Andrés María Álvarez Gutiérrez, nació el 11 de julio de 1927 en la pequeña villa de Pobladura de los Oteros, de León. Un pueblo tan pequeño que como dice la canción, “Por no pasar, ni pasó la guerra”.
Con sus seis hermanos se crió en el seno de una humilde familia campesina. Para ellos el momento clave del día era la caída del sol, en que la familia se reunía para orar y realizar alguna lectura que siempre rotaba entre las noticias que llegaban de la guerra que desangraba España y los relatos misioneros de su paisano, el P. Baltasar de Matallana en “El Angel Seráfico”.
Estos dos temas marcaron pues la infancia y la precoz imaginación de Andrés, que en su cuaderno de primera comunión escribía:
Con sus seis hermanos se crió en el seno de una humilde familia campesina. Para ellos el momento clave del día era la caída del sol, en que la familia se reunía para orar y realizar alguna lectura que siempre rotaba entre las noticias que llegaban de la guerra que desangraba España y los relatos misioneros de su paisano, el P. Baltasar de Matallana en “El Angel Seráfico”.
Estos dos temas marcaron pues la infancia y la precoz imaginación de Andrés, que en su cuaderno de primera comunión escribía:
“Quiero ser bueno con mis hermanos, estudiar mucho como D. Venancio (el maestro), y ser un buen soldado español, para salvar a España de la Guerra. Y luego un misionero que civiliza a los indios de América”.
Auspiciado por su párroco, a los 11 de años de edad ingresó en el Seminario Seráfico de la Orden capuchina en Bilbao, pasando luego al de El Pardo donde terminó los cinco años de Humanidades y donde se produjo su encuentro con las obras de José Antonio Primo de Rivera. Esos textos que hablan de amor a España, de luceros, de vida de milicia, de monjes soldado, y sobre todo de “Imperio” basado en el amor y la entrega, encuentran tierra sembrada en el espíritu de Andrés, que ve en ellos el fiel reflejo de las ansias de su espíritu.
Con 17 años vuelve a Bilbao donde su preceptor de novicios apreciando su impetuosidad, le impone el nombre monástico de “Pacifico” para que haciendo honor al nombre del compañero de San Francisco atempere su natural beligerante. Fray Pacífico de la Pobladura iniciaba así su camino en el cual estaba dispuesto a ser “Cesar o nada”. Capuchino de cuerpo entero.
Tomó el hábito en Bilbao el 19 de agosto de 1943, emitiendo su profesión temporal al año siguiente (20 de agosto de 1944).
Durante los años 1944 a 1951, mientras cursaba estudios de Filosofía y Teología en León, entro por fin en contacto con misioneros activos, lo cual reforzó su decisión de ir a América. Hizo su profesión perpetua el 14 de julio de 1948 y fue ordenado sacerdote -en Astorga el 11 de febrero de 1951. Después de estudiar el año de Sagrada Elocuencia en el convento de San Antonio de Cuatro Caminos (Madrid) comenzó su peregrinar apostólico
Su padre había fallecido poco antes, y no se decidía a dejar a su madre, viuda y paralítica, en pos de su sueño. Pero se hizo el mayor valedor de sus hermanos misioneros, recogiendo fondos, publicitando su obra en prensa, radio y televisión.
Al mismo tiempo no renunció a su compromiso con el falangismo y entró en contacto con las Juventudes Falangistas que cautivaron a Fray Pacífico, quien seria consejero, amigo, capellán y propagandista incondicional, participando en numerosos campamentos y lo que el denominaba “Ejercicios Espirituales Falangistas”, en los que se haría popular su hábito de capuchino bajo el cual asomaba el cuello de una camisa azul mahón. Cuando Fray Pacífico escuchaba algún ataque contra sus pupilos literalmente “bufaba”, pues nunca dudo de la importancia de esas brigadas juveniles, donde (en sus palabras) “muchos miles de españoles y españolas adquirieron una mística de servicio difícilmente alcanzable en otros movimientos”.
También sería capellán de la Vieja Guardia, de quién recibiría a título póstumo la medalla de oro de la organización.
Formó parte de las fraternidades de Manzanares, Salamanca, Montehano, Santander y Valladolid. Juntamente con la predicación tuvo una intensa actividad en la prensa y en la radio, principalmente durante su estancia en Valladolid. Pero esta actividad en los medios de comunicación social la mantuvo siempre.
Desde mayo de 1958 a diciembre de 1959 formó parte del Equipo Misional para Hispanoamérica, visitando misiones en Ecuador, Panamá, El Salvador, Honduras y algunos meses en Cuba, donde contrae la disentería que le pone al borde de la muerte.. Después de esta experiencia apostólica, inicio en 1963, siendo miembro de la Fraternidad de Usera (Madrid), la Delegación de Propaganda Misional
Las desigualdades sociales del continente que el llamaba “del dolor y de la esperanza” le impactan y ve en ellas la tierra de cultivo para su particular vocación de imperio en lo religioso y en lo cultural. Un lugar de trabajo donde aplicar su ideal católico y falangista en pro de la justicia social para las clases más humildes de Hispanoamérica: los indígenas y los campesinos.
En sus periplos españoles su imagen de fraile mendicante cargado de bultos repletos de artesanía indígena y audiovisuales sobre su vida y costumbres, se hace familiar por los Caminos de España. En palabras de su biógrafo Manuel Díaz Álvarez:
«Cuando se trataba de conseguir fondos para las misiones, Pacífico se convertía en un asaltante a lo divino. Y si se trataba de defender la labor evangelizadora de los misioneros frente a quienes sin conocimiento y a distancia, les juzgaban despiadadamente, se transformaba en un Quijote, arma en ristre, presto a dar la cara por ellos. »
Con ímprobo esfuerzo edita varios libros sobre la “Cruzada” misionera en Venezuela, entre ellos destaca “Héroes” en el que recoge en cientos de fotos sobre las misiones. Con este fin pasó un año en Venezuela (1965-1966) organizando la propaganda misional y recogida de datos en Caracas, Barquisimeto, Valencia, Maracaibo y en las zonas misionales.
Vuelto a España, fue destinado a la Fraternidad de Jesús de Medinaceli durante el trienio 1966 a 1969, donde se le nombró miembro del comité permanente de pastoral seglar, asistente espiritual de la OFS y director de la revista "El Mensajero Seráfico".
En el trienio de 1969 a 1972 fue destinado a El Pardo donde trabajó intensamente en la propaganda misional y en la predicación. En 1972, la delegación de propaganda pasó a León y allí estuvo hasta enero de 1973.
En el año 1974-1975 se trasladó nuevamente a Venezuela para la recogida de datos, fotos, etc., en las tres misiones.
Finalmente en enero de 1983 fue destinado como misionero activo a la Misión de Tucupita (Venezuela). Su plan era permanecer allí por dos años mientras preparaba una obra sobre nuestras misiones, y establecer un contacto más profundo con los indios motilones, guaraos y yucpas, para lo que se instala definitivamente en el Delta Amacuro del Orinoco, teniendo previsto para 1984 el inicio de un nuevo proyecto fotográfico sobre sus indígenas que incluía tres meses de convivencia..
El 24 de octubre en Guayo, mientras acompañaba en una visita al matrimonio Domínguez-Rabadán, colaboradores y feligreses suyos de la Vieja Guardia, sufrió una angina de pecho. Al día siguiente, 25 de octubre de 1983, un helicóptero de la Guardia Nacional procedió a evacuarle a Tucupita, pero Dios quiso llamarle en el camino, y el aparato cayó en los Caños del Delta del Orinoco. Con el murieron los dos miembros de la tripulación, un médico y una enfermera.
Rápidamente se organizo una expedición de rescate compuesta por militares e indígenas. Por dos días se buscó infructuosamente. Al tercer día localizado el aparato sumergido a varios metros de profundidad decidieron esperar a la llegada de buceadores, pero los indígenas no estaban dispuestos a dejar al “Padrecito” en su tumba de agua, y a pulmón lo rescataron. Allí cubierto con un humilde pijama estaba Pacífico, Dios le había impuesto su última prueba de humildad y había entregado su alma despojado de sus dos más queridas prendas: Su hábito de capuchino y su camisa azul.
A hombros de sus indígenas, fue enterrado según sus últimos deseos en el cementerio misionero de la Isla de Burojoida en el Delta, vestido con su hábito y la camisa azul, cubierto su cuerpo por la bandera de Falange enviada desde España, y orientado este hacia nuestra patria.
Como publicaciones suyas nos ha dejado: "Creo en la juventud", un canto misionero publicado durante su campaña en El Ecuador; "Héroes": cincuenta años de evangelización y promoción humana, como homenaje a los numerosos misioneros de la Provincia; "De la universidad de la selva a la academia de la lengua", "Valencia de Don Juan, Fray Martín y México".
Al año siguiente, F.E. de las JONS, a propuesta de la Junta Central de Recompensas y Distinciones, concedió a título póstumo, la Palma Roja a Fray Pacifico de la Pobladura, por considerar su muerte un acto de servicio. La distinción fue recogida por Monseñor González, compañero de misión en Venezuela, de Fray Pacifico, de quien dijo: “demostró hasta el último momento su espíritu de sacrificio y unió desde siempre su vocación religiosa con la de fiel representante del falangismo”.
En 1984 su compañero el Capellán Manuel Díaz Álvarez publicó su semblanza biográfica “…Y MURIÓ EN LA SELVA” (Ed. Paulinas – Caracas).
Contaba a la sazón 56 años de edad y una vida dedicada a Dios, a España y a su “Imperio” en la persona de los más desfavorecidos.
Al año siguiente, F.E. de las JONS, a propuesta de la Junta Central de Recompensas y Distinciones, concedió a título póstumo, la Palma Roja a Fray Pacifico de la Pobladura, por considerar su muerte un acto de servicio. La distinción fue recogida por Monseñor González, compañero de misión en Venezuela, de Fray Pacifico, de quien dijo: “demostró hasta el último momento su espíritu de sacrificio y unió desde siempre su vocación religiosa con la de fiel representante del falangismo”.
En 1984 su compañero el Capellán Manuel Díaz Álvarez publicó su semblanza biográfica “…Y MURIÓ EN LA SELVA” (Ed. Paulinas – Caracas).
Contaba a la sazón 56 años de edad y una vida dedicada a Dios, a España y a su “Imperio” en la persona de los más desfavorecidos.
4 comentarios:
Una gran vida, si señor. ¡Y presente!.
Por dios bendito menudo tochazo..
En fin, de amigos de anti-rojos me creo cualquier cosa.
Solo tengo que decir una cosa sobre este señor que nos presentas. (y me importa un bledo la ideologia que sea) pero que joder, mas hombres asi necesitariamos ahora.
Por desgracia creo que no queda ni uno... En fin, suerte para la proxima vida.
<a href="http://prohibidocantar.blogspot.com/2010/11/cerdos.html>Saludos desde el lado oscuro</a>
Thanks :)
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Me parece magnifica su vida, pero echo en falta algunas cosas que son igual de importantes, por ejemplo cosas que importan y lucha por objetivos humanitarios.
Preguntas obligadas ¿Cuándo se promulgarán leyes de verdad por parte del estado que exija a sus instituciones llegar hasta el fondo de las investigaciones? ¿Cuándo dejará la iglesia de tener la norma de que los archivos no se pueden mirar hasta pasado los 50 ó 75 años, depende de sus propias consideraciones? ¿Cuándo abrirán las instituciones de la iglesia sus archivos para que las personas puedan saber de donde vienen, quienes han sido sus madres y que motivos hubo para terminar en familias distintas a las que le tocaban por ley natural?
*-Pregunta directa al Papa ¿Cuándo exigirá a sus Cardenales, Obispos, Arzobispos, Curas y Monjas que abras los expedientes de los adoptados?
*-Pregunta directa para el Gobierno ¿Cuándo dejarán de existir influencias varias para seguir negando la apertura de expediente de adoptados en Hospitales privados o estatales, Clínicas privadas o estatales, archivos de Ayuntamientos y Diputaciones y sobre todo cuando se exigirá a los particulares el deposito de expedientes de adopciones irregulares?
gotasdelluvia
http://adoptadosbilbao.blogspot.com
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