es el destino. Yugoslavia y los Balcanes no son una mera localización geográfica; son el futuro de España en particular y de Europa en general. Destino y futuro auspiciados y patrocinados por los Estados Unidos que, con una Europa fragilizada, inestable y dividida, refuerzan sus hegemonía mundial y consiguen, a través de la creación de un Estado independiente narco-musulmán en Kosovo, tributario de sus propios intereses en el corazón de Europa, una punta de lanza para amenazar a Rusia y a China y para echarle carnaza, carnaza europea, a los islamistas.

Estados Unidos se equivoca hogaño como se equivocó antaño cuando armó hasta los dientes a los talibanes y al mismísimo Osama Ben Laden contra los soviéticos en Afganistán primero, y después, contra el Gobierno comunista afgano. Estados Unidos se equivoca hoy en Kosovo como se equivocó ayer en Irak, creando una base islamista donde no la había. Porque, exactamente eso, es lo que Estados Unidos, con la cobarde complicidad de Europa, sin el placet de la ONU ni de su Consejo de Seguridad, y sin la autorización del Gobierno serbio, hizo el año pasado en Kosovo, en el mismísimo corazón de Europa, al darle patente de reconocimiento diplomático a la declaración unilateral de independencia de una provincia serbia que es, además, la cuna de Serbia, la Covadonga serbia.

Estados Unidos se equivoca porque cree que todo lo que fragiliza a Europa les beneficia a ellos, siendo así incapaces de preveer que los islamistas son un nuevo e implacable enemigo que carece de gobierno que los represente por lo que no se puede negociar con ellos tratado o alianza alguna. Sus bases no se hallan en un único estado y carecen de un sistema unificado de mando. Son una plaga y frente a ellos, Occidente, a pesar de su abrumadora superioridad militar, no volverá a conocer la paz ni la seguridad.

Viendo lo que ha sucedido con la independencia de Kosovo, a quien la cobarde Europa califica de excepción, aún sabiendo que toda excepción muta necesariamente en agravio comparativo hacia los que desean lo mismo que lo que se le ha concedido al sujeto de la excepción, ¿qué sucedería mañana si el Parlamento catalán o vasco, siguiendo la estela del Parlamento kosovar y contando como éste con el placet de los Estados Unidos, declararan unilateralmente la independencia? ¿Se retiraría, también el Ejército español de Cataluña o Vascongadas por no reconocer, evidentemente, esos estados?


Eduardo García Serrano

Editorial del programa “Sencillamente Radio”, 22 de marzo

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